Desde hace seis meses de la suspensión de la licitación para modernizar y repotenciar la represa Acaray, la ANDE aún no pone en marcha un nuevo llamado a licitación. Cada día, con Acaray que opera a medias, el país pierde US6.000.
En principio, una nueva licitación para Acaray fue anunciada para los primeros días de marzo de este año. Ello no se cumplió, y a partir de ahí fueron alargándose sucesivamente los plazos sin explicaciones firmes y con una gran dosis de inseguridad.
«Estamos terminando los últimos trabajos previos a la licitación», se escuchó decir en varias oportunidades a las autoridades de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), pero pasan los días y la obra considerada prioritaria se pierde en la burocracia.
Lo peor del caso es que cada mes el ente energético pierde US80.000 porque los generadores de la vieja usina ubicada en la jurisdicción de Ciudad del Este (departamento de Alto Paraná) operan a media máquina.
Esto viene ocurriendo indefinidamente desde hace por lo menos diez años, cuando los mismos técnicos de ANDE afirmaron que han vencido los años de vida útil de los generadores luego de 20 años de trabajo continuado.
A partir de ahí, los trabajos de mantenimiento tienen a buen recaudo la represa, que produce aproximadamente el 15% de toda la energía que consume el país.
Sin embargo, el estado obsoleto y desgastado de muchas piezas vitales de los rotores y otros equipos generadores de la usina mantiene encendida desde hace rato la «luz amarilla» en la represa porque en cualquier momento puede colapsar y causar millonarios perjuicios económicos a la ANDE, que forzosamente deberá recurrir a Itaipú para comprar energía.
Acaray produce actualmente 64 KVA de potencia y el proyecto apunta a elevar esa potencia hasta 75 KVA de cada uno de los cuatro generadores, lo cual aumentará en 23% la capacidad de producción energética de la hidroeléctrica.
A menos que ANDE quiera seguir perdiendo plata, debe llamar pronto a una nueva licitación, que, según los anuncios, se concretará a finales de este mes.
La primera licitación se dejó sin efecto el 16 de septiembre del año pasado, luego de salir a luz sospechas de manipulación del proceso licitatorio para favorecer supuestamente a una de las oferentes (Industrias Metalúrgicas Pescarmona), lo cual fue negado categóricamente por la ANDE.
El presidente de la energética estatal Martín González dijo que la suspensión se debió a falta de seguridad jurídica del acto licitatorio y anunció que en la próxima oferta aumentará de 8 millones a 12 millones el precio referencial.
FuenteÇ: ABC Color.