Q
El futuro del sector Mini Hidro

El futuro del sector Mini Hidro

Como gremio destacamos las palabras del ministro de Energía, Máximo Pacheco, pronunciadas con ocasión de su discurso en la entrega a la Presidenta de la República del documento “Energía 2050 Política Energética de Chile”.

En marzo de 2014, al asumir la Presidencia, había un total de 28 centrales en construcción con 1.900 MW y el 34% correspondía a Energías Renovables No Convencionales (ERNC). Hoy hay 53 centrales en construcción con 4.200 MW. 47% de ellas funcionarán con ERNC y 18 de las centrales que se están construyendo son hidroeléctricas de pequeña escala (por lo que forman parte del Plan de 100 Mini Hidros que se construirán durante este Gobierno).

Las palabras del Ministro a la Presidenta en el lanzamiento de la política energética hacia 2050 es una muestra del impulso hacia el futuro que el gobierno le ha dado a la industria Mini Hidro, coordinando esfuerzos con la industria, representada por Apemec, repotenciando la energía hidroeléctrica que está llamada a cumplir un rol protagónico dentro de la matriz renovable, dada su mejor curva de generación en comparación a las demás ERNC.

Las Mini Hidro tienen hoy una capacidad instalada de 394 MW* inyectando 571 GW año. Otros 429 MW* adicionales cuentan con calificación ambiental resuelta favorablemente (*Cifes). Ahí están, a la espera de ser construidas, las restantes centrales del plan 100 Mini Hidros.

Ya entrado en el “Año de la Productividad” anunciado por el gobierno, la agenda de futuro de Apemec considera temas relevantes para que la industria Mini Hidro pueda aportar al sistema más energía constante, distribuida, desconcentrada en la propiedad de las centrales de generación y cuya cuantiosa inversión es prestada en un 70% por empresas locales: servicios, transporte, hospedaje, maestranzas, construcción, y movimiento tierras.

Nuestras tareas estarán enfocadas en:

  1. Controlar la posible especulación en las licitaciones de distribuidoras, por la vía de reestudiar garantías de seriedad en la licitación avanzando a licitaciones con calce más riguroso entre energía del proyecto y la que se adjudica, o sobre garantizando el porcentaje licitado sin un respaldo concretamente demostrado.
  2. Agilización de trámites ante la DGA, reestudio del reglamento de obras mayores recientemente en vigencia y externalización del permiso de construcción.
  3. Mejoras en los sistemas de transmisión, identificación de polos de desarrollo de centrales de pasada, a fin de facilitar la evacuación de la energía y potenciar la asociación entre diversos desarrolladores un una línea única.
  4. Mejoras al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, uniformidad de criterios, agilidad en la tramitación y revalorización de la DIA como instrumento de evaluación de proyectos con bajo impacto, y certezas en los criterios de medición de caudal ambiental.
  5. Buen diseño público de mecanismos formales de asociatividad con la comunidad, de forma de dar certezas a todos los involucrados y favorecer la inclusión sustentable de las centrales de pasada de pequeña y mediana escala.

 

 

 

Atacama, sin boom minero pero con energías limpias

Atacama, sin boom minero pero con energías limpias

(La Tercera) Un nuevo rumbo en el desarrollo de inversiones está tomando Atacama. La región que hace unos años concentró el mayor número de proyectos termoeléctricos del país, de los cuales ninguno se concretó, hoy se transformó en el epicentro de la inversión en energías limpias.

Iniciativas como El Romero, de Acciona, la mayor planta solar de América Latina, con una inversión de US$ 343 millones para generar 246,6 MW, o el recientemente aprobado proyecto Espejos, de Valhalla Energía, cuya inversión llega a US$ 400 millones para generar 300 MW, son algunas de las inversiones que se están concentrando en Atacama, lo que está generando una nueva expectativa de crecimiento para la III Región.

“La región está en un proceso donde está pasando a ser un gran generador de energías limpias. Por eso no dudamos de que en el futuro, Copiapó se transforme en una de las ciudades con mayor desarrollo económico, gracias al giro que está tomando hacia el desarrollo de este tipo de energías”, explica el seremi de Economía de Atacama, Mario Silva.

Negativo escenario

Es que la región tuvo que tomar otro camino para crecer. La paralización de proyectos tanto mineros como eléctricos, la caída del precio del cobre, oro y hierro y el aluvión de marzo pasado son situaciones que Atacama no esperaba.

