(Diario Financiero) Ponderado. Ese es el tono que prima en el ex presidente del Banco Central y hoy economista senior del Centro de Estudios Públicos (CEP), Vittorio Corbo. Y quizás, por lo mismo, sus palabras resultan especialmente convincentes. No muy amigo de adjetivos calificativos pero sí de aterrizar los tecnicismos, su reflexión hoy habla de un cuadro económico interno preocupante, pero no fatalista, sobre todo cuando enumera los avances en materia de bienestar. «Cualquier persona que viene de otro planeta considera a Chile uno de los países más exitosos», bromea, al aludir a la caída de la pobreza y el aumento en la esperanza de vida al nacer -mayor que en EEUU y naciones europeas- gracias a la expansión del PIB y al mayor empleo.
«Los chilenos deben reconocer que este es un país que ha cambiado significativamente en los últimos 30 años», subraya. Pero también admite que «desafortunadamente» no se avanzó a la misma velocidad en dar oportunidades para que una proporción mayor de la población fuera beneficiada. «Fracasamos en dar una educación de calidad al 25% más pobre de los chilenos para que se pudieran subir a esta micro».
Tal vez, como lo sugiere, tampoco reparamos en que en este mismo período hubo un gran desarrollo de nuevas tecnologías en el resto del mundo, que representó una «tremenda» oportunidad para aquellos con buen capital humano. El otro grupo, quedó rezagado. «La cancha se hizo muy dispareja», grafica.
Entonces, reflexiona Corbo, la tarea es mejorar, pero sobre un desarrollo que «era la envidia de América Latina». La complicación es que el ambiente no parece propicio. La economía chilena en los últimos cuatro o cinco trimestres ha estado plana. «Entre el primer y segundo semestre del año pasado la economía creció prácticamente 0,6% en términos anualizados. Si comparo el PIB de enero del año pasado con el de enero de este año, está apenas 4 décimas más arriba, la economía ha estado bastante plana», plantea con gráfico en mano.
Es más, sostiene que si queremos retomar tasas en torno al 2% en adelante, se deben hacer «muchas cosas más. El crecimiento de 2,1% en 2015 es arrastre del crecimiento de 2014».
– ¿Por qué se ve tan difícil retomar ese crecimiento?
– Todo apunta a que la economía internacional este año será igual o peor que el año pasado en términos de crecimiento. En 2016 un mercado importante para nosotros, como es Brasil, tendrá una caída de entre 3,5% y 4% en su PIB, y China va a crecer 6,5% en un escenario favorable, pero con una composición del crecimiento muy distinta a la de antes, que nos seguirá golpeando, ya que está creciendo básicamente con consumo y servicios, como el turismo, pero eso no usa cobre.
Las condiciones financieras seguirán endureciéndose. Todo apunta a que la Reserva Federal tendrá que seguir subiendo tasas, la inflación subyacente está en 2,2% y la meta es 2%. Entonces, la decisión de postergar el alza de tasas tuvo que ver más bien con la volatilidad que ha habido en los mercados internacionales, que podía golpear más a EEUU. Pero todo apunta a que la Fed fue muy dovish, en el sentido de que está comprándose el riesgo que tendrá que hacer subidas más agresivas en el futuro.
Además, no hay duda que las primas por riesgo que le están pidiendo a los países emergentes están sustancialmente por encima del promedio del 2015, principalmente porque se ve que tendrán un crecimiento más tenue.
– ¿Y qué hay del escenario interno? ¿Se ve igual de nublado?
– Dado que la inflación ha estado muy por encima del rango de tolerancia, el Banco Central -de forma correcta- comenzó a subir tasas el año pasado y todo apunta a que el escenario más probable es una nueva alza. Hay una política monetaria menos expansiva, condiciones financieras internacionales menos favorables, términos de intercambio menos favorables. El precio promedio del cobre será más bajo que el año pasado.
– ¿Era inevitable entonces un ajuste fiscal?
– Fue una decisión muy correcta del ministro de Hacienda, porque el precio del cobre que se utilizó para construir el Presupuesto se ve muy superado por la realidad. En el margen, la política fiscal será menos expansiva, que es lo que necesita el país para fortalecer la regla fiscal. Aplaudo esa decisión.
Todo lo que mencioné anteriormente hace pensar que no hay ningún factor de estímulo, todo es para abajo. Entonces, si no se hace nada será muy difícil tener crecimiento este año. Pero creo que nuestras autoridades económicas están conscientes de este escenario y algo van a hacer.
