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Enap modifica contratos con distribuidores mayoristas

Enap modifica contratos con distribuidores mayoristas

(Pulso) Un completo cambio en su política de contratos con sus clientes mayoristas debió realizar la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP), luego de una investigación de la Fiscalía Nacional Económica (FNE), solicitada por Shell Chile (Enex).

La indagatoria surgió tras una presentación de Shell respecto a la política comercial de ENAP. En ella se expone que el 2010 ENAP implementó una nueva política de suministro a las empresas distribuidoras mayoristas que se tradujo en nuevos contratos que definieron una programación en las compras de combustibles, es decir, compromisos de adquisición de determinados volúmenes a fin de acceder a un precio preferencial. Su incumplimiento, eso sí, implicaba la aplicación de multas.

Según señala Shell Chile, el hecho de que ENAP participe, entre otros mercados, en el de distribución de combustibles líquidos al segmento industrial, «dificulta cumplir con el contrato de suministro celebrado con ENAP, en la medida que esta empresa ofrece directamente productos a clientes finales».

La política implementada por ENAP para el abastecimiento de sus clientes, se traduce en la aplicación de un precio de paridad de importación para compras programadas con un plazo mayor o igual a 45 días. La Fiscalía consideró que la estrategia no merece reproche, ya que permite a ENAP un uso más eficiente de sus recursos, sin embargo, la unidad detectó ciertas diferencias en las condiciones de comercialización de los productos por parte de la empresa pública. «En el largo plazo podría incentivar conductas exclusorias de parte de dicha empresa para efectos de poder mejorar su posición competitiva en el mercado, así como reducir la presión competitiva de los distribuidores en mercados conexos, como sería el de las estaciones de servicio», acota el documento.

Añade que es «necesario que los futuros contratos de ENAP con sus clientes contengan parámetros que aseguren que esta empresa no pueda obtener ventajas competitivas ajenas a razones de eficiencias, y en el mismo sentido, que aseguren transparencia en las condiciones otorgadas a todos ellos».

Al respecto, la FNE reconoce que ENAP se comprometió a que «dichos contratos sigan determinadas directrices, las que tienen por objeto dar un trato equitativo a los distintos tipos de clientes». Por esta razón, dice la FNE, tras «el cambio de conducta comprometido y desplegado por parte de ENAP, no se amerita en este caso que la Fiscalía ejerza acciones ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia».

Miguel Galuccio, el encargado de reanimar el sector energético argentino

(El Mercurio) Miguel Galuccio consiguió un trabajo de ensueño en 2012 al pasar a encabezar una empresa energética importante que controla unos de los mayores recursos no convencionales de gas y petróleo en el mundo. Pero hay un detalle: el principal accionista de la empresa es el gobierno populista de Argentina.

Afable y de voz suave, Galuccio asumió la presidencia y gerencia general de YPF SA, la mayor empresa de energía de Argentina, después de que el gobierno la expropiara a la española Repsol en 2012. Las instrucciones para el ejecutivo son enderezar el rumbo de una compañía que serviría para reactivar el sector energético del país tras un descenso de una década en la producción de petróleo y gas.

Su éxito, dicen los expertos, depende en gran medida de la disposición de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de revertir las políticas energéticas que provocaron los problemas en primer lugar. Estas políticas incluyen la imposición de topes a los precios que impulsaron el crecimiento económico al crear algunas de los combustibles más baratos del mundo pero que, según analistas, también convirtieron a la inversión energética en un negocio no rentable.

Argentina tiene mucho en juego. El alza de la demanda y el declive de la producción convirtieron al país en un importador neto de energía en 2011. La factura anual que el país debe pagar por las importaciones energéticas -que asciende a unos US$ 13.000 millones- aumenta alrededor de 25% al año, a pesar de que el país cuenta con la segunda mayor reserva de gas de esquisto y la cuarta más importante de petróleo de esquisto del mundo, según la Administración de Información Energética de Estados Unidos.

Para Galuccio, el trabajo no es solamente una oportunidad profesional. «Ofrecía la oportunidad de ayudar a Argentina a recuperar su independencia energética,» expresa.

Galuccio, ex ejecutivo de la empresa de servicios petroleros Schlumberger, ha logrado algunas victorias. Ayudó a persuadir al gobierno para que eleve los precios de los nuevos hallazgos de gas natural a US$ 7,50 por millón de unidades térmicas británicas, el triple de lo que recibía YPF. También subió varias veces los precios de la gasolina en las 1.500 estaciones de la empresa. Esto es crucial ya que estas ventas financian hasta 80% de su presupuesto de producción y exploración.

