E-CL y la planta Antofagasta de Cementos Biobío firmaron un acuerdo para la utilización de la ceniza volante que resulta del proceso de generación eléctrica, en la producción de cemento.
Ambas compañías, luego de realizar diferentes pruebas, acordaron mediante la firma de un contrato, utilizar las cenizas provenientes de los filtros de las unidades generadoras Central Térmica Andina (CTA) y Central Térmica Hornitos (CTH) de Mejillones, para adicionarlas al cemento. Con esto se reemplaza a la puzolana natural, una especie de ceniza volcánica con la que habitualmente se elabora el material.
Carlos Ferruz, gerente de generación y sitios de E-CL, explicó que con «esta iniciativa se le da un nuevo uso a la ceniza, incorporando este residuo no peligroso como materia prima a un producto útil como el cemento. Además la carga, el transporte y descarga se realizan sin generar polución».
Por su parte Cementos Biobío espera llegar a consumir un 70% de la producción diaria de cenizas volantes de ambas unidades.
Ferruz agregó que «habitualmente la ceniza que resulta de la generación eléctrica es trasladada a un vertedero o cenizal autorizado, pero hoy con este proyecto de innovación adquiere un nuevo uso y resulta ser un real aporte a las políticas de sustentabilidad ambiental de ambas compañías».
La ceniza que entregan las unidades generadoras eléctricas, es un residuo no peligroso y tiene propiedades similares a la puzolana natural, por lo que con su reemplazo el cemento mantiene su durabilidad y resistencia.