La necesidad de encontrar la manera de integrar armónicamente los Sistemas de Almacenamiento de Energía (SAE) como infraestructura de transmisión, sin que ello produzca efectos indeseados en la competencia dentro del mercado eléctrico nacional es uno de los desafíos que se visualizan en el artículo sobre esta materia escrito por Eduardo Pereira, director de I+D de la consultora SPEC; Francisco Muñoz, académico de la Universidad Adolfo Ibáñez, y Rocío Marín, académica de la Universidad de Chile.
El documento fue publicado por SPEC, donde se indica que el desarrollo de los sistemas de almacenamiento también plantea el imperativo de trabajar en metodologías «para su análisis y estudiar cómo podría incorporarse en nuestro marco regulatorio».
La investigación considera la discusión que se ha dado en torno al tratamiento del almacenamiento como proveedor de multiservicio, lo que ha sido visto por el Panel de Expertos, tras discrepancias presentadas, en el marco del Plan de Expansión de la Transmisión.
«En este contexto, el Panel ha sido tajante en indicar la necesidad de realizar una revisión de la metodología de evaluación que el regulador utiliza para este tipo de proyectos, junto con indicar como prioridad la elaboración de un modelo que posibilite evaluar proyectos de almacenamiento, de modo que las particularidades de este tipo de tecnologías sean adecuadamente consideradas, a propósito de la subestimación de beneficios mediante el uso de modelos por bloques, discutida en la primera parte del presente documento», sostiene el artículo.
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Discusión
Es así como se plantea la necesidad de que los SAE encuentren una forma de integrarse armónicamente como infraestructura de transmisión, sin que haya efecto no deseados para la competencia, por lo que en el documento se indica que una alternativa para el regulador «está en ponderar una lógica de gestación mixta, donde sólo una parte de los costos de infraestructura sean asumidos por el cliente final y la restante quede a riesgo del desarrollador, en su rol de proveedor de múltiples servicios».
El trabajo advierte que este es un tema que está contemplado en la Estrategia de Flexibilidad presentada por el Ministerio de Energía para ver formas de perfeccionar esta materia.
«Desde nuestra perspectiva, es necesario identificar en qué casos un SAE podría tener un efecto negativo en la competencia. En estudios de desarrollo de largo plazo de sistemas eléctricos, se ha determinado que la participación del almacenamiento en estos servicios contribuye a aumentar los niveles de participación de ER (energías renovables) en la matriz, por lo que, bajo esta perspectiva, los SAE contribuirían no solo a aumentar la eficiencia del sistema en el corto plazo, sino que también permitirían aumentar los niveles de competencia y reducir los costos totales de operación y desarrollo en el largo plazo», se señala en el artículo.
También se indica que, en el caso «de que se descarte el modo de operación multiservicio para activos de transmisión, otra alternativa factible que permitiría aprovechar todo el potencial de un SAE sería la definición del Servicio de Transmisión como un Servicio Complementario, siendo ésta compatible con el objetivo establecido en la ley de garantizar la operación más económica para el conjunto de las instalaciones del sistema eléctrico».
«En dicho caso, será necesario realizar una definición explicita del servicio como, por ejemplo, horas del día durante el cual sea requerido, niveles de potencia y duración y tiempos de activación, entre otros. A la luz de los resultados obtenidos, se pueden revisar periódicamente las condiciones del mercado con el fin de determinar el nivel y periodo de requerimiento del servicio», precisan los autores.
Y se agrega: «También valdría la pena considerar el diseño de esquemas competitivos, donde distintos agentes puedan competir para proveer el servicio en cuestión (ej. licitaciones). En cualquier caso, el uso de SAE como un proveedor de múltiples servicios de red es un camino que podría permitir reducir los costos de ampliación de la red, solucionar congestiones relevantes de forma más expedita, reducir los cargos a cliente final y facilitar una transición a una matriz baja en emisiones de gases de efecto invernadero».