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Salar Blanco finaliza estudio factibilidad proyecto litio en Maricunga con Capex total de US$563 millones

Salar Blanco finaliza estudio factibilidad proyecto litio en Maricunga con Capex total de US$563 millones

(Economía y Negocios online) La australiana Lithium Power International (LPI), informó que su participada Minera Salar Blanco concluyó de forma exitosa el estudio de factibilidad para el desarrollo de un proyecto para la extracción y producción de carbonato de litio, a emplazarse en el Salar de Maricunga, en la Región de Atacama, en el norte de Chile.

De acuerdo a la firma, el estudio determinó que el proyecto tiene asegurada una producción de 20.000 toneladas de carbonato de litio anuales por 20 años, con un costo de producción de US$ 3.772 por tonelada.

En este contexto, el Capex directo del proyecto alcanzaría los US$ 456 millones, a lo que se sumarían costos indirectos por US$ 45 millones, y costos por contingencias de US$ 63 millones, ante lo cual la inversión total alcanzaría los US$ 563 millones.

[VEA TAMBIÉN: Producción de litio en Chile se triplicaría en 2022 tras récord en inversiones comprometidas]

«La Compañía se complace en informar sobre la finalización con éxito del Estudio de factibilidad definitivo según los estándares internacionales, en su proyecto de salmuera de litio Maricunga, con la empresa de ingeniería WorleyParsons con gran experiencia. La sólida economía detallada en el DFS confirma el atractivo general del proyecto como se identificó previamente en el estudio de Evaluación Económica Preliminar (PEA)», destacó Cristóbal García-Huidobro, CEO de Lithium Power International.

«Las discusiones con las principales instituciones financieras chilenas e internacionales para asegurar el financiamiento del desarrollo del proyecto han comenzado y se espera que finalicen en 2019. Se han recibido enfoques de empresas internacionales sobre los acuerdos de compra y participación futura», aseguró la empresa en un comunicado.

Actualmente, el proyecto tramita su estudio de impacto ambiental (EIA) ante el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), y la empresa aún debe responder el primer Informe Consolidado de Solicitud de Aclaraciones, Rectificaciones y/o Ampliaciones (Icsara), para lo cual tiene plazo hasta el próximo 6 de abril.

Minera Salar Blanco es un joint venture entre la australiana Lithium Power International y el empresario chileno Martín Borda.

Planta de litio de empresa de EE.UU. y Enami iniciaría operaciones a fines de 2019

(El Mercurio) La típica imagen de las plantas de explotación de litio en el salar de Atacama, con kilométricas piscinas de evaporación, no será la de Ensorcia, la firma que desde octubre pasado tiene un acuerdo con la Empresa Nacional de Minería (Enami) para explotar, primero en una fase experimental, y luego productiva, los salares de la estatal en Aguilar, en la Tercera Región. Pero además negocia con la Universidad de Santiago para hacer lo propio en el salar de Yamara.

En vez de las piscinas de evaporación, utilizarán una tecnología creada en Estados Unidos llamada MU, según el presidente de Ensorcia, el norteamericano Daniel Layton. En palabras sencillas, explica, permite instalar una unidad móvil al lado de un salar, extraer la mezcla química que contiene el litio dentro de esta misma máquina y, una vez extraído el litio de las sales, devolver el agua y los otros minerales al salar. El objetivo es elaborar en Chile litio de grado batería al 99,9%. La tecnología ya existe y ha sido probada a nivel experimental en Estados Unidos, y ahora lo quieren hacer con fines comerciales en Chile, detalla. A fines de este año, explica, comenzarán con la primera fase productiva.

