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Venezuela decreta racionamiento eléctrico ante elevada demanda

(Reuters) Entre las medidas, el ejecutivo ordenó que la administración pública trabajara en horario corrido de seis horas, invitó al sector privado a «revisar su eficiencia en el sector eléctrico» y dijo que fiscalizará las fábricas y centros comerciales para corroborar si cumplen con un plan de reducción del consumo.

«Estamos en presencia de un aumento significativo de la temperatura», dijo el ministro de Energía Eléctrica, Jesse Chacón, explicando que la temperatura máxima aumentó 5 grados Celsius a 35 grados en la capital Caracas. En otras zonas del país, como Maracaibo, la sensación térmica llegó a 48 grados.

«En una semana la demanda del sistema eléctrico ha subido 1.500 megavatios (mw) (…) en esas condiciones el sistema empieza a tener problemas de estabilidad», agregó Chacón.

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La autoridad hizo hincapié en que el 40 por ciento de la demanda eléctrica en Venezuela es residencial por lo que llamó a la población a un uso racional de los aires acondicionados en un país donde hasta los quioscos de periódicos tienen uno.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, advirtió que las medidas de ahorro eléctrico se mantendrán vigentes durante el mes de mayo, ya que espera que la ola de calor se prolongue hasta entonces.

«Esta es una dificultad de carácter natural», reiteró Maduro durante su programa de televisión semanal la noche del martes.

En Venezuela, el consumo medio anual por vivienda es de 5.878 kilovatios-hora (kWh), el doble del de la región, en parte, porque las tarifas eléctricas están subsidiadas desde hace años.

Los cortes de luz y racionamientos de agua son comunes en el país petrolero y el Gobierno ha culpado a la sequía por ello, aunque cuando la temporada de lluvias recupera los embalses -de donde proviene el 64 por ciento de la electricidad del país- las autoridades aseguran que el país sufre sabotajes.

Brasil: lluvias no alejan el fantasma del racionamiento eléctrico

Brasil: lluvias no alejan el fantasma del racionamiento eléctrico

(Pulso) Paraibuna, el mayor embalse de agua que abastece a Río de Janeiro, registró ayer un volumen de 0,08% de su capacidad, luego de una semana de tormentas que afectaron a la ciudad.

Según los datos de la Agencia Nacional de Agua (ANA), la reserva llegó a “punto muerto” el pasado 21 de enero -ad portas del Carnaval- encendiendo las alarmas de racionamiento, no sólo en Río de Janeiro y Sao Paulo, sino que en todo Brasil.

Si bien las precipitaciones que cayeron sobre parte del país aliviaron a las autoridades, el fantasma del racionamiento está lejos de desaparecer. Es más, la alcaldía de Río ya prepara un plan de contingencia para enfrentar la escasez de agua en la metrópoli.

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En paralelo, el mercado ya cuantifica los eventuales efectos negativos del racionamiento eléctrico e hídrico para la mayor economía de Sudamérica.

De acuerdo al último reporte elaborado por JP Morgan sobre Brasil, “Economic Research Global Data Watch”, la proyección de crecimiento del PIB para 2015 registró un fuerte recorte. “Hemos reducido nuestro pronóstico del PIB para 2015 a una contracción de 0,6% para todo el año, desde un crecimiento de 0,2%”.

En paralelo, el Banco Central de Brasil reveló ayer que el crecimiento económico del país se estancaría completamente este año.

Los pronósticos para el crecimiento económico de Brasil se redujeron por sexta semana consecutiva, a cero desde 0,03% en el sondeo de la semana previa.

Caída de exportaciones

Si bien el banco estadounidense cree que el comercio neto seguirá contribuyendo al crecimiento del PIB, “las limitaciones de agua y energía probablemente pesarán en el crecimiento de las exportaciones”.

[“El racionamiento eléctrico podría ocurrir en gran parte de Brasil, no sólo en Sao Paulo”]

El informe agrega que con las centrales térmicas ya funcionando a máxima potencia, los analistas independientes ahora ponen el riesgo de racionamiento de energía por encima del 50%. El gobierno del estado de São Paulo ya ha anunciado que el racionamiento de agua en algunas regiones podría crecer a cinco días por semana.

Finalmente, el reporte concluye que, a pesar de la falta de información sobre la política de racionamiento de energía y sus riesgos de implementación, el impacto económico de la escasez de energía sería menos grave que el episodio de racionamiento 2001. “La confianza de empresas y los consumidores continúa deprimida, en parte debido a los riesgos de racionamiento, y podría mejorar una vez más se sepa acerca de las probables restricciones energéticas”, asegura el banco de inversión.

