Si bien el sector energético a nivel mundial ha experimentado grandes cambios, que han conllevado inversiones cercanas a los $3 billones desde 2000 (según la Agencia internacional de Energía), para los próximos 25 años, al menos será necesario invertir otros $8 billones en el sector eléctrico.
Para obtener este monto, es imperativo que el sector se transforme en viable y atractivo para los inversionistas, los que últimamente han encontrado dificultades en algunas de las partes de la cadena de valor.
Muchas de estas nuevas inversiones deberán ser realizadas en generación, ya sea termal o a partir de fuentes naturales. No obstante, otra gran porción de este monto deberá ser invertido en transmisión y distribución (T&D), incluyendo redes inteligentes que mejoren la capacidad y calidad, y la interconexión entre las mismas redes.
En este último caso, se estima que será necesario otros $2 billones a través de 2035 para T&D. Cerca del 60% de este monto será requerido para renovar las actuales líneas de transmisión. También serán necesarias nuevas líneas para conectar fuentes de generación renovable como energía eólica marina o solar, que provienen de locaciones remotas, con base-load y generación de respaldo para suplir la intermitencia de las renovables.
Esto traerá consigo nuevos negocios y oportunidades de inversión en servicios que serán mucho más cercanos a los consumidores, los que incluirán productos que les ayudarán a los clientes a manejar y reducir su consumo actual.
En este ámbito, los retailers dedicados a la electricidad se verán obligados a mejorar las interfaces que tienen con sus clientes y los sistemas de cuentas actuales, entregando así ventajas significativas sobre la frecuencia y una medición más precisa.
El sistema eléctrico actual ha evolucionado y todas las modificaciones que han sufrido los modelos tradicionales fuerzan un cambio que abre nuevas posibilidades en la industria.
Así, los nuevos operadores que se integren al sistema contarán con un camino claro y contarán con la posibilidad de tomar ventaja tanto de la confianza de los consumidores como de los generosos subsidios y el entusiasmo de los inversores.
A su vez, los operadores tradicionales también contarán con oportunidades reales y ventajas significativas, las que estarán basadas en sus carteras de clientes y la experiencia que tienen en el sector, que les permite crear nuevos productos, servicios y negocios enteros.