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El constructor de redes que llega al principal sillón de Enersis

Nov 10, 2014

Esta semana Jorge Rosenblut fue nombrado presidente del holding eléctrico. El ejecutivo y empresario posee importantes nexos en el mundo empresarial y político, además de cultivar una estrecha relación con la Presidenta Bachelet.

(La Tercera) Entre Santiago y Miami reparte su tiempo Jorge Rosenblut Ratinoff (62). El martes de esta semana, el empresario y ejecutivo repitió la misma rutina que realiza desde hace más de una década y se embarcó con destino a la ciudad estadounidense. Viajó el mismo día en que fue nombrado presidente del holding Enersis, en reemplazo de Pablo Yrarrázaval. Tras 14 años desde su ingreso al grupo eléctrico, Rosenblut asume ahora el sillón principal de la que es la tercera empresa en capitalización bursátil del mercado chileno.

Su llegada a la cabeza del grupo Enersis, hoy controlado por la italiana Enel, no es casualidad, dicen en la industria. Reconocido por sus cercanos como un estratega y un muy buen gestor de proyectos, Rosenblut también es definido como una persona transversal, conocido por empresarios y políticos de diversos colores y signos.

“Cumple con el perfil que buscan los italianos. Un sello técnico, que además cuenta con importantes nexos en los sectores privado y público”, comenta un director de Enersis. “Posee amplias redes de influencia, desde el mundo empresarial hasta el mundo político”, agrega un empresario.

Lleva 14 años vinculado al holding. Fue director y presidente de Chilectra por nueve años y estuvo por otros cinco períodos comandando a Endesa Chile, la principal generadora del país. Mucho antes, tuvo un rol clave para introducir en el sector privado nacional a los máximos ejecutivos españoles de Endesa que desembarcaron en el grupo Enersis, a finales de los años 90, cuando se hicieron del control del grupo.
“Entonces, para los españoles era un activo importante contar con profesionales como Jorge Rosenblut, capaz de tener relaciones que cruzaban las fronteras de los negocios con el ámbito político, además de sus capacidades de gestión”, recuerda un ex directivo del grupo.

La amplitud de sus relaciones le permiten tener llegada con el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, con el cual tiene afinidad y donde es visto como una persona progresista y dispuesta al diálogo, aunque de ideas más liberales, reconocen en La Moneda. “Tiene cercanía con la Presidenta y con varios de sus ministros. Es hábil, diestro y sabe navegar en diferentes aguas”, señala un personero de gobierno.

En la última gira de la Presidenta Bachelet a Estados Unidos, en septiembre pasado, Rosenblut integró la exclusiva comitiva.

“El es súper camiseteado por Chile y en ese viaje era común que le comentara al resto de los empresarios la necesidad de unirse para promover al país, más que de mostrar las diferencias”, comenta un integrante de la comitiva.

No obstante su afinidad ideológica con la administración de Bachelet, Rosenblut es crítico del manejo que ha tenido el Ejecutivo en el plano económico, admiten cercanos al timonel de Enersis. “Siente que Hacienda tiene que construir mejores relaciones con los empresarios. Le inquieta el trato actual del equipo económico hacia el sector privado, ve que hay un déficit importante en esa área, y es un convencido de que el país sale ganando si hay un trato más conciliador y dialogante ”, señala un cercano al ejecutivo. Un ex colaborador de Rosenblut añade. “El tiene clara conciencia de lo importante que es la empresa privada y la inversión privada en el desarrollo del país. Y, al mismo tiempo, cree en la importancia de tener buenas políticas públicas”.

Con todo, los variados contactos y redes que ha cultivado Rosenblut son atributos que, en opinión de quienes lo conocen, le permitirán liderar la nueva etapa que vive Enersis, ahora en manos de los italianos.

“Le va a imprimir un rol distinto a la compañía, porque entiende perfecto la necesidad de que las empresas tengan responsabilidad social y estén en sintonía con las necesidades de las comunidades. El tiene la capacidad política para liderar ese proceso”, afirma el senador PPD Felipe Harboe, quien lo conoce desde comienzos de los años 90.

