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Desafíos en el sector de la distribución y rol de las microrredes

Desafíos en el sector de la distribución y rol de las microrredes

Hoy nos encontramos en un proceso de transformación energética y la integración de ERNC es ahora un desafío en términos técnicos, económicos y sociales.

Desde la perspectiva técnica, el desarrollo de las redes inteligentes y las tecnologías de información entregan soluciones habilitadoras para mejorar la seguridad, flexibilidad y resiliencia de los sistemas energéticos, facilitando la integración de ERNC. Asimismo, la sociedad ha experimentado un proceso de empoderamiento, mostrando interés en nuevos productos e incluso participando activamente en procesos de toma de decisiones, como lo es la política energética.

La integración de ERNC puede plantearse en dos niveles: uno a gran escala –grandes plantas conectadas a nivel de transmisión– y otro de pequeña escala, que busca integrar recursos energéticos distribuidos a través de soluciones tecnológicas ad hoc. De hecho, a la fecha la integración de Generación Distribuida (GD) como proporción del total de ERNC ronda el 2%. Entonces, una pregunta a resolver es qué estrategia debiera tomar el país en términos de desarrollo de ERNC de pequeña escala. La respuesta se encuentra, entre otros, en el sector de la distribución, pero, ¿disponemos de las soluciones tecnológicas para ello? ¿Está Chile preparado para enfrentar los desafíos sociales y ambientales previstos como consecuencia de esto? ¿Es el marco regulatorio actual el más apropiado para asumir esos desafíos?

Respondiendo a lo anterior, sí disponemos de soluciones tecnológicas para enfrentar todo este tipo de desafíos. Sobresalen aquí las microrredes, definidas como un subconjunto de la red de distribución que integra recursos energéticos distribuidos (i.e, GD y almacenamiento), con un esquema de coordinación y control común y que pueden operar conectadas o aisladas de la red eléctrica. Constituyéndose en una plataforma que facilita la implementación de GD, involucra y fomenta la participación activa del usuario final, y agrega atributos de confiabilidad y resilencia al sistema de distribución. En el caso de la nevazón de 2017, por ejemplo, los tiempos de recuperación de servicio hubieran sido menores si hubiéramos tenido operación por islas y una mejor capacidad de anticipación al evento, atributos que ofrecen las microrredes.

Visualizar un sistema que integre microrredes de manera estratégica es tecnológicamente alcanzable. El mayor desafío para lograrlo está en lo que ofrezca la reforma al sector distribución, que está en proceso de elaboración. Pero el debate de fondo apunta a definir un esquema que permita la transición desde la empresa de distribución actual a una empresa que debiera ser una plataforma proveedora de múltiples servicios y que permita el reconocimiento de nuevas inversiones y la habilitación y desarrollo de este tipo de soluciones tecnológicas.