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Economía mundial crecería un punto más en 2015, por la caída del petróleo

Dic 22, 2014

Brusco descenso del crudo elevaría el consumo en EE.UU., moderaría la desaceleración china, pero podría generar inflación negativa. 

(El Mercurio) Las esperanzas de la economía global están puestas ahora en el petróleo. Episodios pasados muestran que la caída en el precio del crudo suele ser un buen factor de estímulo para el crecimiento global.

En línea con los cálculos del FMI, Oxford Economics estima que por cada US$ 20 que pierde el barril de crudo, la economía global gana 0,4% de su PIB.

Desde junio, el barril de petróleo Brent pasó de US$ 115 a US$ 58. Si la fórmula es correcta, la economía global ganaría más de 1% el próximo año de mantenerse bajo los US$ 70. «La caída del petróleo es una buena noticia para la economía global», sentenció Christine Lagarde, directora ejecutiva del FMI, y elevó la proyección de crecimiento de Estados Unidos desde 3,1% a 3,5% para el próximo año.

Pero el mercado no parece estar convencido de que el balance vaya a ser completamente positivo. Hasta antes de que la Fed anunciara que el ajuste de tasas será más lento de lo esperado (aunque podría comenzar en abril 2015), el S&P 500 había perdido 5% y el FTSE 100 otro 8%, desde el pasado 25 de noviembre, cuando comenzó la última racha vendedora del petróleo. «Como en todo, hay ganadores y perdedores, y los mercados parecen concentrados en los sectores que saldrán perjudicados, en lugar de ver el escenario general, que es positivo más allá de la volatilidad de corto plazo», afirma Holger Schmieding, economista jefe de Berenberg.

El temor de los inversionistas se concentra en las capacidades de pago de las petroleras, sobre todo medianas y pequeñas, y en el futuro de sus acreedores, muchos de ellos bancos y fondos de inversión.

Según analistas de JPMorgan, si el petróleo continúa en torno a los US$ 65 por los próximos tres años, hasta el 40% de los bonos energéticos de alto rendimiento podrían caer en default .

Otro factor que parece estar en el temor de los mercados, son las razones detrás de la baja de precio del crudo. La menor demanda desde la Eurozona y China podrían no responder al estímulo que significarán los menores precios de la energía.

«Si actuaran racionalmente, los mercados deberían reaccionar y enfocarse en los beneficios de largo plazo. Pero el riesgo es que la volatilidad en los mercados termine afectando la confianza de las empresas», agrega Schmieding.

¿Quién gana y quién pierde? Lo cierto es que más allá de beneficios para los países consumidores y pérdidas para los productores, el impacto de la caída del precio del petróleo abarca todos los mercados y plantea cambios en los escenarios macroeconómicos y de inversión.

Medio Oriente: recorte de gastos no estratégicos

A los precios actuales, las principales potencias petroleras del Golfo Pérsico dejarían de recibir unos US$ 350 mil millones al año. La apuesta de Arabia Saudita y sus socios del Golfo en la OPEP es mantener la producción actual para presionar los precios a la baja y con ello golpear las inversiones en la creciente industria petrolera estadounidense. Confiados en sus millonarias reservas, los países del Golfo creen que es una buena idea. Sin embargo, Moody’s y S&P advierten que podría jugarles en contra. Para Baréin, Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, el petróleo representa el 90% de sus ingresos. Cálculos del FMI estiman las reservas de los países del Golfo en US$ 2,5 millones de millones. Sin embargo, con un gasto fiscal anual de casi US$ 600 mil millones, las reservas ofrecen para este bloque de países «un cojín temporal». En un mundo con un petróleo a US$ 60 o US$ 70 el barril, las poderosas monarquías petroleras de Medio Oriente se verán obligadas a reducir los subsidios y elevar las tarifas de servicios públicos, o incluso introducir impuestos.

Eso sería en el mediano plazo. De forma inmediata, Moody’s espera una paralización de inversiones en proyectos «no estratégicos». El ajuste golpearía a los grandes proyectos inmobiliarios y de infraestructura.

Si el petróleo continúa en los niveles actuales, analistas geopolíticos esperan que las monarquías del Golfo tengan menos poder económico para sustentar la lucha armada de grupos radicales en Medio Oriente. Pero, al mismo tiempo, se teme una mayor inestabilidad, debido al deterioro de las condiciones económicas, que obligará a desbaratar el costoso sistema de bienestar social financiado exclusivamente por el crudo.