Un alto ejecutivo de la industria eléctrica complementa esa visión. “Lleva muchos años en el sector, conoce la realidad de Chile y tiene buena llegada con las autoridades locales. Calza perfecto en el nuevo esquema corporativo que han estructurado los italianos”, indica.

Su paso por la política

Jorge Rosenblut -ingeniero civil industrial de la Universidad de Chile, con un posgrado en Harvard- también posee una trayectoria en el terreno político. Ex militante PPD, fue un estrecho colaborador de los gobiernos de Patricio Aylwin y Eduardo Frei Ruiz-Tagle. Su mentor político, mencionan en su círculo cercano, fue el fallecido ex ministro Edgardo Boeninger.

“Jorge es un brillante profesional, con una enorme capacidad de trabajo y para articular intereses y opiniones diversas. Así lo percibí en el gobierno de Aylwin, trabajando con Edgardo Boeninger, y después en las varias etapas de su carrera profesional”, sostiene el ex ministro de Hacienda Alejandro Foxley.

“Es un buen gestor, con buena capacidad para planificar. Es un tipo que trata de buscar acuerdos y logra acuerdos. Es un buen negociador, de la escuela de Boeninger”, comenta un ex ministro del gobierno de Frei.

Rosenblut -que estudió en el Instituto Nacional- estaba viviendo en Estados Unidos y trabajaba para el Banco Mundial cuando recibió el llamado para incorporarse al gobierno de Aylwin como jefe de la División Interministerial de la Secretaría General de la Presidencia, que lideraba Boeninger.

En esa época compartió con el ex ministro Jorge Rodríguez, entonces subsecretario de Hacienda. “Le decíamos Lifo: Last in, first out. Era el último en llegar a las reuniones y el primero en irse, maximizaba la capacidad de estar en varias cosas a la vez. Era bueno para proponer ideas y también para escuchar. Coordinaba a los ministros. Fue un gran bombero”, recuerda Rodríguez.

Por esos años a Rosenblut también le tocó trabajar con la economista, experta en energía y ex ministra Vivianne Blanlot. Se conocieron años antes, cuando ella trabajaba en el Banco Interamericano de Desarrollo y él en el Banco Mundial. “Es una persona que valora mucho el aporte de otras personas en los distintos temas. Siempre decía que las buenas cosas se hacían entre varios”, destaca Blanlot.

A comienzos de los 90 nació el interés de Rosenblut por la energía, destacan cercanos al ejecutivo. Cuentan que hacia 1992, al interior del gobierno de manera incipiente se comenzó a hablar de la opción de traer gas natural desde Argentina. Como asesor de Boeninger, Rosenblut tuvo que viajar a Argentina para explorar esa posibilidad. Y lo hizo junto a Blanlot, que estaba ejerciendo como jefa de gabinete del ministro presidente de la Comisión Nacional de Energía, Jaime Tohá. Quienes estuvieron presentes en ese viaje comentan que durante todo el trayecto Rosenblut se lo pasó poniendo al día a Blanlot sobre los beneficios de importar gas. “Le entusiamaba el tema y la idea de bajar los costos de energía en Chile”, relata un personero de gobierno de la época.

En ese período, el ex consejero del Banco Central Jorge Marshall era subsecretario de Economía. Con Rosenblut habían coincidido años antes en Harvard y, después de su paso por el gobierno, lo hicieron también en Expansiva, el think tank liberal fundado por el ex ministro de Hacienda, Andrés Velasco, donde Rosenblut fue parte del consejo directivo. “Jorge es un gran articulador. Su estilo es ir persona a persona, generando redes. Su foco profesional es la formación de redes”, explica Marshall. Y cuenta, que el ahora presidente de Enersis plasmó ese enfoque en un documento que escribió para el programa de gobierno de Aylwin. “Se llamaba Formación de Redes de Profesionales para facilitar la labor de gobierno”, rememora Marshall.

