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La era de la energía renovable

Mar 7, 2022

Quiero pensar que cuando los arqueólogos del futuro estudien nuestra época, no la definirán como la era digital, sino cómo la de la energía renovable. Los grandes desafíos del planeta ya sean sociales, económicos y ambientales e incluso tecnológicos, demandan energía y que ésta provenga de fuentes limpias. De acuerdo con la Agencia Internacional de […]

Quiero pensar que cuando los arqueólogos del futuro estudien nuestra época, no la definirán como la era digital, sino cómo la de la energía renovable. Los grandes desafíos del planeta ya sean sociales, económicos y ambientales e incluso tecnológicos, demandan energía y que ésta provenga de fuentes limpias.

De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA), al 2020 la capacidad energética renovable mundial aumentó en más 260 GW, cerca de un 50% por encima del crecimiento registrado en el 2019. Lo que es aún más interesante, es que más del 80% de la nueva capacidad eléctrica agregada vino de fuentes como la solar y eólica, representando un 91% de las nuevas renovables. Y Chile no es ajeno a esta tendencia mundial, siendo que al cierre del 2021 la energía solar y eólica representan el 25% de la matriz energética del país, de acuerdo con lo señalado por la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (Acera). No obstante, todos estos progresos, aún queda mucho por realizar en esta materia, y es que en el mundo hay más de 800 millones de personas sin acceso a electricidad segura y el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU de que toda la población del orbe tenga luz asequible, segura, sostenible y moderna al 2030 no se ve aún cerca de cumplirse.

En un momento en que el mundo contempla horrorizado una nueva guerra en Ucrania, que en términos energéticos puede significar interrupciones en el suministro de petróleo y gas natural al resto de Europa, vale la pena reflexionar sobre lo que ello significa para la economía, a partir de nuestra aún dependencia de combustibles fósiles  y por consiguiente, los desafíos que aún nos aguardan en materia del desarrollo de energías renovables

En un mundo en que el acceso a electricidad trae aparejado no sólo más bienestar físico o la capacidad de mejorar la calidad de vida, sino que también más acceso a las redes del conocimiento a través de internet, contar con este suministro de manera segura es un desafío fundamental. En Chile, aún existen hogares que no cuentan con electricidad o hay déficit en la utilización de los implementos más básicos, como luminarias en los espacios públicos, situación que se ha visto agravada por la crisis social de la pandemia del Covid.

En estos momentos, hay más de 81 mil familias viviendo en casi mil campamentos en Chile, la cifra más alta desde 1996 y desde 2019 el número de estos asentamientos prácticamente se duplicó. Lo vemos a diario: carpas en plazas y calles; viviendas irregulares en diversas áreas; sin los implementos más básicos de subsistencia.

Como sociedad, es nuestro deber dar soluciones a estos problemas, partiendo por proveer acceso a electricidad, que les permitirá a estos hogares preparar alimentos, refrigerar su comida o lavar la ropa, leer y estudiar por la noche. En esta tarea, en los últimos años Techo y Fundación Nexans han trabajado en conjunto para iluminar los espacios públicos de algunos de estos lugares en distintas regiones del país, utilizando la energía solar. Pero aún falta mucho por hacer y las energías renovables nos ayudarán para avanzar en este gran objetivo de electrificar el futuro de forma segura, sostenible, descarbonizada y accesible para todos.

No puedo evitar pensar en las últimas palabras del poeta alemán Johann Wolfgang von Goethe. En un mundo que aún no conocía la electricidad, lo último que él pidió fue: “Luz, más luz”.

Miguel Ángel Fernández, gerente comercial Nexans Chile

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