En 2001-2002, una sequía llevó a un corte de electricidad y a un racionamiento de energía que eliminó cerca del 1,5% del PIB en 2001. En enero de 2001, las principales reservas del país se encontraban al 31% de su capacidad. Ahora están por debajo del 17%, según una nota enviada por Fitch Ratings a clientes la semana pasada.

Golpe a la industria

Según un sondeo de la Federación de Industrias de Río de Janeiro (Firjan) a 487 empresas, el 30,6 % de compañías enfrentan problemas por el bajo nivel de agua. Estas empresas emplean a 59.849 trabajadores, aproximadamente el 15 % de los empleos industriales de Río de Janeiro.

Entre las firmas que han sido afectadas, el 50,3 % dice que el principal efecto de la escasez hídrica ha sido el aumento en el costo de producción. La solución más citada por las compañías para reducir los efectos de la escasez de agua es el control del consumo (57% de los encuestados). El control de pérdidas en la red de distribución aparece como la segunda gran solución (28,5 %) y la reutilización del agua como la tercera acción para evitar la escasez 25,8 %.

De acuerdo a los datos de Firjan, durante los dos últimos años, el 56,7 % de las empresas tomó medidas para reducir el consumo de agua. Tras la aplicación de estas medidas, el resultado fue una reducción en el uso del agua en un 25,6 % en promedio.

Otra encuesta publicada por la organización industrial, en diciembre de 2014 señaló al agua como el quinto elemento de infraestructura más importante para las industrias (27% de los encuestados), superando a los puertos frontales (16%), los ferrocarriles (14%) y finalmente los aeropuertos (6 %).

PIB de Brasil podría caer hasta 2% en 2015 por racionamiento de energía y agua

PIB de Brasil podría caer hasta 2% en 2015 por racionamiento de energía y agua

(Diario Financiero) Si el 2014 no fue un buen año para la economía de Brasil, 2015 podría ser incluso peor, porque las perspectivas, que ya son desalentadoras, podrían verse duramente golpeadas por el racionamiento energético que afecta a buena parte del país.

Por quinta semana consecutiva, los analistas sondeados por el banco central recortaron sus estimaciones de crecimiento para la mayor potencia de la región hasta 0,03%, frente a la expansión de 0,5% proyectada hace un mes.

Las previsiones podrían caer pronto por debajo de cero por el negativo impacto que tendrían sobre la actividad doméstica los cortes de energía que han implementado diversos estados para enfrentar la peor sequía en ocho décadas.

[“El racionamiento eléctrico podría ocurrir en gran parte de Brasil, no sólo en Sao Paulo”]

A mediados de enero, el Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS) solicitó a las distribuidoras reducir el suministro en 3 mil MW en todo el país, lo que representa 8% de toda la energía generada.

Hasta ahora, once de los 26 estados y el Distrito Federal han experimentado cortes en el suministro de luz.
En un reciente informe, el banco local Safra aseguró que «un racionamiento de 10% en la oferta de energía a partir del segundo semestre podría sustraer cerca de un punto porcentual del PIB, lo que podría llevar a una contracción de 1,5% en el PIB de 2015».

La institución detalló que «las lluvias considerablemente por debajo del promedio histórico en enero encendieron la luz amarilla en cuanto al riesgo de un racionamiento a partir del final del régimen lluvioso».
Silvia Matos, investigadora del Instituto Brasileño de Economía de la Fundación Getulio Vargas (Ibre-FGV), calcula que la economía podría encogerse 1% si se producen recortes generalizados de energía durante este año.

Si bien Credit Suisse pronostica hasta ahora una contracción de 0,5% en 2015, el equipo liderado por Nilson Teixeira considera que el PIB podría disminuir hasta 1,5% con el problema energético.

[Petrobras se hunde 11,21% en la bolsa]

En una nota publicada ayer, los economistas de UBS anticiparon que un racionamiento de 10% durante doce meses resultaría en un descenso de entre 0,7 punto y 1,5 punto porcentual del PIB en un horizonte de un año.

Racionamiento de agua

La consultora local Tendencias prevé que las interrupciones en el suministro eléctrico podrían provocar un declive de 1,8% de la economía. Si a esto se le suman reducciones en el abastecimiento de agua, la contracción podría llegar a 2%.

Alessandra Ribeiro, socia de Tendencias, comentó al periódico O Estado de Sao Paulo que es complejo incluir el impacto del racionamiento hídrico en las proyecciones, porque no se sabe cuánta agua consumen las empresas del sector servicios, que representan 67% del PIB.
Crisis previa

Según Lloyds, durante 2014 la sequía tuvo un costo económico de US$ 4.300 millones, convirtiéndose en el peor desastre en la historia del país.