En el gobierno de Frei, en tanto, como subsecretario de Telecomunicaciones Rosenblut jugó un rol fundamental, mencionan personeros de la época: le tocó liderar la desregulación del monopolio de la larga distancia. “Sacó adelante el multicarrier después de una dura negociación con las principales compañías del sector, entre las que se contaban CTC, Entel y Telex”, recuerda un ex funcionario de gobierno.

Pero su paso por La Moneda no dejó de ser controvertido. Sectores políticos lo acusaron de excesivo protagonismo y de ser un “tecnócrata”.

Tuvo roces con Genaro Arriagada y con Edmundo Pérez Yoma. Además, algunos parlamentarios DC lo acusaron de evitar que se concretaran algunos proyectos de ley que supuestamente perjudicaban a algunos empresarios.

Su estadía en el gobierno estuvo marcada por otra polémica: los supuestos dichos antisemitas que Pérez Yoma habría proferido. Integrantes del gobierno de la época señalan que el ex ministro se habría referido al grupo formado por Rosenblut, Eduardo Bitran y Pablo Halpern como la “troika judía”.

Estos episodios gatillaron la renuncia de Rosenblut al gobierno en 1996 y luego a su militancia en el PPD. Rosenblut, sin embargo, no tardó en reubicarse, esta vez en el sector privado.

Su veta empresarial

Luego de su salida del gobierno, Rosenblut se dedicó a cultivar una veta empresarial que venía de familia: sus padres fueron dueños de la fábrica de confites Ro Ro, que estuvo ubicada, primero, en calle San Diego y luego en la comuna de San Miguel.

Así, en 1997 creó la consultora Desarrollo de Proyectos Estratégicos. En 2000 empezó a mirar al exterior y apostó por el área inmobiliaria de Miami. Fue fundador y socio de Archiplan USA, una inmobiliaria donde estaban los socios de Archiplan Chile -Raimundo Onetto y Jaime e Ignacio Hernández- y Patricio Kreutzberger, el hijo mayor de Mario Kreutzberger.

“Hay empresarios virtuosos e impulsivos. El era el mateo del grupo: estudioso, riguroso y metódico. Su liderazgo era en el plano de las ideas.

Habían ejecutores que compraban terrenos, construían; su virtud era la cosa estratégica. Se encargaba del futuro”, señala Ignacio Hernández.
Retorno a la arena política

El senador Guido Girardi fue clave en el retorno de Rosenblut a la política. El parlamentario PPD lo presentó, en enero de 2005, a la entonces candidata Michelle Bachelet.

La candidatura ocupó un lugar relevante en su agenda, llegando a convertirse en uno de los articuladores más importantes y menos públicos de Bachelet con el mundo privado. “Fue uno de los que tendió puentes con el mundo empresarial”, recuerda un integrante del comando.

Rosenblut, además, jugó un rol activo en el financiamiento de la campaña.

La valiosa red de contactos en el mundo financiero estadounidense le permitió organizar encuentros con altos ejecutivos de bancos de inversión. Su aporte, además, estuvo en la elaboración de contenidos, dada su experiencia en políticas públicas.

Desde entonces, desarrolló un vínculo personal con Bachelet. En su última campaña, no obstante, Rosenblut optó por la distancia. “Había temas pendientes con HidroAysén y no hubiera sido bien visto que él se vinculara con el comando de la candidata que tenía mayores chances de ser electa”, señalan en La Moneda.

Con Girardi, en tanto, ha construido una relación de amistad a partir de las diferencias, reconocen en su entorno. “Rosenblut es mucho más liberal en lo económico. Girardi, además, lideró el movimiento de resistencia contra HidroAysén, el proyecto emblemático de Endesa y Colbún”, afirman en círculos políticos.

El parlamentario lo admite. “Con Jorge tenemos un vínculo de amistad desde antes de los años 90, que ha superado los vaivenes de las diferencias que tenemos”, dice el senador. Ahora, el político tiene altas expectativas con Rosenblut al mando de Enersis. “Espero que Jorge sea capaz de conducir el proceso de transformación de la compañía, desde una posición anacrónica que tiene hoy, a una que sea un aporte para Chile en energías renovables”, apunta Girardi.

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