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Calor y Frío: Ministerio de Energía da cuenta de la estrategia local en esta materia

Calor y Frío: Ministerio de Energía da cuenta de la estrategia local en esta materia

Con el objetivo de compartir las mejores experiencias y proyecciones para hacer más sostenible el uso del calor y frío a nivel internacional, regional y nacional, se realizó la primera conferencia internacional de calor y frío, organizado por el Ministerio de Energía de Chile y la Agencia Internacional de Energía (IEA).

Según cifras publicadas en 2020 de la IEA, se estima que en el mundo aproximadamente la mitad de la energía consumida cada año se destina a usos térmicos (industriales, residenciales y comerciales). Estos usos térmicos se satisfacen principalmente mediante la combustión de fuentes fósiles de energía (77%) y biomasa tradicional (12,5%), mientras que las fuentes renovables modernas satisfacen tan solo un 10% de la generación, indicó el Ministerio de Energía.

Chile

En el caso de Chile, es posible estimar que al menos un 35,8% de los consumos reportados como energía primaria corresponden a usos térmicos, un 44,6% a transporte y el 19,5% restante a usos eléctricos.

«Es por esto que, en Chile en junio pasado, lanzamos nuestra Estrategia de Calor y Frío, que viene a complementar los instrumentos de políticas energéticas que fomentan la incorporación de energías renovables y la disminución de gases de efecto invernadero para alcanzar nuestra carbono neutralidad», sostuvo el biministro de Energía y Minería, Juan Carlos Jobet.

«La Estrategia Calor y Frío en Chile tiene como meta al 2050, que el 80% de la energía utilizada sea sostenible para generación de Calor y Frío en los sectores industrial, servicios, comercial y residencial; que al 2050, el 75% de viviendas logran cubrir sus necesidades de calor y frío de forma sostenible; y al 2050, reducir en un 65% los GEI asociados a generación de calor y frío», agregó Jobet.

Esta iniciativa se une a otros ejes de acción que está desarrollando Chile para alcanzar la carbono neutralidad al 2050, entre los que se destacan el desarrollo de energías renovables, cierre de centrales a carbón, eficiencia energética, estrategia de electromovilidad, e impulso al desarrollo de la industria del hidrógeno verde.

«Hoy nuestras metas son claras y estamos trabajando arduamente para poder tener una transición energética sostenible, que nos permita consolidar a Chile como un país de energías limpias, mejorando la calidad de vida de los chilenos, aportando a la competitividad de nuestras industrias», afirmó el subsecretario de Energía, Francisco López.

El aporte de la movilidad eléctrica a la descarbonización del sector minero

Con el fin de alcanzar sus objetivos de reducción de gases de efecto invernadero (GEI) a mediano plazo, la integración de energías renovables -incluida la solar, eólica, almacenamiento de energía en baterías e hidroeléctrica-, junto con el desarrollo de tecnologías y combustibles limpios, son elementos de gran relevancia para satisfacer las necesidades energéticas de las operaciones mineras.

Es por esto que, Oscar Falcon, vicepresidente Senior y director general, Energía – América Latina de Black & Veatch, explica los desafíos del sector minero en el camino hacia energías renovables y limpias.

¿En qué áreas ha avanzado la industria minera en términos de descarbonización?

La descarbonización se ha convertido en una iniciativa clave para las empresas de la industria minera de uso intensivo de energía. Abordar el cambio climático es una prioridad máxima y avanzar hacia un futuro de energía limpia es fundamental para que los mineros mantengan su licencia social para operar.

Si bien reconocen que la minería se considera una de las industrias más difíciles de abatir, los mineros están estableciendo objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI); por ejemplo, metas a mediano plazo de reducción de un tercio para 2030 y 100 por ciento de neutralidad de carbono para 2050 o antes; y están desarrollando hojas de ruta para lograr sus objetivos. Estas acciones son pasos críticos en el avance de programas reales de descarbonización.

Fundamentalmente, los mineros también buscan potenciar sus operaciones utilizando fuentes de energía más limpias, implementando sistemas de almacenamiento de energía de baterías y reduciendo las emisiones de la flota mediante la adopción de vehículos eléctricos (EV) y vehículos de celda de combustible. Dado que gran parte de la tecnología que permitirá la descarbonización aún no existe, la elaboración de una hoja de ruta es un primer paso fundamental.

¿Qué papel juega este sector en la consecución de este proceso?