Actualmente, la zona vive un difícil escenario económico, con un decrecimiento de 6,9% de acuerdo al último Inacer de septiembre pasado, el más importante a nivel nacional. Esta caída se explica, principalmente, por la baja del sector minero, asociado a una menor producción de hierro, a lo que se suma también un mal desempeño de los sectores de construcción, comercio, restaurantes y hoteles, servicios financieros y empresariales y propiedad de vivienda.

Su tasa de desocupación es de 5%, lejos del peak de 8% que lograron a inicios de año, pero pese al repunte, la zona siente la fuga de unas cinco mil personas que han salido de su fuerza laboral, producto de la escasez de proyectos (ver infografía).

“En Atacama estamos viviendo una recesión económica. Tenemos dos indicadores regionales negativos y hoy es una región que está viendo cómo se vuelve a armar”, explica el presidente de la Corporación de Desarrollo de Atacama (Corproa), Daniel Llorente.

Agrega que todavía no se logra tomar un ritmo propio de crecimiento sin que existan proyectos de inversión, por eso llama a los privados a volver a confiar. “Necesitamos proyectos de inversión. Prueba de ello fue que en el minuto que los indicadores comenzaron a bajar su intensidad, la región comenzó a reflejar problemas en sus cifras. Pero hoy es un buen momento para invertir, porque antes era muy difícil encontrar personas para trabajar, pero hoy las condiciones son muy distintas. Es el momento de tomar las decisiones de inversión”, señala.

El llamado no es menor, pues a noviembre de este año, la III Región totaliza US$ 7.816 millones en proyectos que están en calificación ambiental, de acuerdo al reporte estadístico del Servicio Evaluación Ambiental (SEA). “Este es el mayor monto a nivel nacional, con excepción de Antofagasta”, destaca Mario Silva.

2013: foco de inversiones

Atacama era una zona que se veía con mucho potencial. De hecho, en el año 2013, la región se enorgullecía por transformarse en un foco de inversiones, sobre todo eléctricas y mineras, comparándose incluso con Antofagasta. Ese año, Chile logró su segundo mayor nivel de inversiones desde 2011, totalizando los US$ 12.437 millones. Atacama acaparó el 69% del monto global en proyectos relevantes, como la construcción de Cerro Casale, de Barrick, obra que contemplaba una inversión de US$ 5.200 millones. Hoy está suspendido debido a las condiciones del mercado del oro y del cobre.

También se consideraba El Morro, proyecto por US$ 2.500 millones y que finalmente fue suspendido luego de una larga disputa legal y que ahora se unió a Relincho, de Teck, para la creación de El Corredor, obra que aún no inicia su proceso de impacto ambiental. Y San Antonio en la División El Salvador de Codelco (US$ 962 millones), proyecto que fue reemplazado por Rajo Inca, iniciativa que aún está siendo evaluada por la estatal. A esto se suma la paralización de Pascua Lama y también el cierre de la planta de Agrosuper en Freirina.

En la construcción también había euforia. A septiembre de 2013, según la Corporación de Bienes de Capital (CBC), se consideraban inversiones en este rubro por US$ 4.363 millones para los próximos cinco años. A octubre de este año, la cifra bajó a US$ 1.288 millones para el mismo período, apunta el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción de Copiapó, Yerko Villela.

La caída se condice con la disminución que están registrando los permisos de edificación de la región. “Entre enero y octubre de 2014, respecto del mismo período de 2015, han caído 52,7%, es decir, de 265.821 metros cuadrados a 125.738 metros cuadrados, lo que quiere decir que habrá menos proyectos que se ejecutarán en el corto plazo”, añade Villela.

Los arriendos también han ido a la baja. “Si antes no se encontraban arriendos por menos de $ 250.000 a $ 300.000 mensuales para un departamento de tres dormitorios y un baño, ahora es posible encontrar el mismo en torno a los $ 200.000 mensuales”, dice.

Mesa público-privada

Pero la región no se dejó estar. En 2014 se conformó una mesa público-privada integrada por las autoridades regionales, Corproa, empresarios locales, emprendedores, la comunidad y los trabajadores, y juntos han logrado reactivar las inversiones en la zona.