Andre Lóes, economista jefe para América Latina de HSBC, escribió en un informe que los recortes de energía de 2001 tuvieron un fuerte impacto en el PIB. Entre enero y marzo de ese año, la economía creció a un ritmo anualizado de 4%, pero terminó el año con un alza de 1,3%.

«No podemos decir que todo se debió al racionamiento, ya que 2001 también fue el año del default de Argentina, pero cerca de 1,7 punto porcentual de la caída puede ser atribuido a la restricción de energía», acotó el experto en una entrevista con Agencia Estado. En ese ejercicio, los apagones llegaron a 20% del suministro y se extendieron por ocho meses.

El experto argumentó que un nuevo racionamiento tendría un impacto menor sobre la actividad, ya que como esta situación se ha discutido desde inicios del año pasado, muchos inversionistas ya revisaron sus decisiones de inversión.

Si bien Loés prefiere no adelantar el efecto de los recortes sobre el PIB, el economista expresó que, de concretarse dicho escenario, su augurio de una contracción del Producto de 0,5% tendría que ser corregido a la baja.

 

 

«El racionamiento eléctrico podría ocurrir en gran parte de Brasil, no sólo en Sao Paulo»

(Pulso) El segundo tiempo de Dilma Rousseff al frente de Brasil enfrenta un momento complejo. Si el último año de su mandato estuvo marcado por protestas sociales, en las primeras semanas de 2015 un eventual escenario de escasez hídrica, hoy focalizado en Sao Paulo, amenaza con expandirse por gran parte del país y dificultar la reactivación de la economía. Otro elemento clave es una profunda investigación sobre Petrobras. Los activos del ex presidente ejecutivo de la compañía, José Granieri, fueron congelados para facilitar el actuar de la Justicia en materia anticorrupción.

Enestor dos Santos, economista brasileño para mercados emergentes en BBVA, conversó con PULSO sobre los factores que marcarán el rumbo económico de Brasil en el corto y largo plazo.

¿Cómo recibe Brasil las últimas cifras de desempleo, en mínimos históricos en diciembre?

La cifra de desempleo es positiva, sin embargo hay que tener cuidado con ella, porque esta cifra es más el resultado de una caída de la oferta de trabajo que de una creación de empleo. Si mantuviéramos la tasa de participación y si la oferta de trabajo fuera la misma que en diciembre del año pasado, la tasa de desempleo hubiera sido 6%. La razón es que mucha gente dejó de buscar empleo porque decidió seguir estudiando o quedarse en casa cuidando a los hijos en lugar de buscar empleo.

Lo que vemos es una moderación en la creación de empleo. Otro indicador importante es el crecimiento de los salarios; siguen creciendo más que la inflación, pero menos que antes.

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¿Qué acciones debe implementar el gobierno para apoyar el trabajo del Banco Central?

El gobierno busca un superávit primario del 1,2% este año y 2% en 2016-17. Es un anuncio que hizo el ministro de Economía, Joaquim Levy. El resultado primario fue negativo. Es primera vez en la historia del país que sufre un déficit de 0,6% del PIB. El año anterior había sido de 1,9% positivo y el promedio de los 10 años anteriores había sido 3%. Estamos hablando de un deterioro muy fuerte de la situación fiscal. Como reacción a este deterioro, se anunció nuevas metas para este año y el siguiente que gradualmente implican una mejora de la política fiscal. Es decir, un tono menos expansionista, más en línea con lo que está haciendo el Banco Central, claramente con el objetivo de ayudar en el combate a la inflación, nivelar el riesgo de que el país pierda el grado de inversión debido a todos los riesgos y distorsiones que se han creado en los últimos años.

En este escenario, ¿cómo ve el desempeño del real este año?

El real se va a depreciar, eso será una tendencia fuerte para la economía brasileña, la que lleva años prácticamente estancada y seguirá así en 2015. Uno de los problemas más serios que tiene el país es la falta de competitividad y esto se podría arreglar con una agenda de reformas, pero esto es algo que no va a ocurrir, el entorno político no va a permitir, porque no está dentro de la agenda y entonces esto se va a hacer a través de la depreciación del tipo de cambio. Además hay una serie de factores como la caída de las materias primas y el alza de los tipos de interés en EEUU, todo esto va a contribuir a que el real se deprecie a lo largo de este año. Mi impresión es que va a cerrar el año en 2,9.

¿Cómo evalúa al nuevo equipo económico de Rousseff?

