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Grupo Luksic apunta a los altos costos de la energía, la judicialización y rol del Estado

(Pulso) CCU, Viña San Pedro y SAAM tienen en común que el grupo Luksic participa como accionista controlador de las empresas. Y en cada una, sus presidentes, quienes precisamente son hombres afines al clan, expusieron los principales desafíos y dificultades que enfrentan. La forma escogida fueron las cartas a los accionistas que figuran en las memorias del año 2013.

Andrónico Luksic, presidente de CCU -en la que el grupo es socio con la holandesa Heineken- dijo a los accionistas: «He estimado oportuno comentar que el desarrollo de la industria en Chile se enfrenta permanentemente al escrutinio público, en lo que tiene que ver con su incidencia en el medioambiente y su relación con las comunidades. CCU no está ajena a esta realidad».

El directivo añadió: «Quiero aprovechar esta instancia para transmitirles a los señores accionistas y al público en general que CCU es una empresa respetuosa de las normas e instituciones, que tiene en especial consideración el respeto de las comunidades y los recursos naturales».

Dijo -que es propósito de CCU- contribuir en cada lugar en que tenga operaciones al desarrollo de las personas, mediante generación de empleos, preservación de los recursos naturales y respeto al medioambiente y es en esa perspectiva continuarán adelante con nuevos emprendimientos a fin de expandir las operaciones en beneficio de sus clientes y consumidores y de las comunidades en que emplacen sus actividades. «En lo personal y a nombre de Directorio, reafirmo este compromiso de CCU», remató.

Pablo Granifo, presidente de Viña San Pedro, dijo en la Memoria 213 que «en Chile, continuamos durante 2013 enfrentando altos costos de energía y de transporte». Sobre sus operaciones en Argentina, precisó: «Nos hemos visto enfrentados a un entorno muy difícil (inflación, tasas de interés altas y algunos problemas de suministros), pero hemos finalizado una profunda restructuración que nos hace mirar el futuro con optimismo».

Mientras, Felipe Joannon, presidente de SM SAAM, dijo que tras la paralización ilegal en enero de 2014 en la gran mayoría de los terminales chilenos, «este sector quedó con la tarea de fortalecer su institucionalidad y recuperar su capacidad para afrontar y resolver este tipo de conflicto». El directivo precisó: «El grueso de los costos y los impactos causados por el paro fueron absorbidos, fundamentalmente, por quienes operamos el sistema y sus usuarios. La situación dejó en evidencia la necesidad de restablecer los mecanismos para proteger esta actividad estratégica y resguardar el bien común por sobre los intereses particulares de los actores que formamos parte de esta industria».