“Hemos logrado acelerar la aprobación de algunos proyectos, como Santo Domingo, de la minera Capstone Mining; la ampliación de Candelaria y la aprobación de la primera mina de titanio de Chile, Cerro Blanco. Creo que la mesa ha tenido que ver en el sentido de lograr mayor rapidez en la revisión de las presentaciones y que luego derivaron en la aprobación de las iniciativas”, explica Llorente.

La misma visión tiene Mario Silva: “La mesa es un factor importante y relevante que ayuda a contribuir al desarrollo económico de la región”.

Pero no sólo la aprobación de proyectos es el foco de discusión, sino también generar nuevos polos de desarrollo y uno de ellos podría ser la exportación de frutas desde el terminal portuario de Huasco. “Esto podría generar un movimiento y una actividad que serían novedosos en la región. Pensamos que se podría realizar un movimiento portuario importante, dado que nuestra región es una gran productora de uva de mesa”, sostiene Llorente.

Del cobre al oro

En minería también hay cambios. Hoy, con la caída de 20% del precio del cobre, cerca de un 15% de los pequeños mineros de Atacama, señala el seremi de Minería de la región, Reinaldo Leiva, han tenido que cerrar sus obras, considerando que en la zona existen 450 faenas de la pequeña minería.

El camino que están tomando es el oro, asegura Bernardo Carrizo, presidente del Sindicato de Pirquineros de Tierra Amarilla. “El pirquinero por naturaleza busca otros negocios cuando hay estas crisis, pero el cambio siempre estará relacionado con el negocio minero. Hoy, los pirquineros estamos enfocados en el oro. Es nuestra salida natural, pero eso sólo mientras esperamos que se recupere el cobre”, comenta.

Leiva agrega que en la región hay localidades donde esta actividad es gravitante para la economía local. Por eso, dice, la reconversión hacia el oro es atractiva para los mineros. “El minero va al cerro y puede sacar mineral y esos dos gramos de oro significan cerca de $ 50 mil. Eso es plata inmediata”, señala.

Pero no todo es crisis en este sector. Leiva explica que existe optimismo mirando hacia 2016 y 2017, ya que las apuestas de una reactivación de las inversiones también están ancladas en la minería, específicamente en las grandes compañías.

“Tenemos nuestras esperanzas puestas en Candelaria. La compañía Lundin Mining obtuvo la aprobación ambiental para la ampliación de la mina hasta el año 2030 y Pucobre también es una de las empresas donde tenemos puestas las esperanzas, porque ellos están en un proceso de expansión al año 2017 para pasar de las actuales 60 mil toneladas de cobre a las 120 mil. Estos proyectos no se van a postergar”, afirma el seremi de Minería.

SEIA: proyectos ingresados en 2015 aún no retoman niveles de hace dos años

SEIA: proyectos ingresados en 2015 aún no retoman niveles de hace dos años

(Diario Financiero) En el año 2010 ingresaron 1.339 proyectos al Sistema de Evaluación Ambiental (SIEA), el principal instrumento en Chile para evaluar y certificar las iniciativas públicas y privadas, del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA). Hoy, en cambio, las cifras revelan una disminución de proyectos e inversión en distintos sectores, a partir de 2014, producto de la desaceleración económica que vive el país y que pone en jaque la sostenibilidad de nuestra economía.Así lo consigna el estudio “Evolución del ingreso de proyectos al SEIA desde 2010 a noviembre 2015”, realizado por Pacto Ambiente, consultora especialista en temas ambientales y sociales de Grupo Etcheberry.

De esta manera, con 906 proyectos en 2015, el país está lejos de los 1.447 proyectos que ingresaron al SEIA en 2013, antes de producirse un efecto de desaceleración que parece no repuntar.

La investigación concluye que teniendo como referencia un año normal -calculado como el promedio entre los años 2010 y 2013- el ingreso de proyectos totales registró una caída de 42% en 2014 y de 37% en 2015.

Situación que se vería afectada, por un clima de incertidumbre.

“La caída de proyectos tiene que ver con discusiones políticas y económicas de fondo como la reforma tributaria y la reforma laboral que han puesto en entredicho la competitividad en las inversiones en Chile hoy”, sostiene Alex Ramos, Ingeniero Civil Industrial e investigador de Pacto Ambiente.

Estos no son los únicos factores de la baja. Durante los años estudiados hubo modificaciones al reglamento de calificación ambiental y entró en vigencia el DS66 que norma la consulta indígena.

