(Pulso) La Cena de la Energía, realizada la noche del miércoles en Santiago, se ha transformado con los años en un evento de gran trascendencia para el sector. Ante la presencia de las autoridades de turno se reúnen generadores, transmisores y distribuidores de electricidad, los gasíferos, las ERNC y el poder político.
La iniciativa nació a fines del anterior Gobierno de Bachelet, al interior del entonces naciente Ministerio de Energía. De la mano de Marcelo Tokman y con el empuje de su jefa de gabinete y posterior subsecretaria, Mariana Soto, salió adelante la idea.
Las empresas literalmente “mataban” por estar en la mesa principal junto a Bachelet, luego Piñera y ahora otra vez Bachelet. Jorge Rosenblut, el ahora cuestionado presidente de Enersis, quien ocupó el mismo cargo en Endesa y Chilectra, no se perdía esta instancia, estuviera donde estuviera. Era capaz de viajar sólo por el día desde Miami para sentarse en la mesa principal. Por eso, el comentario generalizado la noche del miércoles de los asistentes y de la prensa fue la ausencia de Rosenblut, sobre todo teniendo en cuanta que ese día estaba en Santiago, pero que por la noche “habría tenido que viajar” a EEUU por compromisos contraídos con anterioridad.
[Revise la asistencia a la Cena de la Energía 2015 en Casapiedra]
Sin embargo, es un hecho confirmado por muy altas fuentes en Enersis y en el propio Gobierno que había incomodidad en La Moneda ante la posibilidad de que la mandataria y Rosenblut se sentaran a la misma mesa o ante opción de ser fotografiados. Ante esta situación, Palacio recibió a tiempo las señales de que el presidente de Enersis no se haría presente.
Séquito de seguridad
Diversos ejecutivos del grupo Enersis asistieron a la comida. El gerente general, Luca D’Agnese, llegó acompañado por un profesional del área de Relaciones Institucionales, quien no le perdió pisada ante la posibilidad de preguntas “inoportunas de la prensa”. Afuera del recinto de CasaPiedra habría un nutrido grupo de funcionarios esperando a Daniel Fernández (subalterno del italiano) para escoltarlo y blindarlo del asedio periodístico, cumpliendo casi labores de seguridad. Sólo una vez que la Presidenta ingresó al recinto Fernández encontró el camino despejado para entrar al salón, utilizando la última puerta para ingresar.
Y una vez terminada la comida, Fernández fue escoltado por su jefe de comunicación hasta la salida, donde no pudo eludir a la prensa, pero sólo respondió sin detener su marcha con evasivas ante las preguntas de los medios sobre la reestructuración del grupo. “Nada que decir, el directorio tiene que resolver. Así que no voy a decir nada. No tengo fechas definidas. No voy a definirle yo fechas al directorio. Las inversiones las definen los directorios de Endesa y Chilectra”, dijo. Respecto a la ausencia de Rosenblut, su situación legal y las platas políticas guardó silencio y, raudo, abandonó CasaPiedra.