– ¿Qué significa ese «hacer algo»?
– Por ejemplo, actuar en otra variable que está manteniendo el crecimiento deprimido: la confianza de empresarios y consumidores, que ha mejorado en el margen, pero que está en un nivel pesimista. Lo que se puede hacer ahí es destrabar algunas cosas que pueden reabrir el optimismo, porque si no es difícil que la economía crezca con todos los factores anteriores.
Resulta que estamos planos desde el año pasado y las cosas están peor que en enero del año pasado. Posiblemente, se comenzarán a destrabar algunas concesiones. Eso más que actividad hoy, es confianza, la gente ve que hay opciones.
– ¿Ve la voluntad política para hacerlo? Parece insólito mirar los números, que se asemejan casi a una situación de crisis.
– Chile no tiene crisis, lo que tiene es una crisis de crecimiento. Este es un país muy sólido, tiene cuentas fiscales sólidas y si se estaban deteriorando el ministro de Hacienda, con una decisión de mucho coraje, logró convencer al equipo político de que había que hacerlo. Hoy Chile es más confiable en sus cuentas fiscales que hace un mes, porque tomó una decisión correcta de seguir invirtiendo en la regla fiscal.
Chile tiene un Banco Central autónomo, esa institución sigue la historia de que el sistema político nombra consejeros creíbles. Todo esto sigue. Chile tiene un sistema de regulación y supervisión bancaria de primer nivel y que hay que ir perfeccionando. Entonces, Chile no tiene crisis, al contrario, las crisis se dan cuando hay una crisis macro, como Brasil que tiene un déficit fiscal de 10% del Producto; nosotros no tenemos nada de eso. Chile creó la institucionalidad para evitar ese tipo de cosas. Pero sí tenemos un crecimiento modesto. El escenario externo no podemos cambiarlo, pero sí el escenario interno.
«Lo hecho, hecho ya está»
-Desde el punto de vista empresarial, la primera propuesta que se hace para impulsar las expectativas es moderar las reformas. ¿Pasa por ese tema también?
– Lo hecho, hecho ya está y lo que hay que ver ahora es cómo se abren otros ámbitos para ir creando un ambiente más favorable para la inversión y para iniciar actividades, despejar un poco la incertidumbre hacia adelante. Y ahí hay que tener mucho cuidado con la reforma constitucional y ojalá que la reforma laboral salga del Congreso de una forma en la cual permita que las empresas sigan pensando en un escenario de mediano y largo plazo en que puedan funcionar adecuadamente.
Esa es una responsabilidad del sistema político que claramente tiene consecuencias por el lado económico. Si creamos un sistema muy desbalanceado que encarezca demasiado el costo del trabajo, los que pagan el costo son los trabajadores en el mediano plazo, porque la gente comienza a reemplazar. Hoy el trabajo se encareció y hasta los robots reparten las pizzas. La gente responde a incentivos, si el trabajo es muy caro o se puede parar una empresa, entonces en lugar de tener 100 trabajadores, habrá cuatro trabajadores y 80 máquinas. Y a las máquinas hay que sólo echarles aceite y limpiarlas.
– ¿Cuál es su visión sobre el proceso constituyente?
– Tiene que conversarse mucho, tiene que haber mínimos comunes.
– ¿Pero cree necesario que Chile aborde una nueva Constitución?
– No es mi campo así que no entraré en ese detalle. Pero tiene implicancias económicas, por eso hay que ponerse de acuerdo como sociedad, la Constitución no se cambia todos los días porque si no empieza a ser un juego de niños y crea una incertidumbre tremenda. No sólo tiene que haber derechos, sino también responsabilidades.
PIB más de 1% este año
– ¿Cuál es su expectativa para el IPoM de hoy?
– Hay mucha gente que critica al Banco Central por sus proyecciones en los últimos años, que fue muy optimista. El mundo ha cambiado radicalmente, el Banco Central ha estado navegando en aguas turbulentas, de repente sale el sol y de repente llueve. En estas aguas turbulentas ha intentado mantener el timón ordenado, ha hecho su trabajo. Nadie hubiera proyectado que hoy estaríamos celebrando un precio del cobre en US$ 2,25 por libra. El Banco Central ha ido adaptándose a la nueva realidad.
Claramente, su proyección de crecimiento del IPoM anterior (entre 2% y 3% este año) se ve hoy muy optimista. El Banco Central va a revisar su proyección a entre 1% y 2%, que ahí creo que va a estar el crecimiento, más cercano del 1% que del 2%. Lo más probable es que el nuevo rango sea entre 1,5% y 2,5%.