EE.UU.: dinamismo en el consumo

El precio de los combustibles juega un rol vital en la economía estadounidense, en la que el consumo representa el 66% del PIB. Estimaciones de Christian Oates, economista de Oxford Analytica, cifra en unos US$ 100 mil millones el ahorro en la economía estadounidense. La esperanza es que, aliviados de la carga de llenar los tanques de sus autos y con facturas de gas más bajas, los consumidores se vuelquen a otras adquisiciones. Deutsche Bank y Goldman Sachs estiman que el PIB estadounidense recibirá un impulso extra por entre 0,3% y 0,5% el próximo año. El repunte del consumo, además, superaría el impacto negativo de la caída de las inversiones petroleras en el país. Aunque Arabia Saudita y sus socios en la OPEP están apostando a golpear las inversiones en petróleo shale , todos los análisis apuntan a que la floreciente industria petrolera estadounidense puede hacer frente a los precios actuales, y se espera que aumente su producción en un millón de barriles el próximo año. No se puede negar, sin embargo, que habrá una caída en grandes proyectos de inversión, pero estimaciones de JPMorgan y Goldman Sachs creen que este recorte tendrá un impacto limitado de 0,1% del PIB.

Una economía estadounidense creciendo a tasas de 3,5% sería una gran noticia para sus socios comerciales, desde China a Chile. Y excelente para México.

Industria energética: inversiones a la baja

Una de las principales dudas respecto del nuevo escenario se centra en cuál será el impacto del recorte en las inversiones petroleras. Un petróleo en los niveles actuales vuelve varios proyectos de inversión poco atractivos. Chevron ya anunció la suspensión de sus proyectos de exploración en las costas del ártico canadiense. En Sudamérica, Petrobras y Ecopetrol han anunciado un recorte de hasta 25% en sus planes. Goldman Sachs estima que los precios actuales pueden suponer la suspensión de proyectos por hasta US$ 930 mil millones. Los grandes perdedores serán los proyectos que requieren grandes montos de inversión, como la exploración off shore , las arenas petrolíferas canadienses o la producción del crudo pesado venezolano, afirma Oxford Analytica.

Por el contrario, no se prevé una baja en las inversiones en la industria del petróleo shale estadounidense, que presenta mejores márgenes de eficiencia que la explotación tradicional.

Sin embargo, si los precios actuales se mantienen, será inevitable que pequeñas empresas petroleras también sientan el golpe en Estados Unidos, cayendo en impagos.

Otra consecuencia no esperada es la repentina pérdida de atractivo de las fuentes alternativas de energía. El mercado ha castigado duramente las acciones de las empresas vinculadas a su producción, desde generadores hasta proveedores de turbinas para torres eólicas. Para Oxford Analytica, este es solo un efecto temporal, y en sus proyecciones para 2015 apuesta incluso por aumento de las inversiones en esta industria, que se beneficiaría de la reducción de capitales destinados al petróleo.

Latinoamérica: un 2015 mejor que este año

En general, Latinoamérica debería beneficiarse del estímulo a la demanda global. Pero las consecuencias son muy diversas entre países. Todos los cálculos apuntan a que naciones importadoras, como Chile y los centroamericanos, se beneficien por la caída en el gasto de energía. En la región, Venezuela y Ecuador aparecen como los países con mayores problemas, debido a su dependencia de las divisas petroleras y su alto gasto público. Las estimaciones de IHS Global Insight es que los otros dos grandes exportadores de la región, Colombia y México, también tendrán posibilidad de sortear bien el cambio de escenario. En el caso de Colombia, tiene la capacidad de compensar los menores ingresos petroleros, mientras que México está asegurado por coberturas petroleras, al menos durante 2015, explica Rafael Amiel, director de IHS Global Insight para América Latina.

También habrá consecuencias políticas. Amiel ve en riesgo la permanencia del recién nombrado ministro de Hacienda de Brasil, Joaquín Levy. Si bien por ser importador neto de petróleo, Brasil verá una mejora en su balanza de pagos, el fisco podría dejar de recibir entre 0,2 y 0,3% del PIB en royalties y otros ingresos ligados al petróleo, dificultando la labor de Levy, quien deberá implementar un programa de recortes de gasto público.