Es un cambio de toda política económica, es una señal de cambio, es decir teníamos un tipo de política económica y a partir de ahora tenemos otra. Las medidas que se están anunciando son distintas de las que teníamos antes. Incluso muchas de las cosas que se están haciendo ahora es revertir políticas anteriores. Lo dijo el propio ministro, que se están revirtiendo parte de las medidas adoptadas en los últimos años.

[Sao Paulo enfrentará duro racionamiento de agua por sequía]

Un nuevo elemento ha surgido: la escasez de agua potable. ¿Cuál será el impacto económico en un eventual escenario de escasez hídrica?

El impacto potencial es muy elevado. De momento el problema de escasez está centralizado en Sao Paulo, lo que hay ahí es un problema de agua. Esto por sí mismo tiene un impacto fuerte, pero además de esto el sistema de generación de energía de Brasil depende en una proporción muy grande del agua, de las hidroeléctricas. Si no hay agua tampoco hay energía, las reservas están muy bajas, está lloviendo poco y además de la falta de agua, en Sao Paulo, lo que es cada vez más probable es que ocurra es un racionamiento producto de la escasez de electricidad, con un impacto económico bastante grande.

¿Cuán factible es un escenario de racionamiento eléctrico?

El gobierno sigue diciendo que no es algo probable, por otro lado consultores e ingenieros eléctricos, gente del sector, dicen que la probabilidad es más alta de 50%. Es un problema técnico y depende de lo que ocurra con las lluvias. Hay señales de que el problema es muy serio, el riesgo está ahí. El racionamiento es algo que podría ocurrir en gran parte de Brasil, no sólo en Sao Paulo.

Corrupción

¿Cómo Brasil pretende promover la inversión con episodios de corrupción como los que se investiga en Petrobras?

Que este escándalo involucre a Petrobras es importante tanto políticamente como económicamente. Petrobras es la principal empresa para invertir en Brasil. Está todo el tema del pre-sal que hay que desarrollar y esto requiere inversiones muy grandes y si hay ese tipo de problemas, además del impacto político que pude haber, tiene un impacto económico negativo. Petrobras acaba de anunciar un recorte en sus inversiones para 2015.

Todo el escenario para Brasil este año es muy complicado porque tienes el impacto del ajuste, tenemos el impacto de la escasez de agua y electricidad, el tema de Petrobras, tenemos un entorno internacional con la caída de las materias primas, tenemos probables turbulencias relacionadas al aumento de los tipos de interés en EEUU, es un escenario para el país y para la actividad económica en particular bastante negativo, entonces lo más probable es que la economía brasileña se mantenga estancada este año.

¿Cómo visualizas a Petrobras en este escenario de la caída en el valor del petróleo?

El impacto del petróleo en el corto plazo para Brasil no es tan negativo porque Brasil exporta mucho petróleo, pero también importa, pero en el mediano y largo plazo todas las inversiones que tiene que hacer Petrobras para sacar el petróleo del pre-sal, depende del precio petróleo y con la caída que hay esto va a impactar negativamente las perspectivas de inversión y crecimiento del país, entonces esto es otro factor negativo que se agrega a todos los otros.

¿Cuáles son los escenarios positivos para el país?

Hay dos puntos potencialmente positivos en términos de crecimiento. Uno, que el ajuste económico que se está haciendo ahora logre aumentar la credibilidad de la política económica del país y aumentar la credibilidad del país como un todo, es decir, esto es algo posible, pero que en todo caso requiere algo de tiempo, estamos hablando de fines de 2015 o inicio del próximo año para que esto empiece a tener un impacto más fuerte en la actividad económica. Y la otra cosa es el impacto de la depreciación del cambio sobre la economía, sobre las exportaciones. Brasil es un país relativamente cerrado, pero la depreciación del cambio ayudaría a las exportaciones, ayudaría a reducir las importaciones, es decir daría competitividad al país.

Sao Paulo enfrentará duro racionamiento de agua por sequía

(El Mercurio) Sin agua no hay fiesta. Unos 48 millones de personas, un cuarto de la población de Brasil, comienzan a sentir la mayor sequía que ha enfrentado el país en 80 años y al menos seis ciudades y municipios han cancelado las celebraciones del carnaval, en febrero. Mientras, Sao Paulo podría sufrir un racionamiento durante cinco días a la semana si es que las lluvias no recuperan las reservas del sistema de embalses de Cantereira, que provee a 6,5 millones de habitantes.