Varias mineras importantes están acelerando sus esfuerzos y realizando importantes inversiones financieras para reducir las emisiones de GEI. Por ejemplo, Vale ha comprometido al menos US$2 mil millones para reducir sus emisiones de carbono en un 33 por ciento para 2030, mientras que Newmont ha anunciado que destinará US$500 millones a proyectos de energía limpia durante los próximos cinco años.

Las estrategias incluyen centrarse en la integración de energías renovables, la electrificación de equipos móviles y la mejora de la eficiencia operativa a través de la digitalización y el análisis de datos.

Metas de reducción de emisiones

¿Cuáles son las expectativas de las partes interesadas?

Los mineros están trabajando con otras partes interesadas, incluido el Consejo Internacional de Minería y Metales, la organización mundial que representa a 27 de las principales empresas mineras del mundo, que trabaja por prácticas de minería y metales seguras, justas y sostenibles. La iniciativa Innovación para vehículos más limpios y seguros, un grupo de líderes mundiales en minería y fabricantes de equipos originales (OEM), está trabajando para acelerar la inversión, la innovación y la ampliación de los vehículos mineros libres de emisiones de GEI.

Y el esfuerzo no recae únicamente sobre los hombros de los principales mineros. Los OEM y los integradores de Ingeniería, Adquisiciones y Gestión de la Construcción (EPCM) también están desempeñando un papel a través de la I + D y los avances tecnológicos, y el compromiso de salir del mercado de energía de carbón.

¿Qué se espera a corto y largo plazo?

A corto plazo, los líderes mineros se centran en alcanzar sus objetivos a medio plazo de reducción de emisiones de GEI en un tercio para 2030. Para lograrlo, los mineros confían en la integración de energías renovables y los sistemas de almacenamiento de energía por baterías.

A largo plazo, los mineros buscan alcanzar la neutralidad total en carbono para 2050. Esto se logrará si continúan invirtiendo en energía renovable, pero también centrándose en la electrificación de los equipos de la flota y mejorando la eficiencia operativa, incluida la digitalización y el análisis de datos.

Los desafíos de electrificar la flota de equipos de una mina requerirán un esfuerzo a más largo plazo, que incluye mirar más allá de la preparación de los OEM para centrarse en capacidad eléctrica adicional, como la instalación de infraestructura de carga eléctrica o de hidrógeno. Estas soluciones a largo plazo requerirán formas innovadoras de colaboración y combinación de recursos entre mineros, OEM e integradores de EPCM con evaluaciones de casos comerciales diligentes, programas piloto, así como importantes inversiones en infraestructura y equipos móviles.

¿Qué asuntos se podrían avanzar para lograr la descarbonización?

Para lograr la descarbonización, será necesario un enfoque específico que implique la puesta en escena de soluciones de infraestructura energética de energía renovable y electrificación en correlación con el ciclo de vida de la mina y el equipo existente, y la ampliación de proyectos piloto. Esto requerirá niveles nuevos y más profundos de rigor y compromiso por parte de los desarrolladores y administradores de minas.

El transporte es una oportunidad importante para la descarbonización, ya que debido a su tamaño y relación resistencia / peso, el equipo de minería de servicio pesado y el equipo de transporte, en su mayoría impulsados ​​por combustible diesel, presentan un gran desafío. Pero las partes interesadas están trabajando a través de organizaciones como el Consejo Internacional de Minería y Metales y adoptando esfuerzos como la iniciativa Innovación para vehículos más limpios y seguros para acelerar la inversión, la innovación y la escala de vehículos mineros libres de emisiones de GEI. Esto incluye buscar el desarrollo de nuevas tecnologías, particularmente en torno a la electrificación y el combustible de hidrógeno.

El aporte de la movilidad eléctrica a la descarbonización del sector minero

El aporte de la movilidad eléctrica a la descarbonización del sector minero

Con el fin de alcanzar sus objetivos de reducción de gases de efecto invernadero (GEI) a mediano plazo, la integración de energías renovables -incluida la solar, eólica, almacenamiento de energía en baterías e hidroeléctrica-, junto con el desarrollo de tecnologías y combustibles limpios, son elementos de gran relevancia para satisfacer las necesidades energéticas de las operaciones mineras.

Es por esto que, Oscar Falcon, vicepresidente Senior y director general, Energía – América Latina de Black & Veatch, explica los desafíos del sector minero en el camino hacia energías renovables y limpias.

¿En qué áreas ha avanzado la industria minera en términos de descarbonización?

La descarbonización se ha convertido en una iniciativa clave para las empresas de la industria minera de uso intensivo de energía. Abordar el cambio climático es una prioridad máxima y avanzar hacia un futuro de energía limpia es fundamental para que los mineros mantengan su licencia social para operar.

