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Jorge Bunster y Máximo Pacheco afinan traspaso de Ministerio de Energía

(La Tercera) Tras estar cerca de dos horas reunidos, el ministro de Energía, Jorge Bunster, y su sucesor Máximo Pacheco, valoraron el encuentro que se da en el marco de las citas bilaterales de traspaso de gobierno.

El ministro Bunster reveló que es el tercer encuentro que sostienen.

«Ha sido una reunión constructiva, muy positiva, en donde cada uno de los jefes está presentando su división, su trabajo, de manera de hacer su traspaso de la manera más fluida posible» dijo Bunster.

La cita contó con las presencia de los jefes de los servicios y divisiones de la cartera.

«En este momento, estamos más bien en reuniones de presentación, de introduccion, en donde se están exponiendo los temas, se están planteando las materias y los equipos. Todavía no hemos entrado a los temas más acusantes», precisó Bunster.

«El trabajo que se está haciendo en materia de reglamento en el 20/25 (proyecto que busca que el 20% de la matriz eléctrica corresponda a Energías Renovables No Convencionales), la necesidad de impulsar el avance del proyecto carretera eléctrica, el proyecto de compensaciones, que se ha estado trabajando. Todos esos temas se han ido cubriendo», dijo Bunster.

En tanto, Pacheco destacó que, pese a haber sostenido encuentros bilaterales anteriores, esta reunión «es muy importante porque no solamente se han tocado temas, sino que se ha hablado con las personas que trabajan el Ministerio».

«Este es un sector que le importa mucho a Chile. Es un sector muy estratégico y he tenido la oportunidad de escuchar a distintas personas que participan en el sector desde el mundo académico, desde el mundo político, desde el mundo de las organizaciones sociales para oir sus opiniones y ver sus visiones», recalcó Pacheco.

Respecto al proyecto HidroAysén, el próximo ministro de Energía dijo que la cita fue para escuchar y conocer a las personas que actualmente trabajan en las distintas divisiones de la cartera.

«Les garantizo que vamos a tener mucho tiempo en los próximos meses para hablar de ese tema y otros, porque aquí hay muchos temas de interés para el país», precisó.

Los próximos encuentros serán entre representantes de la Comisión Nacional de Energía (CNE), la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) y los equipos del futuro ministro.

Aporte de la generación hidroeléctrica de embalse cae a la mitad en diez años

Aporte de la generación hidroeléctrica de embalse cae a la mitad en diez años

(El Mercurio) Poco a poco la generación hidroeléctrica ha ido perdiendo participación en la matriz del Sistema Interconectado Central (SIC), que abarca desde Taltal a Chiloé.

Según datos de la Asociación de Generadoras, en diez años la electricidad producida por centrales de embalse se redujo a la mitad. Si en 2003 este tipo de tecnología representaba el 40% del total de la energía inyectada en el SIC, hoy apenas alcanza el 18%.

Esta caída contrasta con el avance que ha tenido el carbón. La generación a base de este combustible se triplicó en una década, tras alcanzar el 30% del SIC. A su vez, las centrales que operan con derivados del petróleo también elevaron su participación en la matriz, pasando de 1% a 7% en diez años.

La drástica caída experimentada por las hidroeléctricas de embalse se explica, en gran medida, por la fuerte sequía que ha afectado al país en los últimos cuatro años.

«Al producirse menos lluvias en la zona centro-sur la generación más afectada es la de embalse. Hay que recordar que en los últimos años ha habido períodos en que el agua embalsada es tan poca que incluso algunas represas ni siquiera están en condiciones de funcionar», explica René Muga, gerente general de la Asociación de Generadoras.

Por su parte, el analista de Corpresearch, Sergio Zapata, asegura que la misma sequía ha provocado que los inversionistas piensen dos veces antes de apostar por una central de embalse. «Es evidente que a la hora de tomar una decisión sobre un tipo de tecnología no se opte por las represas. Con cuatro años consecutivos de sequía no se justifica llevar adelante una inversión tan grande para que luego no sea despachada al sistema», dice Zapata.

De acuerdo a la información que publica la Comisión Nacional de Energía (CNE), desde el 2004 -año que entró en operación Ralco (640 MW) de Endesa- no ingresa al sistema una nueva unidad de embalse. Esta parálisis podría terminar este año cuando comience su operación comercial la central de embalse Angostura (316 MW) de Colbún.

Pese a lo anterior, dice Muga, no se ven en el horizonte nuevas unidades de este tipo en lo que resta de la década. Esto último teniendo en cuenta que los dos grandes proyectos: Cuervo (640 MW) e HidroAysén (2.750 MW), no ingresarían al sistema antes del 2020.

