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¿Qué se requiere para desarrollar el potencial hidroeléctrico?

El informe elaborado por la División de Desarrollo Sustentable del Ministerio de Energía constituye un esfuerzo interesante, aunque no suficiente, para avanzar en la discusión de la posibilidad de la planificación territorial no urbana, enfocada al desarrollo de energía hidroeléctrica del país.

En efecto, este estudio puede constituir un insumo importante al momento del desarrollo de las distintas estrategias regionales, que presentan una dicotomía no menor: un proyecto hidroeléctrico de mediana o gran escala, necesariamente servirá para abastecer energía a territorios distintos del que soporta el proyecto, generando una tensión entre los que necesitan la energía (ciudades, proyectos productivos) versus los que reciben las externalidades de los mismos.

Para abordar este aspecto, el estudio de cuencas hidrográficas plantea una estrategia para identificar los denominados“Objetos de valoración” (OdV) como aquellos “valores biológicos, ecológicos, sociales o culturales significativos o de importancia crítica, y que requieren de algún grado de protección de conservación o protección”, atributos que “debieran ser considerados al momento de desarrollar la hidroelectricidad”.

Con esto se pretende definir una metodología que intenta abordar con criterios objetivos, una forma de ponderar los OdV y tenerlos a la vista en los procesos de desarrollo de este tipo de centrales de energía.

Sin embargo, la realidad, que da cuenta el propio informe, hace que por ahora estos esfuerzos queden en simples estudios, dado que, como lo indica el trabajo, en nuestro país “no existe una política o instrumentos que impliquen un grado de protección”.

En la misma línea, pero por razones diversas, resulta interesante, aunque un poco apresurada, la sugerencia que nuestro país posee un potencial hidroeléctrico de
11.320 MW, más un potencial adicional de 494 MW en cuencas que no fueron objeto del estudio en reseña.

Interesante es también que el estudio haya considerado en el análisis del potencial, las restricciones (o posibilidades reales) impuestas por la cercanía o lejanía de la transmisión, factor crítico para todo proyecto de energía.

En ese sentido, es una buena noticia el hecho que el estudio arroje que el 68% de las sub cuencas con potencial hidroeléctrico se encuentren a menos de 30 km. de alguna línea perteneciente al sistema, dejando abierta la interrogante de la factibilidad real de inyección o altos costos por peajes.

El gran problema de este estudio de cuencas hidrográficas, y del que lamentablemente no se hace cargo, es que la generación de hidroelectricidad está entregada en un 100% a la iniciativa privada, y el Estado tiene solo un rol de revisión a través de los distintos permisos y autorizaciones. Al no haberse incorporado este aspecto en este estudio, se echa de menos un análisis que daba para un capítulo completo, el que podría denominarse: “¿Qué se requiere para desarrollar el potencial hidroeléctrico?”, de manera de identificar las barreras y obstáculos existentes para lograr la concreción del potencial hidroeléctrico, siempre que estemos de acuerdo en que desarrollemos ese potencial, lo que, como país importador de hidrocarburos y carbón, no debiésemos tener dudas en avanzar.

 

Ordenamiento territorial en el sector energía

Ordenamiento territorial en el sector energía

Con los cuantiosos conflictos ambientales y sociales y las judicializaciones que están enfrentando los proyectos energéticos, se ha invocado muchas veces el tema del ordenamiento territorial como una posible solución. Aunque indudablemente está lejos de poder cumplir con esta expectativa, lo cierto es que el ordenamiento territorial permitirá al sector analizar, e idealmente encontrar vías, sobre cómo compatibilizar mejor el desarrollo energético con otros usos y valores del territorio, basándose en procesos de construcción participativa e inclusiva. En nuestro sector esta línea de trabajo exige contar con al menos dos pilares fundamentales para su desarrollo:

• Promover una propuesta integral, que retroalimente la inserción de los lineamientos energéticos sectoriales, en los distintos instrumentos de planificación y ordenamiento territorial existentes y futuros.

• Generar una planificación sectorial, cuyo proceso sea impulsado de manera gradual, considerando un marco participativo y descentralizado.

Actualmente nuestro país dispone de múltiples instrumentos de planificación y ordenamiento territorial, a distintas escalas, objetivos y orientaciones, que muchas veces no consideran los ámbitos del sector energético en su diseño. En este sentido, es sabido que instrumentos como los Planes Reguladores Comunales e Intercomunales (MINVU-Municipios), cuyo foco es la planificación de los espacios urbanos y urbano-rurales, no siempre consideran lineamientos que orienten al sector energético respecto de su emplazamiento; de igual manera, cuando se revisan y contrastan las Zonificaciones de Usos del Borde Costero (MINDEF-GORES), sus usos preferentes reconocidos no entregan lineamientos claros sobre qué espacios C pudieran ser “compatibles” con la infraestructura energética; análogamente, los Planes Regionales de Ordenamiento Territorial (SUBDERE-GORE) −algunos aún en diseño− han considerado escasamente al sector energético como variable estratégica en su propuesta de planificación.

Es nuestra responsabilidad trabajar en esta línea, asegurando que los instrumentos de planificación y ordenamiento territorial integren las distintas perspectivas sectoriales y que tratan de compatibilizar los distintos usos y elementos territoriales valorados por las personas.

Para preparar los insumos, desde el sector energético a esta planificación integral, es primordial que avancemos en una planificación sectorial. En esta línea desde el Ministerio estamos trabajando en la elaboración de Planes que orientarán el desarrollo energético regional, los cuales se alinearán a lo que señala la Agenda de Energía así como a los principios que establezca la Política Nacional. Estos Planes serán concebidos a partir de diagnósticos de las potencialidades energéticas, análisis de variables sectoriales y aptitudes territoriales que posea cada región, y los alcances y orientaciones serán un insumo fundamental para la actualización de los instrumentos regionales existentes. Además, considerarán un proceso participativo e integral en su diseño, buscando así establecer un modelo de desarrollo energético más armónico y consensuado.

Más detalles sobre este tema serán abordados en el XIV versión del Encuentro Energético Elecgas 2015, organizado por el Grupo Editorial Editec y que este año se llevará a cabo el 26 de mayo en el Hotel Hyatt.