La firma Ensorcia Chile, ligada al empresario estadounidense Daniel Layton, al creador de la tecnología MU y experto en litio John Burba y el emprendedor chileno Ricardo Donoso -creador en los años 2000, entre otras cosas, de los mensajes de texto para votar en concursos de televisión y de la fabricante de celulares Azumi-, tiene previsto iniciar sus operaciones en el cuarto trimestre de este año invirtiendo US$ 220 millones. Enami será accionista del 10% de la sociedad que explotará el litio en Chile, en un convenio que firmó el exvicepresidente ejecutivo de Enami, André Sougarret. Eso sí, las conversaciones con el Gobierno comenzaron en 2016 bajo la administración de Michelle Bachelet y concluyeron en el actual. «Nos han recibido muy bien, han sido receptivos y han ofrecido ayuda para nuestro ingreso. Llevamos dos años trabajando con el Gobierno para el acuerdo con la Enami», dice Layton. Además, al tener Enami permisos sobre el salar de Aguilar, para Ensorcia es mucho más fácil su explotación.

En tanto, en Argentina también está buscando un área donde explotar e invertir otros US$ 200 millones.

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«Hace dos años y medio decidimos tomar una dirección diferente de lo que ya hacemos en Estados Unidos con el negocio del gas, el petróleo y otros commodities , y estuvimos mirando algo donde pudiéramos aplicar buena base tecnológica. Yo soy muy creyente en la electromovilidad, y que es una de las principales revoluciones industriales. Comenzamos a mirar todas las opciones de litio en el mercado, y la elección obvia era Chile», explica Layton desde Estados Unidos.

La fase inicial de explotación considera empezar a producir cloruro de litio al 40%, con una reinyección al salar del 90% de las sales y agua. En una segunda fase se producirá carbonato de litio grado batería al 99,9%.

Los recursos financieros, explica el presidente de la empresa, se obtendrán en la primera fase con fondos propios de la empresa, y en una segunda fase buscarán financiamiento de bancos. Están en conversaciones con siete bancos chilenos y extranjeros.

Sobre las eventuales sobreexpectativas con la industria del litio y su consiguiente efecto en el precio, Layton cree que no es tal. «Según una serie de reportes, hay una buena cantidad de oferta, pero la demanda sigue el alza en las compañías automotrices, y también está la alta demanda de los buses eléctricos».

Layton afirma también que conoce a sus competidores en Chile, y sobre el reciente conflicto de Tianqi de entrar a la propiedad de SQM resta dramatismo. «Aquí en Estados Unidos es muy normal que haya ruido cuando hay una adquisición. Es bueno que haya esas discusiones, sobre todo porque el mercado es pequeño y muy importante», dice.

Electromovilidad y su impacto en la industria del litio

El boom en cuanto a la demanda de litio se explica mayormente por la proliferación en el uso de baterías que utilizan este metal en su composición. Si hablamos en porcentaje, en 2007 el consumo de litio para la manufactura de baterías representaba cerca de un 20%; ya para 2017, el litio consumido por este concepto representó cerca del 50%.

Los datos anteriores, indican el fuerte crecimiento en cuanto al uso de baterías de litio, que en un inicio, la mayor parte hacía referencia a almacenamiento de energía para equipos móviles o portátiles; y con el pasar de los años, es la electromovilidad, que junto al almacenamiento de energía en ERNC han crecido exponencialmente.

Si bien los equipos móviles representan gran parte cuando nos referimos a baterías de litio debido a que son elementos de uso masivo, un notebook en promedio considera el uso de 30 gr de carbonato de litio equivalente (CLE)  y un teléfono móvil 3 gr. En cambio, un vehículo eléctrico (EV) tipo city car de 25 kWh utiliza unos 20 kg de CLE en promedio, siendo el Nissan Leaf uno de los modelos más vendidos que declara la utilización de 22,6 kg de CLE en sus primeras versiones. Si consideramos automóviles de mayor gama y autonomía, se puede mencionar el Tesla Model S de 85 kWh que declara la utilización de 50,6 kg de CLE.