Asimismo, Zapata agrega que en la zona centro-sur del país -la cual comprende entre Santiago y Valdivia- no hay espacio geográfico para la instalación de una nueva unidad de embalse que le entregue electricidad al SIC.

Nuevas centrales

El aumento que ha experimentado el carbón en la matriz del SIC viene explicado, en gran medida, por los 1.000 MW que ingresaron en operación entre 2012 y 2013.

Las centrales Bocamina II de Endesa (350 MW), Santa María de Colbún (342 MW) y Campiche de AES Gener (270 MW) prácticamente duplicaron la capacidad instalada del carbón en el SIC.

Además, explica Muga, este tipo de unidades tiene un costo de operación cercano a los US$ 60 por MWh, por lo cual casi siempre están siendo despachadas por el sistema.

Gobierno aprueba 18.583 MW, pero solo un séptimo de esa cifra está en construcción

Gobierno aprueba 18.583 MW, pero solo un séptimo de esa cifra está en construcción

(El Mercurio) No han sido pocas las dificultades que ha debido enfrentar el gobierno del Presidente Sebastián Piñera en materia energética. La paralización de grandes centrales por judicialización, los altos precios de la electricidad y la incertidumbre regulatoria han ralentizado el crecimiento de un sector denominado como «estratégico» para el país.

Ejemplo de aquello son los proyectos por 2.573 MW que dejará en construcción este gobierno, cifra que equivale a solo un séptimo del total de iniciativas eléctricas aprobadas ambientalmente en estos cuatro años. Los 2.573 MW equivalen a casi un HidroAysén (2.750 MW), 4,3 veces Ralco (640 MW) o 3,4 veces Punta Alcalde (740 MW).

Entre 2010 y 2013, el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) autorizó la instalación de 18.583 MW, número que supera en 55% lo exhibido durante el mandato anterior, cuando se visaron 11.952 MW.

De los 18.583 MW, el 78% corresponde a iniciativas renovables. Los proyectos solares representan el 31,6%; los hidroeléctricos, el 21,8%, y los eólicos, el 25%. Los denominados «convencionales de base» (carbón, gas y petróleo) se expresan con el 20% dentro de este catastro.

«Llama la atención en forma positiva la importante componente de Energías Renovables No Convencionales (ERNC) en el total de proyectos aprobados ambientalmente en estos últimos cuatro años, lo que revela el interés del sector empresarial en el desarrollo de esta fuente energética y el potencial de nuestro país en esa materia. Sin embargo, es preciso no olvidar que la producción mayoritaria de energía seguirá proviniendo por largo tiempo más de fuentes tradicionales», afirma el ministro de Energía, Jorge Bunster.

Sobre los proyectos en construcción, solo tres grandes centrales iniciaron sus obras durante este mandato: las carboneras Guacolda V (152 MW), en la Región de Atacama, y Cochrane (472 MW), en la Región de Antofagasta; y la hidroeléctrica de pasada Alto Maipo (531 MW) en la Región Metropolitana.

A estas tres unidades se suman las centrales Angostura (316 MW) y San Pedro (144 MW), que si bien se están construyendo -y que son incluidas dentro del plan de obras de la Comisión Nacional de Energía (CNE)- iniciaron sus obras durante la administración anterior.

En cuanto a los proyectos que fueron inaugurados en el gobierno de Piñera, la cifra alcanza los 4.253 MW, superando en 47% los del lapso 2006-2009.

Desde la industria aseguran que la alta judicialización de las iniciativas energéticas en los últimos años ha provocado un freno en el desarrollo de grandes generadoras.

Entre ellas destacan la paralización de la central Castilla (2.100 MW) en Atacama, luego que la Corte Suprema acogiera un recurso de protección en su contra por no resguardar el cuidado del medio ambiente.

Por otra parte, agregan que también influyó el clima de incertidumbre jurídica que comenzó a gestarse en el país luego que el Gobierno le solicitara a la empresa GDF Suez que desechara su proyecto Barrancones (540 MW), aunque contaba con la autorización ambiental.

El gerente general de la Asociación de Generadoras, René Muga, afirma que la gran falencia de este gobierno fue el escaso avance en la aprobación y construcción de centrales de energía de base convencional, que permiten entregar electricidad por casi las 24 horas del día de manera constante. «Que la gran mayoría de los proyectos aprobados sean ERNC no es suficiente para sostener la nueva demanda energética del país. Estas no producen electricidad durante todo el día, como lo necesitan sectores como la minería», dice Muga.

