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(Chile)Cómo queda el escenario energético con el boom de proyectos

Dic 26, 2007

*Hay consenso en que las nuevas plantas de generación no responden a un ánimo especulativo, derivado de los altos precios actuales. De aquí al 2011 la capacidad instalada está en línea con las holguras que requiere el sistema.

Si bien en la actualidad unos de los cuellos de botella del país es la escasez de energía, hay quienes piensan que en el futuro el problema podría ser un exceso de ésta.

Que todos los meses se anuncie un nuevo proyecto de generación ha puesto nerviosas a algunas de las empresas dominantes del sector: temen que en el largo plazo esto derive en una sobreoferta, que deprima los precios y con ello, la tasa de retorno de sus inversiones.

Sin embargo, tanto la autoridad como expertos privados desdramatizan la situación. «Pareciera que hay mucho proyecto en cartera, pero lo que está listo o en construcción es poco y nada muy espectacular», plantea la ex secretaria de la CNE Vivianne Blanlot.

En la misma línea, pero con algunos matices María Isabel González, gerente de la consultora Energética, asevera que siempre puede haber un riesgo potencial de sobreoferta, como ocurrió en 1997. Pero llama a considerar que gran cantidad de proyectos serán inviables para las exigencias ambientales o se atrasarán respecto de los plazos proyectados. «También cabe la posibilidad de que estén tan lejos de las redes de transmisión, que tampoco lleguen a materializarse porque resultarán muy caros», acota.

Gabriel Bitran, de Gabriel Bitran y Asociados, destaca que ese riesgo está acotado porque en general el mercado es bastante racional para invertir: «Las centrales que debieran construirse son las que tienen contrato, porque es sobre la base de éstos que se financian. Y el aporte de las energías renovables no convencionales, como las eólicas y las minihidro, es tan marginal que no cambian mucho el panorama».

Qué dicen los números

El ministro de Energía, Marcelo Tokman, destaca que el gran acierto de Ley Corta II fue incorporar un mecanismo de autorregulación con las licitaciones de suministro de los clientes regulados. Porque así quien construye, lo hace porque tiene un contrato y una certeza del precio, el que además estará indexado a la variación de su combustible de generación, lo que le permite acceder al financiamiento.

«Y lo que arroja el resultado del último proceso de licitación es que de aquí a 2011 no hay sobreoferta. Si bien la capacidad instalada está creciendo en promedio más que la demanda, aún es muy escaso el margen porque las inversiones estuvieron congeladas durante varios años. Lo que hará que incluso 2010 sea apretado», dice.

Situación que se replica para los grandes clientes libres, que están cerrando contratos para la misma fecha bajo condiciones similares.

En el ministerio estiman que al 2020 en el SIC y SING se requerirán algo más de 17.000 MW adicionales, considerando crecimiento de la demanda, los efectos de las políticas de eficiencia energética y un margen de seguridad adecuado de capacidad instalada, por sobre la demanda máxima.

Ya hay 6.800 MW a firme y como de esos unos 600 MW son turbinas de respaldo, hacen falta proyectos por otros 10.000 MW. Del 2011 en adelante entrarían a tallar proyectos como Hidroaysén, Farellones y Río Cuervo.

Para el corto plazo, la disponibilidad sigue bastante ajustada. Este año han entrado 600 MW al SIC, a los que en 2008 se sumarán al menos unos 1.200 MW y del 2009 al 2011, otros 5.600 MW.

El ministro admite que hay en carpeta un gran stock de capacidad transitoria (turbinas): «Una parte corresponde a generadoras que con una mala hidrología no estarán en condiciones de cumplir sus contratos y otra parte se explica por la oportunidad que representan los altos precios en el mercado spot, que hacen rentable su instalación aunque deban desmontarlas en un par de años».

Turbinas transitorias

María Isabel González corrobora que nadie está tomando decisiones de inversión de largo plazo con los precios vigentes: «Sólo los proyectos de emergencia, porque saben que en adelante sólo se pagará la potencia y tendrán que darles otro uso a esas turbinas porque van a ser despachados muy pocas horas en el año. Como estos equipos caros no influirán en el precio, no rentarán».

Tokman destaca que el movimiento de los proyectos en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental es un buen síntoma de que el panorama energético se normalizará: en 2005 se aprobaron proyectos por 700 MW, en 2006 subieron a 1.100 y este año van 4.300 MW.
Fuente: El Mercurio.

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