Si utilizamos para un cálculo rápido el litio empleado en un city car de 25 kWh (20 kg CLE), en 2017 se registraron 1,2 millones de nuevos EVs en el mundo, lo que equivaldría a 24.000 toneladas de CLE solo para este propósito, más de un 10% de la demanda total mundial. De acuerdo a proyecciones en cuanto a ventas de EVs, para 2040 se esperan más de 64 millones de vehículos por año, que calculando a 20 kg de CLE, resulta en una demanda por concepto de almacenamiento energético de 1,3 millones de CLE.

Es importante mencionar que el estándar para un EV aumentará con los años, ya que cada compañía fabricante busca la forma de dar más autonomía ampliando la capacidad de sus baterías, donde en la actualidad ya se hablan de un promedio mayor a 30 kWh, y las nuevas versiones del Nissan Leaf presentan la opción de baterías de 40 kWh. Sin duda, la mayor capacidad traerá consigo que la demanda de litio por unidad de EV sea aún mayor que la de nuestros cálculos.

Son China y Estados Unidos los grandes actores de la electromovilidad. Ambos países en conjunto representan gran parte del mercado de los EVs, lo que se explica por su población y por las políticas públicas adoptadas para fomentar el cambio a tecnologías limpias, sumado a que son países industrializados fabricantes de dichos vehículos. China es el país que más destaca, manteniéndose cercano al 40% del mercado desde 2018 hasta 2034, año en que el resto del mundo comienza a crecer a mayores tasas sumándose al cambio tecnológico, mermando a China con un 29% del mercado para 2040.

En el mundo, la participación de los EVs en el total de ventas de vehículos anuales corresponde a un 1,1%. En Chile, la cifra es bastante menor, llegando a casi un 0,04% del total con 140 unidades vendidas para el mercado local en 2017.

Esto se explica ya que Chile se encuentra atrasado en temas sobre incentivar la adquisición de un EV, siendo la no restricción vehicular en eventos de emergencia ambiental uno de ellos. Lo anterior no genera aún en el consumidor local una opinión de real ventaja frente a un vehículo convencional a combustión interna, ya que los eléctricos son de muy alto valor y los seguros para cuidar la inversión dependen del precio del vehículo por lo que también son costosos, y si bien el gasto por kilómetro recorrido es menor, el retorno de la inversión ocurre luego de varios años de uso. El Estado debería fomentar con subsidios la adquisición de EVs y una rebaja tributaria, por ejemplo, el pago de un permiso de circulación reducido. También, siendo Chile uno de los principales productores de litio y con presencia de otros elementos para baterías, el Estado debe buscar la industrialización y llegar a lo menos al ensamblaje de baterías en territorio nacional, pudiendo así incluso ensamblar EVs con módulos de baterías “made in Chile” reduciendo el costo final para el consumidor en el país.

Para finalizar, otro punto importante es qué hacer con las baterías una vez cumplan su vida útil, y es aquí donde deberían centrarse los esfuerzos para desarrollar tecnología de aprovechamiento y reciclaje de este material, ya que con la creciente venta de EVs, en los próximos años será significativa la cantidad de baterías en desuso, y poder recuperar el litio de ellas a un bajo costo es una oportunidad de negocio que no se debe dejar pasar.

Electromovilidad y su impacto en la industria del litio

Electromovilidad y su impacto en la industria del litio

El boom en cuanto a la demanda de litio se explica mayormente por la proliferación en el uso de baterías que utilizan este metal en su composición. Si hablamos en porcentaje, en 2007 el consumo de litio para la manufactura de baterías representaba cerca de un 20%; ya para 2017, el litio consumido por este concepto representó cerca del 50%.

Los datos anteriores, indican el fuerte crecimiento en cuanto al uso de baterías de litio, que en un inicio, la mayor parte hacía referencia a almacenamiento de energía para equipos móviles o portátiles; y con el pasar de los años, es la electromovilidad, que junto al almacenamiento de energía en ERNC han crecido exponencialmente.

