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Alaska se aprieta el cinturón por el colapso petrolero

Ene 12, 2015

El colapso del petróleo obliga al estado norteamericano a recortar sus gastos para enfrentar la baja de ingresos: el 90% de su presupuesto proviene de la explotación de crudo.

(La Tercera) El colapso en los precios del petróleo podría profundizar el déficit de Alaska. El estado se ha visto obligado a detener o reducir sus gastos en nuevos proyectos, antes de tener que echar mano a sus enormes fondos de reservas acumulados durante los años delboom de los hidrocarburos.

Famosa por sus riquezas naturales, la fría e inhóspita región financia el 90% de su presupuesto con los impuestos y regalías obtenidos por la explotación del crudo. El mes pasado, tuvo que recortar sus proyecciones de ingresos a casi la mitad, debido a la histórica baja del combustible, que esta semana alcanzó su valor más bajo en más de cinco años. El viernes, el Brent se transó en US$ 50,11 por barril.

Pero el frío estado del norte no está solo. Otros estados petroleros norteamericanos, como Louisiana y Nuevo México, también tuvieron que rebajar sus estimaciones de ingresos, debido a la caída de la materia prima. En Louisiana, el gobierno decidió no completar nuevas vacantes para algunos puestos de trabajo en la administración y congeló los gastos de viajes para el personal.

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La agencia de clasificación de riesgos Moody’s redujo las perspectivas de crédito de Alaska a negativo el mes pasado, lo que indica que el estado podría perder el alto rating al que fueron emitidos sus bonos por US$ 840 millones. El gobernador Bill Walker ordenó frenar los gastos en proyectos, incluyendo un puente y una línea de gas natural. El estado enfrenta un déficit de US$ 3,5 mil millones.

“Alaska ha sido sabia en cuanto a adelantarse a que la caída de sus ingresos puede ser mayor y está actuando con determinación”, dijo Dan Heckman, un estratega de renta fija en el US Bank Wealth Management, en Kansas, que maneja una cartera de US$ 122 mil millones. “Las posibilidades de que el precio del crudo siga bajando existen, lo que generaría varios problemas para muchos de los estados productores de petróleo”, añadió.

Como en 2009

El jueves, el valor del crudo descendió hasta los US$ 46,83 por barril, su valor más bajo desde abril de 2009, mientras que en diciembre, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) siguió bombeando por séptimo mes consecutivo encima de su cuota y la producción estadounidense alcanzó su nivel más alto en más de tres décadas, según datos compilados por Bloomberg.

Alaska es el cuarto mayor productor de petróleo de Estados Unidos y puede verse obligado a gastar sus reservas, dijo Moody’s, en un reporte del 16 de diciembre pasado. El analista de esa entidad, Ted Hampton, añadió esta semana en una entrevista telefónica que si la región consume sus ahorros en los próximos dos años fiscales, podría perder su clasificación de riesgo de triple A, que obtuvo en 2010. Alaska es uno de los nueve estados de Estados Unidos con menor riesgo crediticio.

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Alaska cuenta con un fondo de reservas de más de US$ 14 mil millones y podría utilizar unos US$ 3.500 millones este año y otros US$ 3.600 millones el próximo, dijo Pat Pitney, director de la Oficina de Administración y Presupuesto.

“Queremos minimizar en todo lo que podamos los recortes, al mismo tiempo que buscamos soluciones aceptables para abordar el problema. Gracias a nuestros ahorros, podemos darnos el lujo de contar con tiempo para buscar soluciones a través de un diálogo franco con la comunidad”, añadió Pitney.

El gobernador de Alaska, Bill Walker, un independiente elegido en noviembre último, pidió el mes pasado a todas las entidades públicas del estado que le hagan llegar dos propuestas para reducir el gasto. Una, con un recorte del 5% y, otra, con una reducción del 8%. Pero esos ajustes sólo alcanzarían a reducir los gastos en unos US$ 150 millones, cifra evidentemente insuficiente.

Walker tiene que presentar su presupuesto el 18 de febrero y se espera que anuncie el retraso de proyectos emblemáticos, como el de un puente de 2,8 kilómetros que conectará a Anchorage, la ciudad más grande del estado, con Matanuska-Susitna Borough, una de las regiones de mayor crecimiento en los últimos años. El viaducto estaba en planes desde 1923 y la idea de construirlo ha sido lanzada una y otra vez por todos los gobiernos. “Se esperaba que la construcción comenzara dentro de un año y ahora todo está en el aire”, dijo Shannon McCarthy, una vocera del departamento de transporte de Alaska.

Sin pánico

“El déficit de ingresos es algo que necesita ser abordado”, indicó Randall Hoffbeck, encargado de las finanzas del estado.

En 1990, Alaska creó un fondo de emergencia que se nutrió con los impuestos y regalías de las empresas petroleras, con el objetivo de suplementar los ingresos estaduales cuando éstos bajaran por los hidrocarburos. Al cierre de 2014, el fondo acumulaba más de $ 14 mil millones.

El mes pasado, Alaska redujo su pronóstico para el precio del petróleo a un promedio anual de alrededor de US$ 76 por barril para 2015, en comparación con una proyección anterior que consideraba más de US$ 100 por barril. Con esta nueva previsión, las perspectivas de ingresos cayeron a $ 2.600 millones en vez de US$ 4.500 millones.

Pero, incluso si los precios del petróleo se recuperaran, Alaska deberá enfrentar una caída en la producción, dijo Pitney. En 2013, el estado extrajo 187,9 millones de barriles, menos de la mitad de dos décadas antes, según datos de la Agencia de Administración de Energía. “Simplemente, no tenemos la producción que solíamos tener”, sostuvo Pitney.

Menor ambición de extraer

Los yacimientos petroleros peligrosos y difíciles, que parecían minas de oro cuando el barril de crudo costaba más de US$ 100, se han convertido en un gastadero de dinero en tanto el petróleo cae al nivel más bajo en varios años.

La caída del precio del petróleo no sólo reduce las ganancias de los productores y pone en peligro los dividendos de los inversionistas, sino que también puede atentar contra el crecimiento futuro de una empresa al privarla del efectivo que necesita para encontrar, perforar, evaluar y equipar sus descubrimientos. La interrupción de la inversión en los yacimientos de aguas profundas y las arenas bituminosas de Canadá podría desorganizar la cadena de proyectos nuevos que se necesitan para mantener abastecido al mundo, en tanto se secan los pozos más antiguos.

Para las compañías de exploración más grandes, el impacto de la caída de los precios es enorme. Cada descenso de US$ 10 en el precio elimina US$ 2.800 millones de flujo de caja anual para Exxon Mobil Corp., de acuerdo con los analistas de Barclays Plc. Para Chevron Corp., que depende más del crudo que su rival, un cambio de US$ 10 se traduce en US$ 3.850 millones menos de flujo de caja.

El crecimiento de la demanda en todo el mundo tambalea, agravando un exceso de oferta en los EE.UU. que no era tan grande en esta época del año desde hace tres décadas. El excedente -resultado de un auge de la producción sin precedentes en las formaciones de rocas de esquisto de EE.UU.- podría tardar “meses o años” en absorberse, dijo el ministro de Energía de los Emiratos Arabes Unidos, Suhail Al Mazrouei.

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