Si bien reconocen que la minería se considera una de las industrias más difíciles de abatir, los mineros están estableciendo objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI); por ejemplo, metas a mediano plazo de reducción de un tercio para 2030 y 100 por ciento de neutralidad de carbono para 2050 o antes; y están desarrollando hojas de ruta para lograr sus objetivos. Estas acciones son pasos críticos en el avance de programas reales de descarbonización.

Fundamentalmente, los mineros también buscan potenciar sus operaciones utilizando fuentes de energía más limpias, implementando sistemas de almacenamiento de energía de baterías y reduciendo las emisiones de la flota mediante la adopción de vehículos eléctricos (EV) y vehículos de celda de combustible. Dado que gran parte de la tecnología que permitirá la descarbonización aún no existe, la elaboración de una hoja de ruta es un primer paso fundamental.

¿Qué papel juega este sector en la consecución de este proceso?

Varias mineras importantes están acelerando sus esfuerzos y realizando importantes inversiones financieras para reducir las emisiones de GEI. Por ejemplo, Vale ha comprometido al menos US$2 mil millones para reducir sus emisiones de carbono en un 33 por ciento para 2030, mientras que Newmont ha anunciado que destinará US$500 millones a proyectos de energía limpia durante los próximos cinco años.

Las estrategias incluyen centrarse en la integración de energías renovables, la electrificación de equipos móviles y la mejora de la eficiencia operativa a través de la digitalización y el análisis de datos.

Metas de reducción de emisiones

¿Cuáles son las expectativas de las partes interesadas?

Los mineros están trabajando con otras partes interesadas, incluido el Consejo Internacional de Minería y Metales, la organización mundial que representa a 27 de las principales empresas mineras del mundo, que trabaja por prácticas de minería y metales seguras, justas y sostenibles. La iniciativa Innovación para vehículos más limpios y seguros, un grupo de líderes mundiales en minería y fabricantes de equipos originales (OEM), está trabajando para acelerar la inversión, la innovación y la ampliación de los vehículos mineros libres de emisiones de GEI.

Y el esfuerzo no recae únicamente sobre los hombros de los principales mineros. Los OEM y los integradores de Ingeniería, Adquisiciones y Gestión de la Construcción (EPCM) también están desempeñando un papel a través de la I + D y los avances tecnológicos, y el compromiso de salir del mercado de energía de carbón.

¿Qué se espera a corto y largo plazo?

A corto plazo, los líderes mineros se centran en alcanzar sus objetivos a medio plazo de reducción de emisiones de GEI en un tercio para 2030. Para lograrlo, los mineros confían en la integración de energías renovables y los sistemas de almacenamiento de energía por baterías.

A largo plazo, los mineros buscan alcanzar la neutralidad total en carbono para 2050. Esto se logrará si continúan invirtiendo en energía renovable, pero también centrándose en la electrificación de los equipos de la flota y mejorando la eficiencia operativa, incluida la digitalización y el análisis de datos.

Los desafíos de electrificar la flota de equipos de una mina requerirán un esfuerzo a más largo plazo, que incluye mirar más allá de la preparación de los OEM para centrarse en capacidad eléctrica adicional, como la instalación de infraestructura de carga eléctrica o de hidrógeno. Estas soluciones a largo plazo requerirán formas innovadoras de colaboración y combinación de recursos entre mineros, OEM e integradores de EPCM con evaluaciones de casos comerciales diligentes, programas piloto, así como importantes inversiones en infraestructura y equipos móviles.

¿Qué asuntos se podrían avanzar para lograr la descarbonización?

Para lograr la descarbonización, será necesario un enfoque específico que implique la puesta en escena de soluciones de infraestructura energética de energía renovable y electrificación en correlación con el ciclo de vida de la mina y el equipo existente, y la ampliación de proyectos piloto. Esto requerirá niveles nuevos y más profundos de rigor y compromiso por parte de los desarrolladores y administradores de minas.

El transporte es una oportunidad importante para la descarbonización, ya que debido a su tamaño y relación resistencia / peso, el equipo de minería de servicio pesado y el equipo de transporte, en su mayoría impulsados ​​por combustible diesel, presentan un gran desafío. Pero las partes interesadas están trabajando a través de organizaciones como el Consejo Internacional de Minería y Metales y adoptando esfuerzos como la iniciativa Innovación para vehículos más limpios y seguros para acelerar la inversión, la innovación y la escala de vehículos mineros libres de emisiones de GEI. Esto incluye buscar el desarrollo de nuevas tecnologías, particularmente en torno a la electrificación y el combustible de hidrógeno.