A esto se suma la existencia de variables ambientales y sociales que tienen un rol clave en los procesos de calificación ambiental y afectan, especialmente, la tasa de aprobación de los proyectos de mayor envergadura.

En cuanto a la inversión también se observa una baja desde 2014. Ese año ésta cayó 31% respecto de un año normal y en 2015 la disminución fue de 17%.

Aprobación a la baja

Para los proyectos que ingresaron al SEIA y fueron aprobados entre 2010 a 2015, la situación no es mejor.

Esto obedece, en parte, al cambio de reglamento de calificación ambiental que tuvo una fuerte incidencia en 2014. No obstante, el fenómeno se manifestó también en 2015.

El 2014 la aprobación de proyectos cayó un 23%, pero en el presente ejercicio se redujo aún más, alcanzando un 55% menos, respecto de un año normal. Esta agudización se explica por una menor cantidad de proyectos y más complejos, por lo tanto, más difíciles de aprobar.

Sectores más afectados

La minería es el sector más afectado por la desaceleración de proyectos e inversión. Considerando el promedio de los años 2010 y 2013, los que representan cifras de un año normal y se toman como año de referencia para este estudio, esta industria es la que más cayó en número de proyectos. En 2014 disminuyó un 33% respecto de un año normal y en 2015 se profundizó llegando a 46%.

Lo mismo ocurre con la inversión en 2015, la que aún cuando manifiesta un repunte respecto del año pasado, evidencia una caída de 35%, respecto de un año normal.

Estos números tendrían estrecha relación con la baja de precios del cobre y los altos costos de la energía que tienen al sector en entredicho. También con los conflictos relativos a la oposición ante macro proyectos, consigna el estudio.

Pesca y acuicultura es otro de los sectores que más vieron caer la cantidad de proyectos ingresados al SEIA en este período con 56% menos en 2014 y 49% menos en 2015, respecto de un año normal.

En este caso, los números estarían impactados por las dificultades propias de la industria, debido a las cuotas de pesca, la escasez del recurso y las presiones ambientales y sociales.

Para el rubro energético, en cambio, el dinamismo se mantuvo, concentrándose en proyectos de tipo solares o eólicos, los que si bien ayudan a diversificar la matriz, generalmente son de tamaño y potencia acotada.

Ante este fenómeno la investigación señala que la ausencia de proyectos de gran envergadura puede explicarse por las dificultades que han tenido las grandes compañías -como por ejemplo Endesa y Colbún- para lograr su aprobación, pues este tipo de obras de gran tamaño suelen ser muy resistidos.

Las inversiones, en tanto, se redujeron en 2015 un 32% en relación a las realizadas en 2013 y 2014.

La baja cantidad de proyectos abre una interrogante no menor: si de continuar estos niveles de ingresos de proyectos y montos de inversión aprobados cómo afectaría la sostenibilidad de la economía chilena. La que, de momento, no está apoyada en una base de proyectos ni inversiones intensivas en los principales sectores industriales del país.

Central Cuervo promete al Gobierno sistema de monitoreo más moderno en últimos 50 años

(Pulso) En recta final entró el Proyecto Central Hidroeléctrica Cuervo en la Región de Aysén.

Se trata de un proyecto que considera una capacidad de 640 MW y contempla una inversión de US$733 millones, y que corresponde a la primera de tres centrales de la empresa Energía Austral. Esta última es un joint venture propiedad del grupo suizo Glencore y la empresa australiana de energía integrada Origin Energy.

En las próximas semanas el Comité de Ministros deberá resolver las reclamaciones que presentaran opositores a la iniciativa en contra de la Resolución de Calificación Ambiental que obtuviera proyecto el pasado 16 de septiembre de 2013.

A través de un escrito el abogado José Luis Fuenzalida Rodríguez del estudio Vergara, Galindo, Correa (VGC), solicitó al Comité de Ministros rechazar los recursos de reclamación de participación ciudadana en contra del permiso ambiental del proyecto.

En su escrito la compañía puso énfasis en una de las mayores preocupaciones que se tienen de la iniciativa: el riesgo sismológico y vulcanológico de la zona en la que se ubicará el proyecto.

“Este Proyecto será el primer proyecto hidroeléctrico en Chile que contará con una completa red local que permitirá registrar la actividad sísmica y volcánica de la zona de emplazamiento”, sostiene el escrito que presentara la compañía al Servicio de Evaluación Ambiental.

