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AIA: “El hidrógeno es la mayor reserva de combustible no contaminante del mundo»

Con la meta de llegar a la carbono neutralidad en 2050, en Chile se han abierto muchas oportunidades y proyectos con energías limpias como la solar y la eólica. Además se han explorado alternativas con el hidrógeno verde, principalmente para la minería. En esa línea, hoy se avanza en la Asociación para el desarrollo del Instituto de Tecnologías Limpias (ASDIT), que busca el impulso de estas tecnologías, con sede en Antofagasta.

[LEA TAMBIÉN: H2: Un nuevo combustible para el presente de la industria]

El presidente de la Asociación de industriales de Antofagasta (AIA), Marko Razmilic analiza en la siguiente columna el futuro del mercado de las energías limpias en el sector y los beneficios que podría traer.

Hidrógeno verde: El puente hacia la agenda público privada

Hace ya bastante tiempo que el panorama energético de Chile cambió. En sólo dos décadas, la situación es diametralmente la opuesta: pasamos de la pobreza energética a la abundancia de recursos renovables. El principal cambio es la decisión estratégica del país de hacer un giro en la matriz energética, la que sistemáticamente ha ido incorporando las energías renovables. En la actual matriz nacional, el 44% de la energía que se produce en Chile tiene fuentes renovables.

Complementariamente, nuestra región ha sido privilegiada con la más alta radiación del mundo, lo que garantiza un potencial de desarrollo de energía solar increíble. Y la energía solar también es sinónimo de hidrógeno verde, el llamado “combustible del futuro”. El hidrógeno es la mayor reserva de combustible no contaminante del mundo, que hasta ahora se procesaba sobre la base de energías convencionales, con un alto costo y emisiones. El desierto de Atacama, con sus 3.500kWh/m2 (DNI) y 3.000 horas de sol al año, constituyen ventajas demasiado atractivas de aprovechar, situando a Chile en primer lugar de potencial a nivel mundial.

Y es precisamente en torno a este combustible en que coinciden la agenda pública con la privada. Estos días el Ministerio de Energía anunció la formación del Comité para el Hidrógeno Verde, que tendrá por misión dar viabilidad al desarrollo de este combustible. Para el Estado de Chile, “la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde traerá beneficios ambientales y económicos para el país, habilitando la reducción de emisiones de CO2 necesarias para alcanzar el carbono neutralidad al 2050 de manera eficiente y convirtiendo a Chile en un líder exportador de hidrógeno verde. En este contexto, puede jugar un rol clave en nuestra independencia energética y la recuperación económica verde o resiliente”.

Por nuestra parte, la propuesta de la Asociación para el desarrollo del Instituto de Tecnologías Limpias (ASDIT) presentada a Corfo, que impulsan la AIA, la Corporación Alta Ley, 11 universidades nacionales y casi una decena de centros tecnológicos internacionales, tiene también al centro el desarrollo del hidrógeno verde desde la región de Antofagasta.

Proponemos desarrollar un mercado para este combustible, primero nacional fundamentalmente en la minería del cobre y luego global, para crear una industria de exportación de billones de dólares, aprovechando las condiciones naturales de energía solar y las necesidades de la minería de disminuir su huella de carbono.

Tenemos un sueño: que al año 2030 Chile sea líder mundial en minería verde, transformando su matriz energética y fortaleciendo sus cadenas de valor para abastecer a los países comprometidos con el cambio climático. Para ello, nos asiste la voluntad de coordinar esfuerzos, evitar la duplicidad de acciones e integrar a todos los actores en pos de esta agenda común de desarrollo del hidrógeno verde, una nueva industria para Chile y un gran aporte para el mundo.

AIA: “El hidrógeno es la mayor reserva de combustible no contaminante del mundo»

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Con la meta de llegar a la carbono neutralidad en 2050, en Chile se han abierto muchas oportunidades y proyectos con energías limpias como la solar y la eólica. Además se han explorado alternativas con el hidrógeno verde, principalmente para la minería. En esa línea, hoy se avanza en la Asociación para el desarrollo del Instituto de Tecnologías Limpias (ASDIT), que busca el impulso de estas tecnologías, con sede en Antofagasta.