El director ejecutivo de Electroconsultores, Francisco Aguirre, asegura que de no incorporarse más energía convencional a carbón o gas, el país deberá comenzar a cubrir la demanda eléctrica con motores diésel.

1 Barrancones

En 2010 el Presidente Sebastián Piñera le solicita a la empresa GDF Suez que retire de su plan de inversiones su proyecto termoeléctrico Barrancones (540 MW) tras una serie de protestas ciudadanas en contra de la generadora.

La petición se produjo pese a que la compañía contaba con todos los permisos ambientales para iniciar la construcción de la carbonera. Esto último provocó una serie de cuestionamientos por parte del sector privado, quienes acusaron una vulneración de la institucionalidad ambiental.

2 Central Castilla

En 2012 la Corte Suprema acogió un recurso de protección en contra de la central termoeléctrica Castilla (2.100 MW) paralizando de forma definitiva el desarrollo de la generadora en la Región de Atacama.

La decisión del máximo tribunal del país generó una fuerte incertidumbre entre los inversionistas mineros, quienes comenzaron a ralentizar el desarrollo de sus nuevos yacimientos ante la falta de energía competitiva en la zona y los altos precios que se prevén hacia el futuro.

3 Punta Alcalde

La Corte Suprema aprobó este año la construcción de la mayor central termoeléctrica del país: Punta Alcalde (704 MW).

La decisión del tribunal vino a respaldar el actuar del Comité de Ministros, que había optado por autorizar, con condiciones, a la central pese a que el Servicio de Evaluación Ambiental de Atacama había rechazado su Resolución de Calificación Ambiental (RCA).

Con la aprobación de la carbonera Punta Alcalde se comenzaron a reactivar las inversiones en la zona.

4 HidroAysén

Más de dos años demoró el Comité de Ministros en pronunciarse sobre las reclamaciones en contra del proyecto HidroAysén.

A fines de enero de este año, la instancia gubernamental resolvió gran parte de las consultas, pero encargó dos estudios adicionales para definir su posición en dos materias específicas.

Esto último fue interpretado por la industria eléctrica como una nueva maniobra del gobierno para no fijar una posición clara frente al proyecto de 2.750 MW en la Patagonia.

5 Proyectos de ley

Durante el gobierno de Piñera se logró la aprobación de la ley de concesiones y servidumbres eléctricas, que permite agilizar las inversiones en transmisión. Esto último, con el objetivo de reducir a la mitad los casi cinco años que demora levantar los tendidos y robustecer el sistema troncal.

Por otra parte, también se aprobó en el Congreso la nueva ley de Energías Renovables No Convencionales (ERNC), que fija como obligación que a 2025 el 20% de la electricidad generada en el país provenga de este tipo de energías limpias.

6 Precios altos

La sequía que se presenció durante los últimos tres años en la zona centro-sur trajo consigo un fuerte aumento de los precios de la energía en el país, debido al aumento de la generación a petróleo, la más cara entre las tecnologías.

Debido a la menor generación hidroeléctrica -la más económica y eficiente del sistema- los costos marginales estuvieron por sobre los US$ 150 por MWh. durante gran parte de estos tres años en el Sistema Interconectado Central (SIC), que abarca desde Taltal a Chiloé.

Carbón crece al triple en la matriz eléctrica chilena en diez años y se disparan los costos

Carbón crece al triple en la matriz eléctrica chilena en diez años y se disparan los costos

(Pulso) La matriz eléctrica chilena se está, literalmente, carbonizando. Esta fuente de energía, la más competitiva dentro de los combustibles para termoeléctricas -por su menor costo de operación en relación con las unidades a gas y a diésel- registró en 2013 un aporte récord al Sistema Interconectado Central (SIC) de 33,3%, lo que implica un salto de ocho puntos de participación en relación con 2012.

Ello a su vez implica un crecimiento de 200% respecto de lo que ocurría diez años antes. En 2003, el aporte del carbón estaba relegado a lugares secundarios, con un 9,1% respecto del total del SIC.

En el SING (sistema del norte), la tendencia es aún más fuerte. Mientras en 2003 el carbón representaba el 26,7% de la generación total del sistema, en 2013 alcanzó el 81,9%. Pero en el norte hay una diferencia: la fuente de energía que ha perdido relevancia no es el agua, sino el gas natural, que bajó del 72,5% al 9,3%.