A fin de lograr luz verde para la iniciativa de generación eléctrica -que viene a ser el mayor proyecto hidroeléctrico después del fallido HidroAysén- prometió incluso tecnología de punta.

“Este tipo de monitoreo no ha sido implementado por ninguno de los proyectos hidroeléctricas (de mayor o menor tamaño) construidas en los últimos 50 años, a pesar que el fenómeno de sismicidad es observable a lo largo de todo Chile”, consignó Energía Austral.

El Proyecto comprometió la implementación del Plan de Monitoreo y Alerta Temprana (PMAT) para eventos sísmicos y volcánicos el cual considera acciones preventivas (monitoreo, capacitaciones, definición de niveles de alerta, definición de zonas de evacuación) y de contingencia (acciones de respuesta y protocolos de comunicación) para dichos eventos.

Cabe recordar que el Estudio de Impacto Ambiental del Río Cuervo fue complementado y actualizado en una ronda de 5 Adendas, dando respuesta a un total de 409 observaciones de la autoridad en materia geológica y de riesgos geológicos, concluyendo con la conformidad técnica del Sernageomin.

“Los eventos geológicos modelados incluyen tsunamis provocados por avalanchas y deslizamientos de gran magnitud, escenarios catastróficos, cuyas probabilidades de ocurrencia son extremadamente bajas”, sostiene el escrito presentado por Energía Austral a la autoridad.

La red de monitoreo incluye dos estaciones geodésicas permanentes, cuyo fin es determinar eventuales deformaciones asociadas a movimiento de magma en la subsuperficie previo al inicio de actividad y/o ciclos eruptivos en los volcanes Cay y Macá (además de un monitoreo geodésico periódico con GPS diferencial). A ellos se suman cinco estaciones sísmicas para monitoreo actividad volcánica y sismicidad local; una estación pluviométrica y tres acústicas para monitoreo de potenciales lahares secundarios.

Ayer el Servicio de Evaluación Ambiental de Aysén hizo público un escrito en el que rechazó 173 observaciones y reclamaciones declaradas no pertinentes.

El Comité Nacional de la Defensa de la Fauna y Flora (Codeff) y la Corporación Privada para el Desarrollo de Aysén (Codesa) acumulan el mayor número de rechazos.

Tribunal paraliza mayor nuevo proyecto de Endesa en Colombia

(Diario Financiero) Un mes exacto alcanzó a operar la tercera mayor central hidroeléctrica de Endesa en Colombia, El Quimbo, antes de ser paralizada por la Justicia.

Ayer, la Corte Constitucional de ese país dejó a firme la medida cautelar en contra de la central, dictada por el Tribunal Administrativo de Huila, que en julio pasado determinó que la central no podía entrar en operación pues incumplía con la Licencia Ambiental -símil de la Resolución de Calificación Ambiental de la normativa chilena- otorgada por la autoridad colombiana.

El tribunal administrativo había señalado que Emgesa, filial de Endesa en Colombia, debía retirar la biomasa y los residuos vegetales de la zona de la represa con el objetivo de evitar la contaminación del Río Magdalena antes de entrar en operación, lo que la firma habría incumplido.

La central hidroeléctrica El Quimbo es la tercera mayor unidad construida en Colombia por Endesa -tras los complejos de Guavia y Betania- y tiene una capacidad instalada de 400 MW. El proyecto demandó una inversión de US$ 1.100 millones y comenzó su operación comercial el 16 de noviembre de este año. La unidad aportó en el periodo, el 5% de la energía diaria del sistema colombiano.

Endesa enfrenta nuevamente una paralización de operaciones en un proyecto emblemático, luego que en Chile se mantuviera detenido por año y medio el funcionamiento de la central Bocamina II.

Emgesa señaló en un comunicado que recurrirá a la Justicia para revertir la decisión, ya que considera ha cumplido con las exigencias de la ley.

“Emgesa continuará ejerciendo todos los recursos que la Ley le otorga. La Compañía ha aportado todas las argumentaciones y pruebas necesarias que acreditan el cumplimento de las obligaciones contenidas en la Licencia Ambiental, con el fin de que sean valoradas y se pueda levantar lo antes posible la medida cautelar. La Compañía estará muy atenta de los futuros pronunciamientos del Tribunal Administrativo con el fin de poder continuar prestando el servicio público de generación de energía”, dijo la firma.