Por el contrario, el gobierno de Cristina Fernández ganaría un apoyo extra en su último año de mandato, pues la caída del precio del crudo alivia las cuentas de importación de combustibles y, a la vez, le permitirá reducir la carga fiscal en subsidios.

La región, eso sí, no está a salvo. Hay riesgos a la baja. El petróleo está arrastrando a otros commodities (incluyendo el cobre), lo que, sumado a los efectos de volatilidad en el mercado cambiario, puede generar un escenario de mayores costos de financiamiento en el mercado, así como una salida de capitales. Aunque no hay proyección final, Amiel estima que la combinación de estos factores podría restar entre 0,5% y, en el peor escenario, hasta un punto porcentual al crecimiento regional.

Europa: Deflación y más crecimiento

Ya lo dijo el presidente del Bundesbank, JensWeidmann: la caída del precio del petróleo se asemeja a un «minipaquete de estímulo» para la economía. De hecho, se estima que la economía alemana será una de las más beneficiadas, pues permitirá a las empresas exportadoras ganar competitividad. «La caída del petróleo y del tipo de cambio del euro permitirán sacar a la economía del shock en que se encontraba. Las empresas ven con más confianza el futuro», afirmó Hans Werner Sinn, presidente del Instituto Ifo.

Según el centro de estudios económicos, con sede en Munich, la caída del costo del petróleo aportará un cuarto de punto al crecimiento alemán en 2015. Menos costos de la energía también implican menos presiones inflacionarias. En el caso de la Eurozona, el peligro es la deflación. La inflación alcanzó en noviembre su nivel más bajo en cinco años. Una baja aún mayor de los costos de los combustibles llevaría a 13 países de la región a una inflación bajo cero, según Oxford Economics. Esto establecería el escenario ideal para que el BCE inicie su programa de compra de bonos soberanos (QE), con menos resistencia de parte de Alemania, tan pronto como en el primer trimestre de 2015, sostiene Schmieding, de Berenberg.

Bancos centrales: ajustes de plan de estímulos y un dólar más fuerte

Al igual que el BCE, el Banco de Japón (BOJ) se verá obligado a mantener o incluso aumentar su programa de estímulo monetario ante las perspectivas de que la inflación también caiga a niveles contractivos. Normalmente, los bancos centrales consideran las variaciones de los precios de los combustibles como transitorias. Pero esta vez el escenario es particular. No solo se prevé que el petróleo se mantenga entre los US$ 65 y US$ 70 hasta 2016, sino que las tasas de interés alrededor del mundo desarrollado están prácticamente en cero.

Pero la menor presión inflacionaria tendrá efectos distintos. Mientras el BCE y el BoJ apostarán por más estímulos, la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra podrían aprovechar la coyuntura para comenzar a normalizar sus tasas de interés, sin temer una reacción adversa de la economía.

Si al alza de tasas se suma la caída del rublo ruso y las menores expectativas para los grandes productores de petróleo, el dólar confirmaría su tendencia al alza frente a otras monedas en 2015.

Mercados emergentes: Caminos diversos

Los analistas hacen un balance general positivo para los países emergentes. Después de todo, la mayoría son importadores de combustibles, y la caída del precio del barril de petróleo ofrece un alivio a las presiones inflacionarias, así como la oportunidad para sanear las cuentas corrientes y reducir el gasto en subsidios, aliviando la carga fiscal. Y mejores cifras fiscales se traducen en un abaratamiento del costo de financiarse en el mercado y la opción de destinar más recursos a nuevas inversiones. Entre los ganadores se encuentran China, India, Indonesia y Turquía. Según Moody’s, un petróleo a US$ 60 puede impulsar el consumo privado en China, equilibrar la economía y moderar la desaceleración. «Los exportadores de petróleo con altos niveles de gasto y poca capacidad de reformas serán los más afectados. Rusia y Venezuela caen en esta categoría», explican en Moody’s.

Otro factor importante para los emergentes es la demanda global. Si la caída del petróleo logra generar el estímulo esperado, los países emergentes se beneficiarán de un escenario de mayor demanda global y menos aversión al riesgo.

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