Lo que debe considerar el sector minero para avanzar en su descarbonización

Lo que debe considerar el sector minero para avanzar en su descarbonización

Con el fin de alcanzar sus objetivos de reducción de gases de efecto invernadero (GEI) a mediano plazo, la integración de energías renovables -incluida la solar, eólica, almacenamiento de energía en baterías e hidroeléctrica-, junto con el desarrollo de tecnologías y combustibles limpios, son elementos de gran relevancia para satisfacer las necesidades energéticas de las operaciones mineras.

Es por esto que, Oscar Falcon, vicepresidente Senior y director general, Energía – América Latina de Black & Veatch, explica a ELECTRICIDAD los desafíos del sector minero en el camino hacia energías renovables y limpias.

¿En qué áreas ha avanzado la industria minera en términos de descarbonización?

La descarbonización se ha convertido en una iniciativa clave para las empresas de la industria minera de uso intensivo de energía. Abordar el cambio climático es una prioridad máxima y avanzar hacia un futuro de energía limpia es fundamental para que los mineros mantengan su licencia social para operar.

Si bien reconocen que la minería se considera una de las industrias más difíciles de abatir, los mineros están estableciendo objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI); por ejemplo, metas a mediano plazo de reducción de un tercio para 2030 y 100 por ciento de neutralidad de carbono para 2050 o antes; y están desarrollando hojas de ruta para lograr sus objetivos. Estas acciones son pasos críticos en el avance de programas reales de descarbonización.

Fundamentalmente, los mineros también buscan potenciar sus operaciones utilizando fuentes de energía más limpias, implementando sistemas de almacenamiento de energía de baterías y reduciendo las emisiones de la flota mediante la adopción de vehículos eléctricos (EV) y vehículos de celda de combustible. Dado que gran parte de la tecnología que permitirá la descarbonización aún no existe, la elaboración de una hoja de ruta es un primer paso fundamental.

¿Qué papel juega este sector en la consecución de este proceso?

Varias mineras importantes están acelerando sus esfuerzos y realizando importantes inversiones financieras para reducir las emisiones de GEI. Por ejemplo, Vale ha comprometido al menos US$2 mil millones para reducir sus emisiones de carbono en un 33 por ciento para 2030, mientras que Newmont ha anunciado que destinará US$500 millones a proyectos de energía limpia durante los próximos cinco años.

Las estrategias incluyen centrarse en la integración de energías renovables, la electrificación de equipos móviles y la mejora de la eficiencia operativa a través de la digitalización y el análisis de datos.

Metas de reducción de emisiones

¿Cuáles son las expectativas de las partes interesadas?

Los mineros están trabajando con otras partes interesadas, incluido el Consejo Internacional de Minería y Metales, la organización mundial que representa a 27 de las principales empresas mineras del mundo, que trabaja por prácticas de minería y metales seguras, justas y sostenibles. La iniciativa Innovación para vehículos más limpios y seguros, un grupo de líderes mundiales en minería y fabricantes de equipos originales (OEM), está trabajando para acelerar la inversión, la innovación y la ampliación de los vehículos mineros libres de emisiones de GEI.

Y el esfuerzo no recae únicamente sobre los hombros de los principales mineros. Los OEM y los integradores de Ingeniería, Adquisiciones y Gestión de la Construcción (EPCM) también están desempeñando un papel a través de la I + D y los avances tecnológicos, y el compromiso de salir del mercado de energía de carbón.

¿Qué se espera a corto y largo plazo?

A corto plazo, los líderes mineros se centran en alcanzar sus objetivos a medio plazo de reducción de emisiones de GEI en un tercio para 2030. Para lograrlo, los mineros confían en la integración de energías renovables y los sistemas de almacenamiento de energía por baterías.

A largo plazo, los mineros buscan alcanzar la neutralidad total en carbono para 2050. Esto se logrará si continúan invirtiendo en energía renovable, pero también centrándose en la electrificación de los equipos de la flota y mejorando la eficiencia operativa, incluida la digitalización y el análisis de datos.

Los desafíos de electrificar la flota de equipos de una mina requerirán un esfuerzo a más largo plazo, que incluye mirar más allá de la preparación de los OEM para centrarse en capacidad eléctrica adicional, como la instalación de infraestructura de carga eléctrica o de hidrógeno. Estas soluciones a largo plazo requerirán formas innovadoras de colaboración y combinación de recursos entre mineros, OEM e integradores de EPCM con evaluaciones de casos comerciales diligentes, programas piloto, así como importantes inversiones en infraestructura y equipos móviles.