Y en inflación el Banco Central va a reconocer que la economía ha ido creciendo mucho menos de lo que se pensaba, pero reconocerá que la inflación de no transables lleva mucho tiempo sobre 5%, por lo que es muy probable que el Banco Central siga pensando en un alza de tasa adicional, dos a todo reventar, en vez de las tres o cuatro que teníamos en el IPoM anterior.
ARCAS FISCALES: «SE VA A REQUERIR EL PRÓXIMO AÑO OTRO RECORTE»
– ¿Cómo ha visto el rol de contención que ha intentado ejercer el ministro Valdés respecto a las reformas?
– Hacienda ha tenido un rol central, especialmente en tratar de participar en la discusión interna y convencer a las autoridades de la importancia del ordenamiento fiscal, lo que es un tremendo éxito. Y también ha tenido una participación activa en tener una reforma laboral más balanceada entre los intereses del país y los trabajadores sindicalizados. En la Constitución todavía tiene una manguera para apagar un número limitado de incendios, ha estado medio ocupado con estos incendios como para estar preocupándose por un amago que le están preparando.
– ¿Puede ser necesario un ajuste adicional a futuro?
– El ministro, en forma correcta, leyó que tener una regla fiscal es un gran activo país. Para poder cumplir la regla fiscal este año, requería un recorte adicional porque los parámetros que se utilizaron para construirla quedaron obsoletos muy rápido. Entonces, hoy es menos probable que nos bajen la clasificación de deuda que lo que era hace dos meses. Pero no hay duda que el otro parámetro que será importante para construir la regla será el PIB potencial. Y si una persona llega de otro planeta, llega a Chile y ha estudiado en las mismas universidades que estudió el ministro, va a llegar a la conclusión de que el próximo año -cuando el comité de expertos entregue su proyección- el número será más cercano a 3% que el 3,6% actual.
También es muy probable que el comité de expertos del cobre rebaje el precio, lo más probable es que pase del US$ 2,57 actual a una cifra más cercana al US$ 2,40.
Con todo esto, se va a requerir el próximo año otro recorte. Pero por lo menos ya se creó la metodología, que la regla se va a cumplir y se irá bajando el déficit estructural 0,25 punto del PIB por año, y hacer eso requerirá un nuevo ajuste el próximo año.
– ¿Un recorte de la misma magnitud que el de este año?
– Será de la misma magnitud o algo más. Yo diría que algo más, con la información hoy disponible.
CHINA Y BRASIL, LOS RIESGOS. ARGENTINA, BIEN ENCAMINADA
China: «Hay riesgos en ese país, tiene problemas macro financieros y eso puede llevar a una desaceleración brusca en algún momento. No es el escenario central, pero China sigue siendo un problema»
Brasil: «Está en una situación muy difícil, con caídas de Producto en años consecutivos, un desempleo que ha subido muy fuerte, una inflación muy por encima de la meta, un déficit fiscal sobre 10% del Producto. Brasil tiene muchos derechos garantizados, pero se olvidaron de las obligaciones. Brasil es un riesgo tremendo por su dimensión, es la sexta economía más grande del mundo y es muy importante en la región. Yo no veo al gobierno que llegue, o si se mantiene Dilma Rouseff, con el poder político en este momento para llevar adelante las reformas que requiere para controlar el gasto».
Argentina: «Celebro que en Argentina Macri ha ido asumiendo las responsabilidades de enfrentar los problemas que heredó. Tenía subsidios a la energía de 5% del Producto, ¡una locura! Macri le está enseñando a los argentinos que se inventó el sistema de precios hace mucho tiempo, que es un buen sistema para asignar recursos, entonces lo está haciendo con mucho coraje. Soltó el cepo cambiario, pero hereda una situación muy difícil. Hay muy buena oportunidad pero con tremendos riesgos. Brasil no sólo es importante por el riesgo a la región, sino por su impacto en Argentina, a quien le vende el 45% de sus exportaciones, reduciendo las oportunidades de Argentina de salir adelante.
Si sigue avanzando la administración Macri, Argentina tiene una gran ventaja: estuvo aislado de los mercados internacionales por el repudio que hizo a su deuda. El abrir el mercado de deuda le dará la posibilidad de estar en un mundo privilegiado en un momento muy difícil para el mercado de capitales internacional. Es la niña bonita».