(ELECTRICIDAD)El Advanced Magnet Lab (AML) de Florida, Estados Unidos, el Centro de Innovación Avanzada de Chile (AIC), y la Fundación Avina, firmaron un acuerdo para crear un consorcio de colaboración para la comercialización de superconductividad en las áreas de energía, agua y medioambiente, idea basada en que el déficit energético mundial es producto de la falta de eficiencia energética.
El acuerdo establece la constitución de un joint venture entre estas tres entidades con la idea de lograr la transmisión de grandes cantidades de energía sin resistencia, proceso fundamental desde el punto de vista de la eficiencia energética.
Entre las aplicaciones contempladas, se espera comenzar desarrollando máquinas superconductoras, rotatorias, que acumulan energía cinética, y permitan reducir la energía contratada en una industria, reduciendo pérdidas.
Además, “el acuerdo contempla la instalación de un centro de desarrollo científico en Chile para desarrollar aplicaciones concretas. No se va a generar conocimiento, vamos a tomar conocimiento y lo vamos a transformar en valor, y esas aplicaciones concretas tienen una particularidad: vamos a buscar la creación de elementos superconductores afines al cobre. Vamos a desarrollar una nueva industria, y se buscará inhibir el surgimiento de tecnologías superconductoras que no sean sobre la base de cobre”, aseguró el director general del AIC, Alfredo Zolezzi.
AÑO DE LA INNOVACIÓN
En opinión de los firmantes del acuerdo, la superconductividad jugará un papel estratégico para Chile. Ello, dado que el desarrollo económico de estas nuevas aplicaciones es altamente sinérgico con las políticas públicas de Chile tendientes a mejorar el suministro y la eficiencia energética hacia un desarrollo sostenible. “El Presidente de la República, Sebastián Piñera, ha mencionado 2013 como el Año de la Innovación, motivando tanto al gobierno como a la industria para comprometer recursos financieros y de infraestructura para este tipo de proyectos”, explicó el Gobernador de Florida, Rick Scott.
La finalidad del consorcio es cómo desarrollar valor que esté distribuido ya en su modelo de negocios inicial y no cómo generar riqueza para luego distribuirla. “La entrada de Avina en este consorcio permite influir en el vector de desarrollo de esta tecnología precursora, de manera que el impacto económico potencial de la misma se genere en función del desarrollo social y ambiental. Para lograrlo buscaremos influir en modelos de negocios de impacto que le permitan a la base de la pirámide social acceder a tecnología de avanzada en el momento en que ésta es una innovación y no cuando está obsoleta”, manifestó Sean McKaughan, Presidente de Fundación Avina.
Por su parte, el Advanced Magnet Lab (AML) de Florida está a la cabeza del desarrollo de aplicaciones de alto impacto basadas en innovadora tecnología y soluciones superconductoras de energía.
Por su parte, el Centro de Innovación Avanzada de Chile tiene un modelo tecnológico probado para conectar ciencia avanzada con aplicaciones de alto impacto usando ultrasonido, plasma e hidrogeno para soluciones de tratamientos de agua de consumo humano e industrial. EL AIC tiene la capacidad de integrar los conocimientos científicos avanzados de AML en innovaciones tecnológicas concretas.
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