¿Qué asuntos se podrían avanzar para lograr la descarbonización?

Para lograr la descarbonización, será necesario un enfoque específico que implique la puesta en escena de soluciones de infraestructura energética de energía renovable y electrificación en correlación con el ciclo de vida de la mina y el equipo existente, y la ampliación de proyectos piloto. Esto requerirá niveles nuevos y más profundos de rigor y compromiso por parte de los desarrolladores y administradores de minas.

El transporte es una oportunidad importante para la descarbonización, ya que debido a su tamaño y relación resistencia / peso, el equipo de minería de servicio pesado y el equipo de transporte, en su mayoría impulsados ​​por combustible diesel, presentan un gran desafío. Pero las partes interesadas están trabajando a través de organizaciones como el Consejo Internacional de Minería y Metales y adoptando esfuerzos como la iniciativa Innovación para vehículos más limpios y seguros para acelerar la inversión, la innovación y la escala de vehículos mineros libres de emisiones de GEI. Esto incluye buscar el desarrollo de nuevas tecnologías, particularmente en torno a la electrificación y el combustible de hidrógeno.

Estudian funcionamiento de buses con celdas de combustible a hidrógeno

El uso del hidrógeno verde se considera un elemento clave para la descarbonización de diversos sectores, entre ellos, el transporte, el cual representa cerca del 24% de las emisiones de gases efecto invernadero de Chile. Este objetivo se lograría reemplazando los actuales buses a diésel por vehículos de gran autonomía, con tiempos de carga reducidos y sin emisiones.

En este contexto, el Programa de Energías Renovables y Eficiencia Energética de la GIZ, a través de un apoyo técnico lanzado en agosto de 2020, seleccionó un proyecto presentado por la empresa Copec, que buscaba analizar el desempeño técnico de un bus a celdas de combustible en condiciones exigentes, como una ruta minera de gran altura.

El trabajo contó con el apoyo de la reconocida consultora alemana Ludwig Bölkow Systemtechnik, la cual identificó las marcas de buses a celdas de combustible presentes en el mercado mundial, analizando la capacidad técnica de una de ellas para un recorrido entre diferentes alturas geográficas, gradientes y con alto grado de autonomía.

«Dos de los sectores que en el corto plazo podrían usar hidrógeno verde son la minería y el transporte pesado, por lo que realizamos un análisis para conocer cómo es el comportamiento de los buses de pasajeros con estándar minero, con requerimientos de alta autonomía y recargas rápidas de combustible», explica Pablo Tello Guerra, asesor técnico de GIZ.

De esta forma, se eligió como caso de estudio la ruta entre Antofagasta y una minera ubicada a 180 kilómetros, con diferencia de altura de más de 3 mil metros sobre el nivel del mar, con pendientes y condiciones ambientales rigurosas, con la idea de simular el comportamiento de un bus con esta nueva tecnología en Chile.

En base a los datos recibidos desde los fabricantes se realizó una simulación que entregó la demanda de energía y el consumo de hidrógeno, alcanzando a 14,5 kg por cada 100 km en la ruta de subida. Estos consumos pueden variar fuertemente si se producen muchas paradas y partidas del bus durante el trayecto, tal como sucede habitualmente con los buses eléctricos y diésel.

Desde Copec, empresa gestora del proyecto, Leonardo Ljubetic, gerente corporativo de Desarrollo y Gestión, explica que la iniciativa es parte del compromiso que mantienen de aportar a la diversificación de la matriz y acelerar la transición energética de Chile.

«Considerando el potencial del país, resulta estratégico avanzar en la investigación y aplicación en diferentes rubros del hidrógeno verde. En nuestro territorio existen las mejores condiciones para su desarrollo y, en el actual escenario ambiental, el llamado es a redoblar los esfuerzos para evolucionar a modelos energéticos más limpios», sostuvo el ejecutivo.

«Esperamos que este estudio sirva como ayuda y base para la implementación de un proyecto piloto de este tipo que ayude demostrar que es factible utilizar este tipo de tecnologías en base a hidrógeno verde en Chile, disminuyendo las emisiones contaminantes de los actuales buses y aumentando la seguridad y autonomía energética debido a que no se depende de la variabilidad y disponibilidad del precio del diésel», sostiene Pablo Tello asesor de GIZ.

Los resultados del estudio, disponible en 4echile, fueron presentados en un Webinar que reunió a cerca de 200 personas, el cual fue organizado junto al Ministerio de Energía.