El lunes pasado el primer ministro Pedro Pablo Kuczynski acompañado por el titular de Energía y Minas, Glodomiro Sánchez, se comunicaban a través de la línea telefónica con Paulo Roca, presidente de la empresa argentina Techint, principal accionista de Transportadora de Gas del Perú (TGP), administradora del ducto de Camisea. En la comunicación, se exigía al empresario la presencia inmediata de un ejecutivo en el Perú a fin de que explicara las razones de las constantes roturas de los ductos que transportan el gas y los líquidos de Camisea y sobre las alternativas de solución de lo que parecería ser una construcción insegura.
Obtuvieron respuesta. El día de ayer un funcionario de Techint se reunió con el ministro de Energía y Minas, Glodomiro Sánchez, y se comprometió a presentar una serie de propuestas encaminadas a intentar solucionar los constantes accidentes para el viernes por la mañana. «Nos deben alcanzar un conjunto de medidas que permitan garantizar el abastecimiento normal de gas y el funcionamiento adecuado de los ductos, además de los planes de contingencia cuando se produzcan estos incidentes», informó Glodomiro Sánchez, al ser consultado sobre el tema.
Según se supo, el funcionario de Techint se comprometió a realizar inversiones adicionales si el ducto de Camisea así lo requería, con miras a tener un suministro confiable y seguro. Incluso deslizó la posibilidad de que la empresa argentina financie la auditoría internacional que espera realizar el Ministerio de Energía y Minas (MEM).
¿Esto salva a TGP de que el ducto sea declarado en emergencia? Consultado sobre el tema, el ministro Sánchez remarcó que esto continúa en evaluación; así, el viernes se convocaría a una conferencia de prensa para dar a conocer la decisión del Gobierno respecto del tema en forma conjunta a la propuesta de Techint .
¿Existe confianza?
El ducto de Camisea ha sufrido cuatro incidentes en dieciséis meses de operación. Según el consultor en temas de energía Aurelio Ochoa esta es una cifra récord «pues en ningún ducto del mundo se ha tenido tantas roturas». Alejandro Segret, gerente general de TGP, señaló que parte de este problema se debe a la difícil geografía que hay que cruzar.
Se debe indicar que hasta el momento Osinerg aún no ha establecido sanciones a TGP por los tres incidentes anteriores, pese a que los pobladores de las zonas donde ocurrieron estos accidentes señalaron que se han registrado impactos ambientales por el derrame de los hidrocarburos. Las comunidades nativas del Bajo Urubamba realizan un paro en protesta por este hecho.
Pero, pese a ser importante, el problema ambiental no es el único tema que salta tras la rotura de los ductos. Según Aurelio Ochoa, también hay un problema de inseguridad en el abastecimiento, lo que podría hacer que se frenen inversiones en la generación eléctrica o en proyectos industriales que utilicen como insumo este combustible. Alejandro Segret intenta poner la calma, pues señala que si bien estos incidentes generan preocupación no deberían llamar a la alarma. El ejecutivo afirma que este tipo de eventualidades suelen suceder en estas operaciones.
Fuente: El Comercio.