Las nuevas tecnologías y la transformación digital siguen siendo decisivos para promover el crecimiento de la industria 4.0, la revolución digital que optimiza los procesos y genera mejores resultados productivos y financieros.
La industria 4.0 es reconocida como la “cuarta revolución industrial”, un término acuñado por el gobierno de Alemania para definir los conceptos de la fábrica inteligente. Una fabricación informatizada de todos los procesos que son conectados por el Internet de las Cosas (IoT), una organización que integra tecnologías con sistemas de producción y fabricación, automatización de procesos y de integración masiva de datos, lo cual permite que los procesos de fabricación sean más flexibles e independientes.
¿Y cómo funciona todo esto? Con Fibra óptica. Estas nuevas tecnologías aplicadas a la industria 4.0 necesitan procesar datos en tiempo real y para eso la fibra óptica es la alternativa ideal. Entre sus principales ventajas podemos anotar lo siguiente:
– Ayuda a tener procesos más ágiles, sin procesamientos manuales que puedan llevar a la posibilidad de error y fallo en las comunicaciones y reportes corporativos. Esto redunda en mayor productividad, efectividad de los procesos y mejor tiempo de respuesta.
– El acceso a la información se torna más fácil, reduciendo el tiempo invertido en la recopilación de la información y, como ahora la mayoría de los programas de gestión de información pueden funcionar con dispositivos móviles, se puede estar supervisando la operación y corrigiendo cualquier problema que se presente.
– Optimiza considerablemente la atención a los clientes, ya que es posible contar con toda la información disponible para la atención y resolución de cualquier requerimiento.
Considerando las tendencias tecnológicas actuales y futuras, es necesario tener una infraestructura de alta disponibilidad y baja latencia, y un canal potente por donde fluyan inmensos volúmenes de datos en tiempo real para el procesamiento de datos y almacenamientos en la nube. Y para esos requerimientos, la fibra óptica es absolutamente necesaria, ya que además otorga una mayor “cyber seguridad” en la transmisión de datos críticos de las empresas. En entornos industriales es muy importante su condición de inmunidad a la interferencia electromagnética, lo que permite una transmisión sin interrupciones o afectación de la data.
Son varias las variables a considerar a la hora de elegir el tipo de fibra necesaria para cada tipo de industria como, por ejemplo, el tipo de topología de red que se utilizará, y si ésta se considera solo un entorno local o bien se amplía hacia otros sitios. También será fundamental saber qué tipo de data se quiere transmitir y sus protocolos definidos por los equipamientos activos a utilizar en esa red. En función de ese análisis, hay que considerar primero el tipo de fibra óptica que se requiere (monomodo o multimodo), la cantidad de filamentos y su construcción en cuanto a cubiertas y armaduras. Además, de forma complementaria hay que elegir cables de comunicaciones para transmisión de protocolos Ethernet y seriales en caso de la industria.
También hay que reconocer que no todas las industrias necesitan el mismo tipo de fibra y es importante hacer la diferencia entre el filamento de fibra óptica y el cable de fibra óptica. El filamento se define en función de la necesidad de transmisión de la red y la distancia a cubrir. El cable contiene la cantidad de filamentos que el diseño de la red requiera y el diseño de éste podrá variar según el entorno en el cual se instalará el cable (subterráneo, ductos, aéreo). Es aquí donde es necesario customizar el cable según la necesidad de la industria, que puede requerir protecciones especiales para el fuego, armaduras contra roedores, etc”.
Por último, la fibra óptica es una tecnología más limpia y sustentable, ya que las redes basadas en cables de cobre, por ejemplo, tienen mayor consumo de energía e incluso hay sistemas que requieren de enfriamientos con combustibles de orígenes fósiles. Por otra parte, la fibra óptica presenta una mayor resistencia en sus materiales y por tanto vida útil, en cambio los de cobre sufren oxidación y recalentamiento por los cambios de temperatura debiendo ser reemplazados en un tiempo mucho menor. Además, nos ayuda a ahorrar energía porque la transición óptica se hace a través de pulsos de luz emitidos por una fuente lumínica laser de bajo consumo, lo que ayuda a reducir el consumo de energía.