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Chile y los caminos de desarrollo para el hidrógeno

Ago 5, 2021

Con ocasión del World Hydrogen Leaders, se discutió ampliamente cómo Chile está en camino de construir una economía del hidrógeno, en la cual el país está bien encaminado: el gobierno ya cuenta más de 40 proyectos viables de hidrógeno que están siendo planificados por empresas privadas. Es clave entonces pensar en cómo superamos los desafíos […]

Con ocasión del World Hydrogen Leaders, se discutió ampliamente cómo Chile está en camino de construir una economía del hidrógeno, en la cual el país está bien encaminado: el gobierno ya cuenta más de 40 proyectos viables de hidrógeno que están siendo planificados por empresas privadas. Es clave entonces pensar en cómo superamos los desafíos que plantea la introducción de esta nueva energía, todo en pos de un país más sostenible.

La normativa avanza, las inversiones están llegando y, por tanto, los proyectos se seguirán ejecutando. Según un informe del Ministro de Energía, solo si la Región de Magallanes activara hoy todo su potencial eólico para la producción de hidrógeno verde, esa región podría ser la fuente del 13% de esta energía a nivel mundial. Chile se perfila como líder mundial en hidrógeno.
Pero en medio de todo este frenesí por el hidrógeno, es clave considerar las peculiaridades de este elemento, cómo se pueden utilizar mejor los recursos de Chile y cuál es la cadena de valor completa.

Hoy en día, la producción de hidrógeno verde es restrictiva para muchas empresas debido a los costos de la electrólisis. Por otro lado, pensar en la tan esperada exportación de hidrógeno es un desafío en sí mismo. La complejidad en términos de almacenamiento y transporte para su uso en el destino final no es menor: el hidrógeno es extremadamente volátil y se filtra fácilmente, y también afecta la resistencia de metales que son -de hecho- calificados de alta resistencia. Además, en preparación para el transporte, puede perder hasta un 30% de su energía.

La buena noticia es que el papel del hidrógeno en el impulso de la sostenibilidad puede acelerarse utilizando o adaptando partes importantes de la infraestructura energética existente para utilizar el hidrógeno como fuente de combustible. Ya lo hemos visto en plantas de ciclo combinado que son capaces de funcionar con una mezcla de gas natural e hidrógeno. El aporte de estos en la descarbonización de la matriz energética es muy significativo, y una buena solución mientras se desarrollan nuevas tecnologías que utilizan un mayor porcentaje de hidrógeno.

Dado que el hidrógeno verde es el principal objetivo en cuanto a combustible, el vínculo entre los proveedores de energía renovable es fundamental. Los planificadores de infraestructura de energías renovables e hidrógeno deben trabajar juntos para desarrollar redes eficientes y rentables que puedan acelerar la aceptación del hidrógeno en todo el país.

Chile ya está en proceso de crear un marco regulatorio para la producción y uso de hidrógeno. Será importante que sea “agnóstico” en términos de tecnología, con aplicabilidad a todas las geografías del país, y que premie la descarbonización de las industrias locales tanto o incluso más que el hidrógeno bajo en carbono para la exportación. El desarrollo de la economía del hidrógeno tiene muchos caminos, y la buena noticia es que Chile está en condiciones de ser no solo líder en su uso a nivel nacional, sino que también un hub energético con proyección global.

Óscar Falcón, Vicepresidente Senior de Energía América Latina, Black & Veatch

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