Estas medidas permitieron que YPF casi duplicara sus niveles de inversión a unos US$ 3.000 millones y registrara un alza interanual de 11% en sus ganancias netas durante los primeros nueve meses del año pasado a cerca de US $500 millones.

Su mayor logro es haber jugado un papel clave para conseguir que el gobierno respaldara un plan para pagar US$ 5.000 millones a Repsol por la expropiación de YPF, según fuentes con conocimiento del asunto. El acuerdo podría facilitar el camino para que YPF se financie en los mercados de capitales y ayude a Argentina a captar inversiones en la industria.

El proyecto Vaca Muerta
El puesto de Galuccio lo posiciona en la carrera global para reproducir la revolución energética que transformó a EE.UU. en el principal productor de petróleo y gas del mundo. Galuccio, de 45 años, quiere crear un auge similar en Argentina extrayendo crudo y gas de Vaca Muerta, una antigua formación de esquisto.

Las concesiones de YPF de petróleo y gas cubren alrededor del 40% de Vaca Muerta, que se extiende por las provincias de Neuquén y Mendoza, en el oeste de Argentina. Chevron Corp., la segunda mayor petrolera privada del mundo, acordó en julio financiar la mayor parte de una operación conjunta de US$ 1.500 millones con YPF para desarrollar Vaca Muerta.

«YPF tiene un futuro brillante en Argentina, y tiene la oportunidad de liderar el desarrollo de la energía no convencional en América Latina», afirma Galuccio.

Sin embargo, para aumentar la producción a escala masiva, Argentina necesita tecnología nueva e inversiones de miles de millones de dólares al año. Obtenerlas podría ser difícil: los analistas dicen que los topes a los precios, las barreras comerciales y la prohibición del envío de ganancias al exterior son algunos de los factores que desalientan la inversión.

Los analistas señalan que la forma en que Argentina trata a las empresas también ha desincentivado la inversión. Juan José Aranguren, presidente de la filial argentina de Royal Dutch Shell PLC, ha sido amenazado con cárcel por cuestionar las políticas energéticas, y la petrolera ha sido multada en repetidas ocasiones. Aranguren no quiso comentar para este artículo.

Galuccio ha establecido buenas relaciones con Kirchner. «La presidenta comprende la importancia del papel de YPF en la recuperación de nuestra soberanía energética, y ha respaldado nuestra gestión de manera incondicional», resalta Galuccio, cuya carrera ascendía rápidamente en Schlumberger, antes de asumir en YPF. «En Schlumberger, estaba constantemente involucrado en negociaciones extremadamente complejas, tanto con clientes como con gobiernos», indica Andrew Gould, ex presidente ejecutivo de Schlumberger. «Cuenta con una red muy amplia de contactos internacionales que desarrolló en Schlumberger. Y a medida que YPF busca encontrar socios, esto le servirá mucho», añade.

Previamente, con 29 años administraba los pozos de YPF en Indonesia, empresa que dejó en 1999 para ir a Schlumberger.

Su regreso fue difícil. En 2011, los sindicatos declararon una huelga de unos 90 días exigiendo mejores sueldos. Las huelgas redujeron la producción de YPF en 30%. En su primer día de regreso, les dio a los líderes sindicales su número de celular y les dijo que lo llamaran cuando quisieran. «Tenemos una excelente relación», apunta Guillermo Pereyra, secretario general del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa.

Una planta de chips ilustra relación entre Batista y el Gobierno brasileño

(El Mercurio) En las colinas del sur de Brasil, un grupo de trabajadores construye algo inusual en América Latina: una fábrica de tecnología de punta para producir semiconductores respaldada por el gobierno y compañías como International Business Machines Corp. Las autoridades indican que el proyecto ilustra cómo el Estado y el sector privado pueden colaborar para modernizar la economía brasileña.

El futuro de esta planta, sin embargo, es bastante más incierto desde el colapso de uno de sus principales socios, Eike Batista, el empresario brasileño cuyo imperio de materias primas de US$ 30.000 millones se hundió este año.

Batista está tratando de desprenderse de su participación en el fabricante de chips para recaudar fondos en medio de las dificultades financieras que atraviesan su petrolera, naviera y otros negocios de su conglomerado. El proyecto ha sido aplazado mientras los inversionistas en la planta tratan de encontrar a un sustituto para Batista.

