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Descarbonización: Advierten que proceso no tiene un objetivo «cero emisiones»

El proceso de descarbonización no tiene un objetivo estrictamente cero emisiones, pues se ha enfocado en eliminar el carbón y no el carbono, según sostuvo Claudio Huepe, director del Centro de Energía y Desarrollo Sustentable de la Universidad Diego Portales durante el seminario Seminario «Generación eléctrica cero emisiones: El largo y sinuoso camino», realizado por la casa de estudios y la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (Acera A.G.).

«La propuesta de descarbonización se ha enfocado en eliminar el carbón y no las emisiones de carbono. Se trata de eliminar en particular una fuente de energía, por lo que no es un objetivo estrictamente cero emisiones», planteó el académico.

Según Huepe, «es el momento de considerar una nueva regulación, más compleja y evolutiva, con precios al carbono, eficiencia energética, opciones tecnológicas, demanda más flexible, desarrollos locales integrados, capacidad de asignar riesgos y electromovilidad».

Por su lado, el presidente de Acera, José Ignacio Escobar, indicó que es necesario darle «más ambición y velocidad» a la incorporación de energías renovables en la matriz energética y así reducir las emisiones de carbono, por lo que planteó que el cierre de las termoeléctricas a carbón debe adelantarse del 2040 al 2030.

«A 2040 tenemos que cerrar toda la generación eléctrica en base a combustibles fósiles como carbón, gas y petróleo, salvo algunas excepciones por temas de seguridad, pero tenemos que descarbonizar completamente la matriz energética a ese año», sostuvo el ejecutivo.

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Durante el panel de conversación del seminario, Carlos Finat, director ejecutivo de Acera, señaló que el proyecto de ley de cambio climático que se busca enviar al gobierno tiene algunas falencias. «Cuando uno lee este proyecto se encuentra con una gobernancia, que es tal vez el punto más débil de la ley, pues hay mucho comité, mucho trabajo sectorial, pero cero coordinación».

También participó Valter Moro, gerente general de Enel Generación y de Enel Green Power Chile, quien sostuvo que para la disminución de las emisiones «la única respuesta al desafío del cambio climático es tener más energías renovables y la utilización de electricidad en el sector energético».

Jobet

El seminario fue iniciado por el ministro de Energía, Juan Carlos Jobet, quien afirmó que Chile «tiene la oportunidad única de dar el ejemplo en la COP25 que vamos a tener este año», en materia de desarrollo energías renovables, además del proceso de cierre de las centrales a carbón.

La autoridad dijo que es necesario contar con reglas estables para las futuras inversiones en centrales de generación de energía renovable, añadiendo que esto también debe extenderse al segmento de la transmisión.

Jobet mencionó la importancia que tiene la estrategia de flexibilidad que elabora el Ministerio de Energía para compatibilizar la inserción de las energías renovables en el sistema eléctrico, con incentivos y señales económicas.

Impuestos Verdes: Quien no emite, no debe pagar

Impuestos Verdes: Quien no emite, no debe pagar

Un esquema robusto y gradualmente creciente de impuesto a las emisiones “es la palanca más efectiva para reducir las emisiones en la escala y velocidad necesarias”. Así lo señaló en una carta al New York Times, un conjunto de renombrados economistas.

La declaración anterior incluye dos conceptos que son fundamentales: escala y velocidad. El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) señala que, al ritmo actual, se espera que entre 2030 y 2052 la temperatura media de la tierra aumente 1,5°C con respecto a la de la era pre-industrial. Los científicos están de acuerdo en que este aumento tendrá consecuencias catastróficas para los ecosistemas y para la humanidad en su conjunto. Literalmente, se nos acaba el tiempo, por lo que necesitamos escala (cantidad de emisiones reducidas) y velocidad (hacerlo en poco más de 10 años).

En el caso de Chile, el impuesto a las emisiones fue introducido en 2014 con la aprobación de la reforma tributaria de ese año, que incluyó una disposición que reduce de manera significativa la efectividad del impuesto. Se estableció que, bajo ciertas condiciones de operación del sistema eléctrico, parte del costo que asumen por concepto de impuesto las empresas generadoras que emiten CO2, “deberá ser pagado por todas las empresas eléctricas que efectúen retiros de energía del sistema”. Argumento que incluye a empresas eléctricas cuyo portafolio de generación está compuesto 100% por centrales ERNC.