[Apagones en estados de Brasil por peor sequía en 80 años]

Desde el año pasado, el abastecimiento de agua en Sao Paulo se realiza aprovechando las reservas técnicas de Cantareira, que son llamadas «volumen muerto». «Si los organismos reguladores de recursos hídricos concluyen que tenemos que retirar menos agua de lo que estamos haciendo, la solución sería poner en marcha una rotación muy drástica, con dos días con agua y cinco días sin agua», afirmó el director metropolitano de la compañía de Aguas y Saneamiento local, Paulo Yoshimoto.

Algunos estudios sostienen incluso que de no aumentar la cantidad de lluvias y si se mantiene el actual ritmo de reducción, las reservas hídricas que abastecen a Sao Paulo se agotarán en cerca de 130 días, según DPA.

Y si bien la falta de agua golpea especialmente a Sao Paulo, los estados de Minas Gerais y Río de Janeiro -las otras dos principales áreas metropolitanas de Brasil- han comenzado a sufrir también los efectos.

En Río de Janeiro, la reserva de Santa Branca, el segundo del sistema del río Paraíba do Sul, que abastece a ese estado, llegó el domingo a su «volumen muerto». El primero de los embalses de ese sistema, el Paraibuna, ya había entrado a operar su última reserva técnica el 21 de enero.

Los dardos a Dilma

Los analistas, la prensa y la oposición apuntan sus dardos a la falta de previsión de la Presidenta Dilma Rousseff, que, pese a la preocupante situación por la que atraviesa el país, lleva un mes sin dirigirse a los brasileños.

«Aquí hay una conjunción de factores, algunos incontrolables, como el clima, pero otros que deberían haberse previsto, como las crisis hídrica y energética, que ya desde el año pasado se veían venir, y no se quiso hacer nada, por el período electoral, para no afectar las posibilidades de reelección. Lo mismo con el alza de tarifas con el que comenzó el año, que durante la campaña se rechazó; todas esas promesas quedaron a un lado. El gobierno es responsable por la falta de planificación e inversión en la infraestructura y por el descontrol en los gastos públicos que hoy obligan a un ajuste mucho más duro», dijo a La Nación Alexandre Gouveia, experto en Ciencias Políticas de la Universidad de Brasilia.

Con un promedio de 36,8° (y sensaciones térmicas que superan los 45°), este enero es el más caluroso en Río de Janeiro desde 1917. La lluvia fue tan insuficiente, que las cascadas de la Floresta de Tijuca, que bordea la ciudad, están prácticamente secas. En Sao Paulo el escenario es similar o peor: los termómetros llegaron a 36,5° el lunes de la semana pasada, y no hay mar cerca. Para colmo, tampoco hay mucha agua en las cañerías.

Ya desde el año pasado se venía alertando del bajo nivel del sistema de Cantareira, pero no se lanzó una campaña para reducir el consumo, como los especialistas recomendaban. Hoy, la mayor parte de la ciudad sufre un racionamiento escondido, con poca presión en el agua.

«Las restricciones van a profundizarse si no llueve pronto. Para que las reservas de agua se recuperen parcialmente debería llover 50% más de lo normal, pero más de la mitad de la estación lluviosa ya pasó, y no hay pronósticos de mucho más agua en las próximas semanas», indicó el meteorólogo Marcelo Seluchi.

El gobierno de Minas Gerais ya anunció un plan para reducir el consumo de agua, mientras que el de Río hará lo propio pronto. Los productores rurales en la zona sufrieron el impacto, con ganado muerto y cultivos perdidos; por ende, está aumentando el precio de los alimentos.

Sin embargo, el mayor impacto fue en el suministro eléctrico. Casi el 70% de la energía consumida en Brasil proviene de hidroeléctricas, y la mayor parte de ellas, ubicadas en las regiones sudeste y centro-oeste, tienen sus represas llenas en un 17%.

Una falla en las líneas de transmisión, sumada a un máximo de consumo de energía el pasado día 19, provocó un apagón en 11 de los 27 estados de Brasil.

«Con la falta de inversiones en el sector, se tendría que haber empezado un programa de racionamiento de la energía hace tiempo. En cambio, el gobierno impulsó en los últimos años un mayor consumo, con créditos bajos para la clase media emergente que incrementó el número de refrigeradores, televisores y aires acondicionados, y subsidios en las tarifas eléctricas, tanto para los hogares como para las industrias. La situación ahora es crítica», dijo Ricardo Savoia, de la consultora Thymos Energía.

Los economistas creen que la crisis energética repercutirá negativamente en la ya débil proyección del crecimiento del PIB para 2015, estimado en una expansión de 0,3% por el FMI. Y se teme que las alzas a los impuestos anunciadas la semana pasada -en combustibles, artículos importados, transportes y electricidad- profundicen el malestar social ante una inflación que en enero lleva acumulado 6,7%.