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El presidente de la Asociación de industriales de Antofagasta (AIA), Marko Razmilic analiza en la siguiente columna el futuro del mercado de las energías limpias en el sector y los beneficios que podría traer.

Hidrógeno verde: El puente hacia la agenda público privada

Hace ya bastante tiempo que el panorama energético de Chile cambió. En sólo dos décadas, la situación es diametralmente la opuesta: pasamos de la pobreza energética a la abundancia de recursos renovables. El principal cambio es la decisión estratégica del país de hacer un giro en la matriz energética, la que sistemáticamente ha ido incorporando las energías renovables. En la actual matriz nacional, el 44% de la energía que se produce en Chile tiene fuentes renovables.

Complementariamente, nuestra región ha sido privilegiada con la más alta radiación del mundo, lo que garantiza un potencial de desarrollo de energía solar increíble. Y la energía solar también es sinónimo de hidrógeno verde, el llamado “combustible del futuro”. El hidrógeno es la mayor reserva de combustible no contaminante del mundo, que hasta ahora se procesaba sobre la base de energías convencionales, con un alto costo y emisiones. El desierto de Atacama, con sus 3.500kWh/m2 (DNI) y 3.000 horas de sol al año, constituyen ventajas demasiado atractivas de aprovechar, situando a Chile en primer lugar de potencial a nivel mundial.

Y es precisamente en torno a este combustible en que coinciden la agenda pública con la privada. Estos días el Ministerio de Energía anunció la formación del Comité para el Hidrógeno Verde, que tendrá por misión dar viabilidad al desarrollo de este combustible. Para el Estado de Chile, “la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde traerá beneficios ambientales y económicos para el país, habilitando la reducción de emisiones de CO2 necesarias para alcanzar el carbono neutralidad al 2050 de manera eficiente y convirtiendo a Chile en un líder exportador de hidrógeno verde. En este contexto, puede jugar un rol clave en nuestra independencia energética y la recuperación económica verde o resiliente”.

Por nuestra parte, la propuesta de la Asociación para el desarrollo del Instituto de Tecnologías Limpias (ASDIT) presentada a Corfo, que impulsan la AIA, la Corporación Alta Ley, 11 universidades nacionales y casi una decena de centros tecnológicos internacionales, tiene también al centro el desarrollo del hidrógeno verde desde la región de Antofagasta.

Proponemos desarrollar un mercado para este combustible, primero nacional fundamentalmente en la minería del cobre y luego global, para crear una industria de exportación de billones de dólares, aprovechando las condiciones naturales de energía solar y las necesidades de la minería de disminuir su huella de carbono.

Tenemos un sueño: que al año 2030 Chile sea líder mundial en minería verde, transformando su matriz energética y fortaleciendo sus cadenas de valor para abastecer a los países comprometidos con el cambio climático. Para ello, nos asiste la voluntad de coordinar esfuerzos, evitar la duplicidad de acciones e integrar a todos los actores en pos de esta agenda común de desarrollo del hidrógeno verde, una nueva industria para Chile y un gran aporte para el mundo.

Conoce estas recomendaciones para fomentar la movilidad eléctrica en Latinoamérica y el Caribe

El Programa de la ONU para el Medio Ambiente, con el apoyo de la Unión Europea, a través del Programa EUROCLIMA+ y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), se encuentran realizando diversas acciones dirigidas a apoyar a los países a realizar una transición hacia la movilidad eléctrica.

En ese contexto, y por tercer año consecutivo, dieron a conocer el Informe de Movilidad Eléctrica de América Latina y el Caribe 2019, el cual muestra los avances de la movilidad eléctrica en la región, junto con presentar una serie de recomendaciones para incentivar esa misma senda en los distintos países, y destacar las oportunidades socio-económicas de esta transición.