El gobierno acudió inicialmente a Batista en busca de ayuda para garantizar el éxito del proyecto. Ahora, su incursión en la producción de chips ilustra los extremos a los que el Estado dependía del empresario para liderar sus ambiciones industriales, y cómo el tiro podría haberles salido por la culata.

«¿Por qué demonios está un conglomerado de energía, minería y logística como (el de Batista) involucrado en los semiconductores?», planteó en enero Milton Torres, un socio de Batista y entonces presidente de la junta directiva del proyecto de chips, durante un discurso en Silicon Valley con la motivación de reclutar a ingenieros para la planta. «Mientras mayor el desafío, más le gusta a nuestro jefe. Si se parece en algo a Misión Imposible, no puede resistirse».

Batista no quiso comentar para este artículo.

Es difícil subestimar la presencia de Batista en la economía de Brasil antes de su caída. Cuando la presidenta Dilma Rousseff necesitó ayuda para persuadir a Foxconn, el fabricante chino de iPhones y iPads, para que instalara una fábrica en Brasil en 2011, recurrió a Batista. El empresario recibió al presidente ejecutivo de Foxconn, Terry Gou, en Rio de Janeiro y les dijo a reporteros el año pasado que Foxconn invertiría miles de millones de dólares en Brasil, algo que la empresa nunca hizo y Gou ha señalado públicamente que es difícil hacer negocios en Brasil.

De hecho, una cuestión clave que se cierne sobre el colapso del imperio de Batista es si revela pistas sobre el futuro económico de Brasil o si se trata simplemente del caso de un emprendedor que tenía talento para recaudar dinero para sus ideas de negocios pero luego no supo hacerlas realidad.

Capitalismo de Estado

El auge y caída de Batista deja entrever el funcionamiento del capitalismo de Estado a la brasileña. En los últimos años, Batista y otros empresarios se beneficiaron de miles de millones de dólares en préstamos gubernamentales con grandes descuentos bajo una estrategia del gobierno para respaldar a empresas clave consideradas estratégicamente importantes para el ascenso del país como una potencia global. Desde 2009, Brasil ha asumido una deuda de unos US$ 100.000 millones en moneda local para conceder dichos créditos, según los estimados de los analistas, lo que se suma a su deuda interna.

Las compañías de Batista no son las únicas respaldadas por el gobierno que están en apuros. Brasil también apoyó a la procesadora de carne de res Marfrig Alimentos SA en su ola global de adquisiciones. Pero ahora la empresa está en dificultades para pagar su deuda y está vendiendo activos. El Estado también ayudó a crear el gigante de telecomunicaciones Oi SA, que fue adquirido recientemente por Portugal Telecom después de sufrir problemas económicos. Y una empresa de lácteos que el gobierno respaldó, llamada LBR Lácteos Brasil SA, se acogió a la protección por bancarrota este año.

El Banco Nacional para el Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES), que administra la política gubernamental, concedió a Batista unos US$ 3.000 millones en créditos a tasas subsidiadas, a lo que hay que sumar otros US$ 2.500 millones de otras entidades del gobierno. El respaldo del Estado reforzó la percepción de algunos inversionistas de que Batista erademasiado grande para caer.
Los préstamos en circulación de BNDES ascienden a US$ 229.000 millones, superando a los del Banco Mundial. Como resultado,la agencia calificadora de riesgo Moody’s rebajó este año su deuda un escalón.

Representantes de BNDES niegan haber escogido «campeones nacionales» a los cuales favorecer con sus préstamos y argumentan que el banco juega un papel crucial a la hora de aportar financiación en un país donde los préstamos a largo plazo son a veces difíciles de conseguir. Paulo Braga, portavoz de BNDES, asegura que las compañías que se han metido en apuros tras recibir su apoyo representan una pequeña parte de la cartera de préstamos del organismo y no constituyen un riesgo para el banco.

Por otra parte, Brasil también tiene un largo historial de empezar industrias desde la nada utilizando financiación del gobierno, incluyendo la fundación de la petrolera estatal, Petróleos Brasileiros SA, en 1953 y una exitosa industria de etanol.

El desafío de hacia la modernidad

Durante casi una década, las autoridades brasileñas han querido que la industria desemiconductores se convierta en la columna vertebral de un sector tecnológico más amplio que acelere el ascenso de Brasil hacia la modernidad. Brasil recurrió al libreto que utilizó para levantar su industria automotriz hace varias generaciones: proteger a los fabricantes locales hasta que puedan salir adelante por sus propios medios. Como parte de esa estrategia, eliminó los impuestos a los fabricantes de semiconductores que se instalan en el país y exige que los fabricantes de teléfonos usen partes producidas localmente.

