(El Mercurio) «Las campañas son para fijar posiciones y para abrir debates que le sirvan al país», dijo ayer el precandidato presidencial Andrés Allamand, aludiendo a sus dichos sobre HidroAysén. En días previos, el ex ministro había señalado, en una entrevista a TVN, que el proyecto estaba «muerto» y que hoy «no tenía ninguna viabilidad», lo que provocó la respuesta de Endesa Chile (propietaria del 51% de HidroAysén), a través de su director, Jorge Rosenblut.
«Decir que el proyecto está muerto, a lo menos me sorprende», había señalado Rosenblut. En la misma línea, el ministro de Energía, Jorge Bunster, afirmó que «HidroAysén es un proyecto en desarrollo».
Ante las críticas que surgieron en representantes del mundo empresarial y del propio titular de Energía, el precandidato dijo que «en Chile cuesta hablar con la verdad. Y ese es un mal que abunda en la política. Yo me limité a constatar un hecho: fueron los propios ejecutivos de la compañía quienes señalaron pública y oficialmente que el proyecto era hoy, en el actual contexto político y normativo, inviable.¿Alguien cree que un proyecto como HidroAysén puede desarrollarse en el contexto actual? ¿Qué empresa energética estaría hoy dispuesta a emprender un proyecto como ese hoy? Yo no creo que sea buena política tapar el sol con un dedo».
A la par, aclaró que incluye a la hidroelectricidad «entre las fuentes que Chile debe usar» y que es un potencial que no se debe desaprovechar.
Acuerdo nacional: «energías limpias, competitivas y ojalá propias»
En ese sentido, el ex ministro dijo que la forma de enfrentar el tema energético en el país debería plantearse a partir de «un acuerdo nacional».
«No hay una política energética de consenso. Y vamos por muy mal camino. En el gobierno de Bachelet la tónica fue construir centrales a diésel y carbón. Tenemos una energía cara, sucia y que en términos de lo que se requiere para el desarrollo ya se vislumbra como insuficiente. Pero hay otro tema no abordado que se advierte bien desde el Ministerio de Defensa: Tenemos una alta vulnerabilidad de fuentes externas», dijo.
En su opinión, Chile es, desde el punto de vista de su seguridad, vulnerable energéticamente, atendida su alta dependencia: «Desde mediados de los 90 a la fecha hemos pasado de un matriz donde sólo 1/3 era en base a combustibles fósiles importados a 2/3 hoy. Este tema hay que afrontarlo ya y no seguir pateándolo para adelante».
Esos factores, afirmó, hacen imperioso un acuerdo nacional sobre la materia y destacó como ejes «avanzar más fuerte en eficiencia energética: la energía que se ahorra por que no se malgasta. Lo segundo es impulsar las energías renovables, teniendo en cuenta que ningún país puede resolver sus problemas sólo con ellas. Para mí, lo fundamental no es si son o no convencionales. Lo fundamental es que sean limpias, competitivas y ojalá propias».
«Fueron los propios ejecutivos de la compañía quienes señalaron pública y oficialmente que el proyecto era hoy, en el actual contexto político y normativo, inviable».
«No hay una política energética de consenso. Y vamos por muy mal camino. En el gobierno de Bachelet la tónica fue construir centrales a diésel y carbón».
Fuente / El Mercurio