Uno de los principales hallazgos de este informe es el interés creciente de la ciudadanía en la adopción de tecnologías limpias.

[LEA TAMBIÉN: Conoce esta interesante maqueta interactiva sobre el camino nacional a la carbono neutralidad]

Dados los altos porcentajes de energías renovables, la rápida urbanización, la fuerte utilización del transporte público y los altos niveles de polución en la región, la transición a la movilidad eléctrica alimentada de energías limpias empieza a generar un interés creciente en los gobiernos, pero también en la ciudadanía.

Más allá de los sistemas de transporte eléctricos de rieles (metro, trenes y tranvías), en los que no se enfoca este estudio, se observa la aparición de diversas asociaciones provenientes de la sociedad civil dedicadas a este sector.

Rol de las ciudades

Otro aspecto que se destaca en el Informe de Movilidad Eléctrica de América Latina y el Caribe 2019 es el liderazgo de las ciudades en el desarrollo e implantación de la movilidad eléctrica.

Es así como se consigna que varias de las grandes urbes de la región marcan el paso a los países, pasando de proyectos piloto a la introducción de un gran números de buses y otros medios de transporte público en sus flotas.

Asimismo, es en las ciudades donde se observa con mayor intensidad la diseminación de transportes alternativos como scooters, bicicletas o motocicletas eléctricas.

Además, existe una proliferación del número de puntos de carga en muchos países de la región, así como la aparición o expansión de corredores de carga que permiten cubrir amplias distancias y que incentivan la adquisición y/o el uso de vehículos eléctricos por parte de sus ciudadanos.

Se observa también un interesante potencial de desarrollo de mercados basados en elementos ligados a la movilidad eléctrica, como son los componentes primarios, las baterías o la fabricación de vehículos.

Conoce estas recomendaciones para fomentar la movilidad eléctrica en Latinoamérica y el Caribe

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El Programa de la ONU para el Medio Ambiente, con el apoyo de la Unión Europea, a través del Programa EUROCLIMA+ y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), se encuentran realizando diversas acciones dirigidas a apoyar a los países a realizar una transición hacia la movilidad eléctrica.

En ese contexto, y por tercer año consecutivo, dieron a conocer el Informe de Movilidad Eléctrica de América Latina y el Caribe 2019, el cual muestra los avances de la movilidad eléctrica en la región, junto con presentar una serie de recomendaciones para incentivar esa misma senda en los distintos países, y destacar las oportunidades socio-económicas de esta transición.

Uno de los principales hallazgos de este informe es el interés creciente de la ciudadanía en la adopción de tecnologías limpias.

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Dados los altos porcentajes de energías renovables, la rápida urbanización, la fuerte utilización del transporte público y los altos niveles de polución en la región, la transición a la movilidad eléctrica alimentada de energías limpias empieza a generar un interés creciente en los gobiernos, pero también en la ciudadanía.

Más allá de los sistemas de transporte eléctricos de rieles (metro, trenes y tranvías), en los que no se enfoca este estudio, se observa la aparición de diversas asociaciones provenientes de la sociedad civil dedicadas a este sector.

Rol de las ciudades

Otro aspecto que se destaca en el Informe de Movilidad Eléctrica de América Latina y el Caribe 2019 es el liderazgo de las ciudades en el desarrollo e implantación de la movilidad eléctrica.

Es así como se consigna que varias de las grandes urbes de la región marcan el paso a los países, pasando de proyectos piloto a la introducción de un gran números de buses y otros medios de transporte público en sus flotas.

Asimismo, es en las ciudades donde se observa con mayor intensidad la diseminación de transportes alternativos como scooters, bicicletas o motocicletas eléctricas.

Además, existe una proliferación del número de puntos de carga en muchos países de la región, así como la aparición o expansión de corredores de carga que permiten cubrir amplias distancias y que incentivan la adquisición y/o el uso de vehículos eléctricos por parte de sus ciudadanos.