En el caso del SIC, el avance del carbón se da en detrimento del aporte hidroeléctrico. De acuerdo con cifras de Electroconsultores, a partir de datos del CDEC-SIC y de la CNE, mientras en 2003 la hidroelectricidad dominaba el SIC (con el 64,8% de participación en el total de generación) el año pasado cayó a un mínimo histórico de 38,3%, lo que a su vez representa un descenso de 2,8 puntos porcentuales respecto de 2012.

La reducción del aporte hídrico es lo que explica, según expertos, el aumento de los costos marginales. «El análisis refleja principalmente la gradual baja en la participación hidroeléctrica a partir de 2008, con una sequía que para 2013 se ha atenuado, con influencia general que se está ya denotando en la operación y costos del sistema», explica Francisco Aguirre, socio de Electroconsultores.

A su juicio, esto también ha impactado en los costos marginales, al alza, que responden a los períodos de menor despacho hidroeléctrico producto del reemplazo por diésel o GNL, que sigue teniendo costos altos para el sistema.

A esto se suma que desde Ralco no han entrado nuevos proyectos de gran tamaño de naturaleza hidroeléctrica.

En 2003, el costo de la energía en el mercado spot promedió US$16,7 por MWh. Diez años después, había subido a US$148,7.

Una diferencia importante entre ambos escenarios es la disponibilidad de gas natural argentino a precios muy bajos en 2003, situación que ya no es tal.

INVERSIÓN

Sólo en los últimos cuatro años han entrado Guacolda III (135 MW), Ventanas III (240 MW), Coronel I (343 MW) , Bocamina II (342 MW), Guacolda IV (139 MW) y Campiche (242 MW), todas ellas ligadas a los tres actores dominantes del SIC: Endesa, Colbún y AES Gener.

A esto se suma que entre los próximos proyectos a gran escala que se van a desarrollar en el país en el mediano plazo hay varios a carbón, como es el caso de la segunda unidad de la central Santa María, de Colbún, la quinta unidad de Guacolda (ambos en el SIC), además de Infraestructura Energética Mejillones, de E-CL en el SING y Punta Alcalde.

¿A qué se debe el crecimiento explosivo del carbón en el sector? En primer lugar, casi todas las iniciativas nombradas se construyeron antes de que se desatara el boom de la judicialización, que tiene un punto de partida no precisamente en Tribunales, sino que en la decisión del presidente Piñera de frenar el proyecto Barrancones, que había sido aprobado previamente por la autoridad ambiental.

A juicio de los expertos, el avance del carbón es la consecuencia lógica de las dificultades para desarrollar unidades hidroeléctricas, pues dado el tamaño, y salvo el gas natural -cuya disponibilidad en Chile es más bien reciente, tras la crisis del gas argentino-, no existen más fuentes de generación capaces de operar como energía de base para el sistema eléctrico.

Dilatado proyecto de aguas en Brasil recibe impulso en año electoral

Dilatado proyecto de aguas en Brasil recibe impulso en año electoral

(Reuters) El presidente Luiz Inácio Lula da Silva decidió en el 2006 ejecutar una idea que los habitantes del nordeste de Brasil, una empobrecida región históricamente castigada por sequías, venían escuchando hacía más de un medio siglo.

Lula, nacido en el nordeste, prometió canalizar el agua del río São Francisco hacia esta tórrida región. En el 2010, dijo, una red de canales, acueductos y reservorios de 477 kilómetros de extensión saciaría finalmente la sed de ciudades y granjas en cuatro estados.

Ocho años más tarde, el proyecto todavía está por la mitad. Retrasado por la burocracia y problemas contractuales, el costo de la mayor obra individual de infraestructura del gobierno casi se duplicó a 8.200 millones de reales (3.400 millones de dólares).
Plantas crecen en las grietas de las losas de concreto del canal, que fueron colocadas hace cinco años, pero aún no fueron usadas. Y algunas partes de la construcción original están tan deterioradas que tendrán que ser rehechas el día que el agua finalmente fluya por ellas.

Cuatro años después de la fecha de entrega prometida por Lula, parece poco probable que su protegida y sucesora, Dilma Rousseff, logre inaugurar el canal completo aún si consigue la reelección para un segundo mandato de cuatro años.

Con miras a los comicios de octubre, cuando se espera que Rousseff busque la reelección, su gobierno está acelerando la construcción del proyecto.

La transferencia de agua, igual que muchas otras grandes obras de infraestructura, es el tipo de inversiones que los economistas consideran necesarias para modernizar Brasil.

La séptima economía del mundo continúa limitada por cuellos de botella que complican el flujo de bienes y servicios, eso sin mencionar las necesidades básicas de desarrollo en algunas de las regiones más pobres del país.

Sigue.