Si bien los equipos móviles representan gran parte cuando nos referimos a baterías de litio debido a que son elementos de uso masivo, un notebook en promedio considera el uso de 30 gr de carbonato de litio equivalente (CLE)  y un teléfono móvil 3 gr. En cambio, un vehículo eléctrico (EV) tipo city car de 25 kWh utiliza unos 20 kg de CLE en promedio, siendo el Nissan Leaf uno de los modelos más vendidos que declara la utilización de 22,6 kg de CLE en sus primeras versiones. Si consideramos automóviles de mayor gama y autonomía, se puede mencionar el Tesla Model S de 85 kWh que declara la utilización de 50,6 kg de CLE.

Si utilizamos para un cálculo rápido el litio empleado en un city car de 25 kWh (20 kg CLE), en 2017 se registraron 1,2 millones de nuevos EVs en el mundo, lo que equivaldría a 24.000 toneladas de CLE solo para este propósito, más de un 10% de la demanda total mundial. De acuerdo a proyecciones en cuanto a ventas de EVs, para 2040 se esperan más de 64 millones de vehículos por año, que calculando a 20 kg de CLE, resulta en una demanda por concepto de almacenamiento energético de 1,3 millones de CLE.

Es importante mencionar que el estándar para un EV aumentará con los años, ya que cada compañía fabricante busca la forma de dar más autonomía ampliando la capacidad de sus baterías, donde en la actualidad ya se hablan de un promedio mayor a 30 kWh, y las nuevas versiones del Nissan Leaf presentan la opción de baterías de 40 kWh. Sin duda, la mayor capacidad traerá consigo que la demanda de litio por unidad de EV sea aún mayor que la de nuestros cálculos.

Son China y Estados Unidos los grandes actores de la electromovilidad. Ambos países en conjunto representan gran parte del mercado de los EVs, lo que se explica por su población y por las políticas públicas adoptadas para fomentar el cambio a tecnologías limpias, sumado a que son países industrializados fabricantes de dichos vehículos. China es el país que más destaca, manteniéndose cercano al 40% del mercado desde 2018 hasta 2034, año en que el resto del mundo comienza a crecer a mayores tasas sumándose al cambio tecnológico, mermando a China con un 29% del mercado para 2040.

En el mundo, la participación de los EVs en el total de ventas de vehículos anuales corresponde a un 1,1%. En Chile, la cifra es bastante menor, llegando a casi un 0,04% del total con 140 unidades vendidas para el mercado local en 2017.

Esto se explica ya que Chile se encuentra atrasado en temas sobre incentivar la adquisición de un EV, siendo la no restricción vehicular en eventos de emergencia ambiental uno de ellos. Lo anterior no genera aún en el consumidor local una opinión de real ventaja frente a un vehículo convencional a combustión interna, ya que los eléctricos son de muy alto valor y los seguros para cuidar la inversión dependen del precio del vehículo por lo que también son costosos, y si bien el gasto por kilómetro recorrido es menor, el retorno de la inversión ocurre luego de varios años de uso. El Estado debería fomentar con subsidios la adquisición de EVs y una rebaja tributaria, por ejemplo, el pago de un permiso de circulación reducido. También, siendo Chile uno de los principales productores de litio y con presencia de otros elementos para baterías, el Estado debe buscar la industrialización y llegar a lo menos al ensamblaje de baterías en territorio nacional, pudiendo así incluso ensamblar EVs con módulos de baterías “made in Chile” reduciendo el costo final para el consumidor en el país.

Para finalizar, otro punto importante es qué hacer con las baterías una vez cumplan su vida útil, y es aquí donde deberían centrarse los esfuerzos para desarrollar tecnología de aprovechamiento y reciclaje de este material, ya que con la creciente venta de EVs, en los próximos años será significativa la cantidad de baterías en desuso, y poder recuperar el litio de ellas a un bajo costo es una oportunidad de negocio que no se debe dejar pasar.