En efecto, en el ejercicio tributario 2018 se determinó que el monto total del impuesto a pagar por las generadoras termoeléctricas ascendía a $109.312 millones de pesos, de los cuales $5.200 millones aproximadamente fueron compensados por empresas que no generaron emisiones.

Cuando los economistas que escribieron la carta al New York Times pensaron en el impuesto como una palanca efectiva para movernos hacia una economía baja en emisiones, lo hicieron pensando en un esquema clásico que responde a una premisa básica: el que emite, paga. Lo más grave es que el esquema implementado en Chile no solo se aleja de esta premisa internacionalmente aceptada, sino que disminuye la efectividad del impuesto como incentivo al uso de tecnologías limpias.

Prontamente se espera el inicio de una nueva discusión de la ley tributaria en Chile. No perdamos la oportunidad de hacer las modificaciones necesarias con el propósito de ser, efectivamente, líderes en la lucha contra el cambio climático. Sobre todo ahora, que seremos los próximos anfitriones de la Conferencias de las Partes (COP25).

Un paso importante para alcanzar un Chile 100% renovable

El lunes 11 de junio se constituyó la Mesa de Retiro y/o Reconversión de Unidades a Carbón, más conocida como la “Mesa de Descarbonización”, implementando así al acuerdo alcanzado en enero de este año entre el gobierno y las empresas propietarias de ese tipo de centrales, donde se manifestó el compromiso de no construir más centrales a carbón y constituir “un grupo de trabajo para analizar y definir condiciones y un cronograma para el cierre gradual de generación eléctrica a carbón.”

Este acuerdo, inédito en Chile y en la región, responde a la evidente necesidad de abordar la continuidad del carbón para la generación de energía eléctrica, por sus importantes externalidades negativas y la obsolescencia de sus centrales. Lo anterior, sumado a la confiabilidad y eficiencia demostrada por el sector de las energías renovables –en particular las no convencionales−, que tuvieron un fuerte desarrollo durante los últimos años, dibujan un escenario perfecto.

La mesa, cuya coordinación le corresponde al Ministerio de Energía, está compuesta por 26 integrantes, representantes de las cuatro empresas generadoras que poseen centrales a carbón, una de las asociaciones gremiales que las agrupa, autoridades de gobierno, ONG’s, dos académicos, el sindicato de supervisores de una de las carboneras, el alcalde de Tocopilla y la GIZ.

El trabajo de esta comisión reviste una gran importancia para el futuro del sector eléctrico y para la reducción de las emisiones de CO2 y los contaminantes locales. Sus resultados serán, además, un insumo de mucha utilidad para establecer la ruta que nuestro país debiera seguir para lograr un sector de generación sustentable con cero emisiones. Una aspiración planteada por el Presidente Sebastián Piñera durante su campaña, como una posible meta para 2040.

El carbón es el combustible más contaminante del sector eléctrico. No solo en cuanto a emisiones de CO2, sino también por sus contaminantes locales. Las tecnologías renovables, sumado al almacenamiento a gran escala y al uso de gas natural como combustible, se establecen cada vez más como las bases de esta transición energética hacia un sector de generación con cero emisiones.

Estamos seguros de que los resultados de la Mesa de Retiro y/o Reconversión de Unidades a Carbón y, en particular, el cronograma de retiro que se acuerde, serán un valioso antecedente para que el actual gobierno pueda implementar acciones que viabilicen la aspiración del Presidente Piñera, aspiración que por cierto es compartida por diferentes actores relevantes de la industria, entre ellos Acera.

En 2019 se cumpliría la meta de 20% de ERNC fijada por ley para 2025

En 2019 se cumpliría la meta de 20% de ERNC fijada por ley para 2025

“100% de Energías Renovables al 2040” fue la frase que se tomó la Conferencia de la Asociación de Energías Renovables A.G (Acera).

La instancia comenzó con la intervención del presidente del gremio, José Ignacio Escobar, quien hizo un repaso por los objetivos de la Asociación, lo que representa y el anhelo de llegar a un Chile 100% renovable. “Estamos expectantes al nuevo gobierno, que tiene metas muy ambiciosas, pero que esperamos apoyar activamente para buscar los mecanismos necesarios para cumplir con la meta del 100% de energías renovables a 2040. Creemos que es una meta totalmente alcanzable y realizable, pero para lo cual es necesario definir el plan de acción para alcanzar la meta, un plan racional y coherente con la descarbonización”, señaló.