Se observa también un interesante potencial de desarrollo de mercados basados en elementos ligados a la movilidad eléctrica, como son los componentes primarios, las baterías o la fabricación de vehículos.

A 1 año del Plan de Descarbonización, ¿cómo influye la crisis económica por Covid-19?

(La Tercera-Pulso) Este jueves se cumple un año desde que el gobierno anunciara el denominado Plan de Descarbonización, una de las apuestas más fuertes con respecto a lograr las metas de reducción de Gases de Efecto Invernadero (GEI) dentro de lo que se conoce como las NDC o “Contribución Nacional” en la lucha contra el cambio climático.

En concreto, el plan consiste en el cierre de 28 centrales a carbón de aquí al 2040, con una primera etapa al 2024, donde terminarían sus operaciones las 8 termoeléctricas más antiguas del país. Sin embargo, se ha logrado adelantar la salida de seis de ellas: tres estaban en la fase 1 del plan y se cerrarán antes, pero dentro de la misma fase. Y las otras tres, corresponden a la segunda fase. Esto implica que al 2024 se habrá retirado el 30% de la generación con carbón.

Chile ha comprometido en el marco de su NDC, reducir sus emisiones en 30% por unidad de PIB al año 2030, con respecto a 2007. Y el sector energético resulta fundamental, ya que el 78% de las emisiones totales de GEI provienen de dicha industria.

Pero, ¿cómo afecta la crisis económica producto del Covid-19 la hoja de ruta de esta iniciativa?

Al menos para el gobierno, el panorama no cambia las cosas: “En los próximos meses seguiremos trabajando en posibles cierres anticipados. En la medida que el desarrollo de las energías renovables sigue adelante con fuerza, podremos tener novedades en este frente”, comenta el ministro de Energía, Juan Carlos Jobet. Incluso, dice que la transición energética (reemplazo del carbón por energías renovables), entre otros factores, va a abrir oportunidades de inversión para una recuperación económica verde.

[LEA TAMBIÉN: Cómo se viene el calendario de cierre de las próximas centrales termoeléctricas a carbón]

Desde la consultora Breves de Energía (BdE), Cristián Muñoz, su director, estima que las centrales que serán retiradas tienen un nivel de emisiones modesto, debido a su antigüedad: “De hecho, en los próximos 12 meses se espera que su generación sea menor al 7% del total de la generación a carbón del país”, explica. Pero cree que la crisis del coronavirus tiene un aspecto positivo: “El menor consumo de electricidad (cerca del 10%) marcará aún más la irrelevancia en el suministro, del sistema de las centrales a carbón que forman parte del plan de retiro”, sostiene.

Cabe recordar que el parque de centrales termoeléctricas a carbón aporta el 40% del total de la generación eléctrica.

Ricardo Bosshard, director de WWF Chile, señala que el Plan de Descarbonización ha sido un “hito valorable” y en referencia al Covid-19, dice que si bien aún no es posible analizar en profundidad todos sus efectos, “podría inferirse que la ralentización de la economía efectivamente incide en una menor demanda de energía, lo que puede reflejarse en una menor capacidad de generación, con lo que, toda la nueva generación en renovables irá a suplir la capacidad de energías fósiles. Sin embargo, no se debe perder de vista que las emisiones son el 50% de la razón del Índice Planeta Vivo. La otra mitad del desafío es la pérdida de biodiversidad y la naturaleza”.

En otro aspecto, puntualiza Bosshard, “la deseada mayor celeridad en el cierre de termoeléctricas no puede perder de vista la necesidad de que existan planes de salida consensuados con las comunidades locales”.

Al respecto, Juan Carlos Jobet comenta que están en un proceso denominado como “transición justa”. “Esto significa trabajar con las empresas para ofrecer a los trabajadores de esas centrales nuevas oportunidades laborales y generar espacios de diálogo que permitan definir con la comunidad el destino que tendrán los sitios donde están ubicadas esas centrales”, concluye el ministro de Energía.