Sector transporte incrementaría demanda anual de litio en 34% por los próximos cinco años

La Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) dio a conocer el Informe “Mercado internacional del litio y su potencial en Chile”, en el que se analiza el dinamismo en torno a este mineral, considerando los sectores productivos que están impulsando su demanda y las opciones que el país posee para ser parte de su desarrollo.

Es así como en el documento se destaca que la demanda de litio alcanzó las 221.000 toneladas de carbonato de litio equivalente (LCE) en el año 2017 (Servicio Geológico de Estados Unidos, 2018). Sin embargo, se espera que en 2018 alcance las 275.000 y en los siguientes cinco años se incremente a 505.000 toneladas, de acuerdo a las proyecciones de Cochilco.

Proyección de demanda a 2022

En ese contexto, se resalta que el mayor crecimiento de la demanda estará en el segmento de baterías para transporte: vehículos eléctricos a batería (BEV), vehículos híbridos enchufables (PHEV); vehículos híbridos (HEV), ebus y ebike; el cual anotaría 103.000 toneladas de LCE en 2018 y 298.000 toneladas en 2022, lo que refleja la importancia del desarrollo de la electromovilidad en la demanda de litio.

Oferta y demanda

Las previsiones de crecimiento compuesto anual de la demanda se estiman actualmente en 16% para los próximos cinco años, frente a los pronósticos anteriores que se situaban entre el 9% y 13%.

Desde Cochilco destacan que estas proyecciones de oferta y demanda generarían un superávit en el mercado para el período 2018 – 2022, lo que afectaría los precios. Si bien se estima un leve superávit de 5.200 toneladas de LCE para el 2018, este evidenciaría una tendencia creciente hasta anotar las 200.000 toneladas en 2022.

Es así como las proyecciones indican un crecimiento anual de la demanda por los próximos cinco años para baterías recargables para el sector transporte de 34%, mientras que los sectores de  aplicaciones industriales y de baterías para dispositivos electrónicos evidenciarían crecimientos moderados, de 3% y 5%, respectivamente.

Estimaciones de crecimiento anual compuesto de demanda por sector en cinco años

En cuanto al aumento en el consumo de litio de los sistemas de almacenamiento de energía, aún no se visualiza su real demanda, la que se reflejará en los próximos 5 años.

En cuanto a estimaciones de la participación por consumo final de litio a 2022, se prevé que la demanda para baterías alcance un 70% del total, casi duplicando la participación actual del 46%.

Participación futura de la demanda de baterías

Manufactura del litio en Chile

En el informe de Cochilco se consigna que el alza que tendrá el consumo de litio gracias al dinamismo que presenta electromovilidad en el presente, y que se espera tenga un nuevo impulso en los próximos cinco años con la masificación de los sistemas de almacenamiento de energía, dará la oportunidad para desarrollar localmente este sector con proyectos productivos y al mismo tiempo avanzar en la cadena de valor.

En ese contexto, se destaca que la política de Corfo de fomentar la manufactura de litio a través de la producción de cátodos fue un paso importante para potenciar las expectativas de aporte de valor agregado que se espera de este recurso.

Junto con ello, se hace advierte que “la investigación en el campo de las baterías es creciente y vertiginosa por lo que se desconoce cuánto tiempo podría durar la tecnología de las baterías ion litio y el mix de demanda puede cambiar como está sucediendo actualmente, pasando el consumo desde el carbonato al hidróxido, por lo  que es importante su explotación sin paradigmas”.

Junto con ello, se menciona que “existen países con gran cantidad de recursos de litio que no pueden explotarlo por su contenido de impurezas u otros factores de índole técnico/económico, pero que con nuevos métodos podrían hacerlo en el mediano plazo, lo que generaría nuevos competidores, ajustando a la baja los precios”.

Ante este escenario, se considera que “el compromiso con la inversión en entidades y universidades regionales en el norte del país focalizadas en investigación y desarrollo es una variable que debe fortalecerse para aumentar el estándar de sostenibilidad de esta industria”.