Carlos Finat, director ejecutivo de Acera, destacó en tanto los puntos en común que tiene el gremio con el programa de gobierno del Presidente electo, Sebastián Piñera, específicamente en lo que respecta a cambio climático y las energías renovables. Asimismo, comentó lo exitoso del año recién terminado, señalando que “el 2017 fue muy positivo. La industria mantuvo un crecimiento en las mismas tasas altas que tenido en los últimos cuatro o cinco años. En especial, creemos que ha sido muy importante la aparición de tecnologías que no estaban presentes anteriormente, como es el caso de la geotermia y, por lo tanto, esperamos que esto también se mantenga para el año próximo”.

20/25
Sobre la meta de 20% de participación de la Energías Renovables No Convencionales (ERNC) en la matriz nacional fijada por ley para 2025, Carlos Finat aseguró a este medio que se cumplirá en 2019, estimación “que se hace sobre la base de una expansión de sobre 1.000 MW de potencia por año instalado. Este número depende del factor de planta, de si se amplía la planta geotérmica que ya está operando y varios otros elementos”, aclaró.

Cabe recordar que en octubre de 2017 las ERNC totalizaron el 20,2% de la generación en la matriz eléctrica nacional, sin embargo la norma establece que debe cumplirse a lo largo de un año por lo que el análisis habrá que hacerlo a inicios de 2020.

Cifras
Si en 2012 las ERNC tenían una potencia instalada de 952 MW, a diciembre de 2017 llegaron a 4.895 MW, lo que permite estimar que durante el 2018 se instalarán al menos 1.000 MW adicionales, principalmente eólicas y solares fotovoltaicas, señaló Escobar. “Debemos promover todas las tecnologías, como el almacenamiento de baterías, la CSP, la geotermia, la mareomotriz, y todas aquellas que han tenido un desarrollo más lento, pero que debemos promover para que se complementen con las tecnologías que están actualmente más maduras», explicó el ejecutivo.

[Generación eléctrica renovable supera el 20% y “adelanta” meta en ocho años]

La transición energética hacia un sistema totalmente renovable

La transición energética hacia un sistema totalmente renovable

Presionados por la conciencia del deterioro del medio ambiente y el cambio climático −originados en gran parte por la quema de combustibles fósiles− y por el atractivo de utilizar nuevas e inagotables fuentes de energía, la gran mayoría de los países ha adoptado regulaciones que han permitido la entrada de las energías renovables en forma masiva a la generación eléctrica.

En nuestro país las fuentes no convencionales de energías renovables hoy suministran más del 12% de la generación total del país. Más del 80% de su potencia se ha instalado tan solo en los últimos cinco años.

Llama entonces profundamente la atención que algunas voces aún traten de cuestionar el proceso de transición hacia una matriz de generación eléctrica con fuentes de generación limpias, renovables y competitivas, utilizando un sentido común basado en conceptos y modelos de análisis que dominaron el mercado eléctrico durante los últimos 30 años en nuestro país. Los mismos modelos y conceptos que con la evolución tecnológica y del mercado se mostraron incapaces en los primeros años de la presente década de impulsar un mercado que asegurara un suministro eléctrico seguro, competitivo y sustentable.

Las ERNC marcaron un record de precios bajos en la última licitación para empresas distribuidoras. Su efecto puede estimarse conservadoramente en un ahorro de 1.800 millones de dólares para el consumidor final durante los 20 años en que esos contratos estarán vigentes.

Este éxito trajo aparejada la reaparición de cuestionamientos sistemáticos a las ERNC. Que necesitan respaldo dada su variabilidad, que acarrearían costos ocultos, que no tendrían capacidad para financiar los nuevos proyectos, y más. Pareciera que mientras más transparente es el sistema, más nublado se ve para algunos.

Los paradigmas del mercado eléctrico están cambiando o definitivamente ya cambiaron. Por ejemplo, el antiguo concepto de respaldo se ha reemplazado por la complementariedad entre las diferentes fuentes ERNC y las convencionales. También, las centrales convencionales asumen el nuevo rol de prestar servicios de balance y flexibilidad.

Las modificaciones a la ley eléctrica efectuadas en los últimos dos años han proporcionado un marco regulatorio efectivo para combinar dos objetivos: precios bajos y menor impacto ambiental. Metas que solo se lograrán mediante esta transición hacia un sistema totalmente renovable.

Luego de las licitaciones y el atractivo que las ERNC han generado para los clientes libres, pareciera que intentar detener esta transición solo podría obedecer al intento de mantener un status quo que proteja determinados intereses particulares en desmedro de los consumidores finales.