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A 500 años de su descubrimiento, el océano Pacífico concentra la mitad del comercio global

Sep 25, 2013

En la zona confluyen cuatro pactos de negocios entre países: el APEC, el Trans Pacific Partnership (TPP), la Alianza del Pacífico y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean).

(El Mercurio) La mañana del 25 de septiembre de 1513, el conquistador español Vasco Núñez de Balboa alcanzó la cumbre de una de las montañas aledañas al río Chuqunaque, en la actual Panamá. Desde la altura observó, a lo lejos, una enorme extensión de agua que se perdía en el infinito. Era el Mar del Sur, el primer nombre que recibió el océano Pacífico, inexplorado hasta entonces para Occidente.

Hoy se cumplen exactamente 500 años de este descubrimiento. Y en estos cinco siglos, ese mar desconocido se transformó en el centro de gravedad de la economía mundial.

Con una población de 2.780 millones de personas, la zona del océano Pacífico acumula hoy el 49,7% del total de las importaciones mundiales.

No obstante, el mercado potencial de la región en términos comerciales es de US$ 9 billones (millones de millones), según estimaciones de la Dirección de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería (Direcon).

Cuatro bloques
Transcurridos 500 años y con el protagonismo que ha adquirido China a nivel global, el eje del comercio internacional se ha trasladado desde el océano Atlántico al Pacífico.

Cuatro son los bloques regionales que se han formado en la Cuenca del Pacífico: el Foro de Cooperación Económica del Asia Pacífico (APEC); la Alianza del Pacífico; el Trans Pacific Partnership (TPP) y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean). De este último bloque forman parte Indonesia, Filipinas, Malasia, Singapur, Tailandia, Vietnam, Brunei, Camboya, Laos y Myanmar.

Actualmente Chile tiene 15 acuerdos comerciales vigentes, firmados o negociados con economías de APEC: Australia, Brunei, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Hong Kong, Japón, Malasia, México, Nueva Zelandia, Perú, Singapur, Tailandia y Vietnam.
En 2008, solo las 20 economías que formaban parte de APEC constituían el 44,6% de las importaciones mundiales.

En 2012, las exportaciones de Chile a los países del APEC totalizaron US$ 50.207 millones, lo que representó el 64% de sus envíos totales e importó desde el bloque US$ 46.227 millones, equivalente al 58% de sus compras.

Chile también participa de las negociaciones plurilaterales con los otros tres países de la Alianza del Pacífico (México, Perú y Colombia) y con los once países del TPP (Estados Unidos, Japón, Australia, Nueva Zelandia, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam, Canadá, México, Perú), por lo que sus productos entran con preferencias arancelarias a esas economías.

En 2012 las exportaciones chilenas a la Alianza del Pacífico sumaron US$ 4.073 millones, 5% del total exportado, y a las economías del TPP US$ 24.336 millones, otro 31%. Las negociaciones del TPP apuntan a generar una integración profunda entre países que en conjunto tienen un PIB de US$ 2.010.000 millones.

La influencia de la región en los flujos de inversión extranjera
Las economías que circundan el océano Pacífico han tenido una activa participación en la economía chilena en materia de inversión extranjera directa.

Desde 1974 hasta el primer semestre de este año, los flujos de capitales foráneos materializados en el país -y que fueron ingresados a través del mecanismo D.L. 600- ascienden a US$ 56.693 millones.

Según datos del Comité de Inversiones Extranjeras (CIE), el principal aportante en casi treinta años es Estados Unidos. La inversión productiva de la mayor economía del mundo en Chile es de US$ 24.518 millones.

También destaca Canadá, con US$ 16.018 millones entre 1974 y la primera mitad de 2013. En tercer lugar resalta Japón, tras alcanzar los US$ 7.989 millones.

Australia, con US$ 4.420 millones y una fuerte presencia en la industria minera nacional, se alza como el cuarto aportante de mayor relevancia para el país.

Considerando los datos de 2012, Estados Unidos continuó liderando los flujos hacia Chile, tras invertir US$ 2.951 millones. Sin embargo, el segundo lugar ya no lo ostenta Canadá -como se aprecia en la tendencia histórica- sino que Japón, con US$ 2.316 millones. En lo que va del año, EE.UU. y Japón mantienen su liderazgo, con sendos US$ 1.424 millones y US$ 1.029 millones.
Economías del Pacífico representarán casi el 58% del PIB global en 2013, según proyecciones del FMI

El peso económico de los países que circundan el océano Pacífico es indudable, ya que corresponden a varias de las principales potencias mundiales.

