Este 26 de enero celebramos el Día Internacional de la Energía Limpia, instaurado por la Organización de las Naciones Unidas en 2009 tras la fundación de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), y el reconocimiento de su rol de liderazgo en acelerar la transición energética global hacia energías renovables.
Hoy en día, promover las energías limpias es mucho más que una simple sugerencia, es un imperativo si queremos realmente cuidar el planeta. Veámoslo así: Los combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas, generan casi el 90% del total de las emisiones de dióxido de carbono causantes de la crisis climática, y pese al daño que provocan, aún conforman la mayor parte de la producción energética en el mundo y también en Chile.
Como contraparte, en los últimos años las fuentes eólicas, solares, geotérmicas e hidroeléctricas han ido ganando cada vez mayor terreno. Durante 2023, la capacidad mundial de energía renovable agregada a los sistemas energéticos creció un 50%, alcanzando casi 510 gigavatios (GW), la tasa de crecimiento más rápida de las dos últimas décadas de acuerdo a cifras del informe “‘Renovables 2023. Análisis y previsión hasta 2028”, elaborado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
En Chile, el panorama es similar. La Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (Acera), hizo un exitoso balance de 2023, con un récord en la generación de energías renovables y una participación promedio anual de 63%, considerando que un 37% de toda la energía generada en el sistema provino de fuentes de Energías Renovables No Convencionales (ERNC). Esto marca un punto de inflexión importante, ya que por primera vez la participación anual de generación eléctrica de las centrales ERNC (36,7%), casi iguala el nivel de participación de la generación térmica (37,3%). Es más, la cifra histórica para las renovables se registró el 19 de marzo pasado entre las 13:00 y las 13:59 horas, con un 75,1% de la energía generada durante esa hora y la mayor contribución horaria de fuentes ERNC registrada hasta la fecha.
Además, el sector renovable se está volviendo clave para las inversiones, con la instalación de 102 nuevos proyectos y sistemas de almacenamiento que totalizan 1.827 MW y fondos estimados de 1.718 millones de dólares.
Está claro que para evitar las consecuencias negativas de la crisis medioambiental, los científicos advierten que es necesario reducir las emisiones contaminantes a casi la mitad en 2030 y alcanzar las cero emisiones netas en el año 2050. Y para lograrlo, las energías renovables están demostrando que son EL camino a seguir.
A futuro, combinar con eficiencia la inyección de energía renovable y su almacenamiento no sólo entregará una fuente segura y sostenible de electricidad para la ciudadanía, también facilitará el camino hacia un Chile más competitivo y sostenible.
Como país aún tenemos mucho que avanzar en la materia, especialmente en lo que se refiere a la actualización de la normativa energética y la igualdad de condiciones de mercado para los operadores. Lo más importante ya lo tenemos, las energías limpias son una poderosa herramienta para proteger al planeta y sus habitantes. Por eso, es urgente convertir su uso en una realidad permanente y con todas las garantías necesarias para potenciarlas todavía más.