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Estudio demostró exitosa aplicación de tecnología para generar electricidad

May 5, 2015

El estudio experimental, consistió específicamente en la gasificación de residuos de la industria maderera de lenga, a objeto de ser aplicada en localidades aisladas de la zona con la finalidad a su vez, de incorporar una nueva forma de producir energía eléctrica.

(El Pinguino) Fueron presentados los resultados del proyecto “Construcción, instalación y puesta en marcha de gasificador de biomasa para comunidades aisladas”, instancia ejecutada durante los últimos años por el Centro de Estudio de los Recursos Energéticos (CERE) de la Universidad de Magallanes y que fue posible gracias al aporte financiero del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDEF) y el Gobierno Regional de Magallanes y Antártica Chilena.

Es así como el estudio experimental, consistió específicamente en la gasificación de residuos de la industria maderera de lenga, a objeto de ser aplicada en localidades aisladas de la zona con la finalidad a su vez, de incorporar una nueva forma de producir energía eléctrica, en lugares que, comúnmente, no se tiene acceso a las redes eléctricas, como estancias y casas del sector rural.

Resultados

“Hicimos un poco más de 13 experimentos. El último, fue el que más nos llamó la atención, y que fue llevar el equipo a una estancia en el kilómetro 12 sur en pleno invierno. El objetivo de esa prueba era someter a la unidad a una condición real de demanda eléctrica y ver cómo se comportaba. La conclusión fue que la tecnología sobre la cual está basada este gasificador permite, perfectamente, usarlo en el sector rural con una autonomía de 6 horas, y con una carga de 4 kW de consumo eléctrico”, explicó en primer lugar Humberto Vidal, director del CERE, quien comentó que se se adquirió un gasificador de pequeña escala con una potencia de 10 kilowatts (kW), cuyo montaje e instrumentación se realizó en dependencias de la casa de estudios.

Junto a ello, agregó que el equipo, comercializado por una empresa estadounidense, se utilizó para quemar las astillas de madera aportados por la compañía forestal Monte Alto Renovable, en una combustión controlada, convirtiéndolas en un gas de bajo poder calorífico (llamado syngas) que alimenta un motor de combustión interna, el que, acoplado a un generador, produce energía eléctrica.

Precisó, no obstante, que esta electricidad generada por el gasificador puede usarse en forma satisfactoria para cubrir consumos de iluminación, porque mostró una frecuencia eléctrica estable; no así en consumos que produzcan grandes variaciones de carga en el generador. Algunas de las condiciones para su óptimo funcionamiento, son la humedad que debe poseer la biomasa, que no debe superar el 30%, y el tamaño de las astillas, más reducido que el normal a fin de no tener inconvenientes en el proceso de gasificación.

“Esta experiencia nos hizo ver que la tecnología está avanzando y está a nuestro alcance. Lo primero, fue demostrar que sí puede funcionar, y por lo tanto, representa el primer paso hacia su aplicación exitosa en localidades rurales aisladas y un significativo aporte al uso de las energías renovables no convencionales”, puntualizó Vidal.

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