De acuerdo con los datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Producto Interno Bruto medido por paridad de poder adquisitivo (PPP, por su nomenclatura en inglés) de las 27 economías relevantes de esta zona geográfica superaría los US$ 50 billones (millones de millones) en 2013.

Así, dicho conjunto de mercados representaría a fin de año el 57,6% del PIB global, que ascendería a diciembre a unos US$ 87 billones.

Entre las economías del Pacífico, Estados Unidos ostenta el mayor peso, pues representaría el 18,6% del producto mundial de este año. Sin embargo, la cifra es menor a la de 2012, ya que su participación fue de 18,9%.

La influencia de Estados Unidos ha disminuido a merced de China, que se alza como la segunda economía del mundo y del bloque oceánico, debido a que acapararía el 15,62% del PIB mundial en 2013. El porcentaje será mucho mayor al de 2011, cuando el «gigante asiático» exhibía el 14,3%.

Existen varios reportes que auguran que China se posicionará como la primera economía del mundo en el mediano plazo. La OCDE, por ejemplo, proyecta que ese evento sucederá en 2017.

Pero más allá de la influencia china y estadounidense, en las orillas del océano Pacífico también surgen otros exponentes de importancia. Ahí destacan Japón y Rusia, ya que ambas economías representarían este año el 5,48 y el 3,03%, respectivamente, del producto interno bruto del orbe. Más atrás figura México, que ostentaría el 2,12% de la economía mundial.

Los mexicanos destacan como el mayor exponente latinoamericano en el Pacífico. Sin embargo, Colombia, con una proyección de 0,61% del PIB global, agrega una cuota adicional de importancia a la región, ubicándose en niveles similares a los de Malasia y Tailandia, dos de los denominados «tigres asiáticos». Chile, por sus características de economía pequeña, solo representaría el 0,39% de la economía mundial, según los datos del FMI. El nivel nacional es inferior al de Perú (0,40%), aunque equivalente a otros mercados de mayor población, como el vietnamita, y economías más desarrolladas, como Singapur. Asimismo, el desempeño nacional sería superior a de Nueva Zelandia (0,16%).

La visión oceánica fue un pilar fundamental en la construcción del Estado chileno moderno
El interés de Chile por el océano Pacífico comenzó con la Independencia, cuando rápidamente se construyó una visión político-económica basada en el comercio internacional. «El mar definió una forma de entender la construcción de Estado», advierte Fernando Wilson, profesor de Historia de la Universidad Adolfo Ibáñez. Agrega que el tiempo ha demostrado que Chile ha sido próspero mientras ha estado abierto al mundo a través del mar. Comenta que los momentos de pobreza entre 1931 y 1976 se asocian a un período de aislamiento, tanto por choques ideológicos como por problemas internos.

El profesor de la Universidad Católica Ricardo Couyoumdjian complementa que por muchas décadas el movimiento económico del mundo estuvo por el lado del Atlántico, pero que esto cambió con la construcción del canal de Panamá, que conectó ambos océanos. Sin embargo, fue a mediados del siglo XX cuando economías como Japón y China comenzaron a tomar fuerza. «Se da un vuelco. El Pacífico norte cambia radicalmente de importancia, y los países del sur quedamos con ventaja respecto de los del Atlántico», asegura el académico.

Desde mediados de la década de los setenta -específicamente 1976-, Chile decide abrir su economía al mundo, y comienza a utilizar el Pacífico como vía de contacto para la exportación de productos. «Si bien el país no recibió grandes migraciones, como Argentina y Brasil, fue un gran receptor de gestores culturales: desde Claudio Gay hasta profesores alemanes en la década de 1960», explica Wilson. Y dice que la instalación de grandes compañías en el país empezó a articular un flujo constante con Europa que trajo aparejada una forma de ver el mundo.

El país se hace parte de lo que se llama «la mundialización», un sistema comercial y cultural que fluye por el mar y que les permite a los chilenos desarrollarlo como una herramienta de construcción de sociedad. «El hecho de que podamos declararnos insatisfechos con ciertos estados de las cosas significa que hemos alcanzado un nivel de desarrollo que se debe, en parte, al uso del Pacífico no sólo como herramienta de riqueza, sino también de construcción de realidad», indica Wilson. Sostiene que hoy, con la presencia de las tres mayores economías del mundo en un solo océano -EE.UU., China y Japón-, no cabe duda de que el mar es el futuro. Los historiadores advierten, eso sí, que aún falta pensar ciertos usos que darle al mar, como el tema austral y el antártico.

Fuente / El Mercurio

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