Pero construir una industria de chips en un país en desarrollo es un desafío, explica Sergis Mushell, un analista de la firma de investigación Gartner. Si bien fabricar autos «es como poner una curita sobre una herida», producir chips es como «cirugíacerebral».
Además, la manufactura en masa de microprocesadores ya es dominada por empresas ultracompetitivas, y Brasil y otros países emergentes carecen de los ingenieros y diseñadores para competir con los mercados de nicho y alta gama para el diseño de chips especializados.

Nada de esto desanimó al emprendedor brasileño Frederico Blumenschein para promocionar su proyecto de semiconductores en el sur de Brasil hace nueve años. Un banco estatal accedió a poner parte del capital e IBM le dio permiso para licenciar su tecnología. Pero Blumenschein necesitaba un respaldo importante para el proyecto como el del BNDES para financiar su empresa, Brazilian Semiconductor Co.

En 2011, el banco se comprometió a invertir pero quería la participación de otro socio con experiencia en administración, infraestructura corporativa y bolsillos profundos antes de financiar la operación. Un vocero de la entidad dice que BNDES presentó el acuerdo a varios inversionistas, entre ellos, Batista.

Batista asumió una participación de un tercio en el proyecto y accedió a invertir en torno a US$ 110 millones. La firma pasó a llamarse Six Semiconductores SA, en línea con los nombres de tres letras que llevan las otras firmas de Batista y que terminan en «X» para simbolizar la multiplicación de su riqueza. BNDES se quedó con otro tercio de la compañía con una inversión en moneda local equivalente a US$ 110 millones y créditos por otros US$ 116 millones. Batista convenció a IBM a invertir un monto no revelado a cambio de una participación de 18%. Ahora Six está por definir qué clase de chips va a producir y quién los comprará. Blumenschein dice que entre los potenciales mercados se destacan la agricultura, los equipos médicos de alta tecnología, las tarjetas inteligentes y los electrónicos de consumo.

Parte de su estrategia original era usar la reputación global de Batista para persuadir a ingenieros brasileños que trabajan en firmas tecnológicas en Silicon Valley para que vuelvan a Brasil para formar parte del proyecto. Pero todo eso ha cambiado ahora que el imperio de Batista ha colapsado. Blumenschein dice que era imposible saber en 2012 que Batista sería incapaz de cumplir con sus promesas. Ahora, está buscando a un inversionista que pueda sustituirlo. Mientras tanto, BNDES sigue respaldando el proyecto y está evaluando inyectar más dinero de ser necesario. Blumenschein espera que sea un éxito cuando empiece la producción en 2015.

Irán se acerca a las grandes petroleras de cara al fin de las sanciones

(Pulso) El Ministerio de Petróleo de Irán inició contacto con las principales petroleras occidentales a medida que su nuevo gobierno trata de capitalizar el progreso de las conversaciones nucleares y alentar a las empresas a prepararse para un eventual levantamiento de las sanciones.

Bijan Namdar Zanganeh, el ministro del Petróleo, que ha vuelto al gobierno después de una ausencia de ocho años, dijo a Financial Times que había mantenido reuniones con empresas europeas e «indirectamente» con empresas de EEUU para invitarlas de nuevo a Irán.

Zanganeh, quien convenció a algunos como Royal Dutch Shell, Eni y Statoil para invertir en el sector de petróleo y gas en los ‘90, a pesar de las sanciones de EEUU, dijo que estas compañías estaban ahora entre las que él estaba tratando de atraer de vuelta al país. Todos se han retirado de Irán en los últimos años, frustrados con los términos del contrato petrolero poco atractivo y bajo la presión de nuevas sanciones, que han reducido la producción de Irán.

Las exportaciones de petróleo disminuyeron desde más de 2 millones de barriles por día a principios de 2012 a un promedio de 1,1 millones de barriles por día en los primeros nueve meses de este año, según la Agencia Internacional de Energía.

Algunas grandes petroleras parecen abiertas a una aproximación iraní. Cuando se le preguntó a Total el mes pasado si regresaría a Irán si se levantaran las sanciones, Christophe de Margerie, presidente ejecutivo del grupo energético francés, respondió: «Por supuesto».

El mes pasado, Arnaud Breuillac, el jefe de exploración y producción para el Medio Oriente, viajó a Teherán para reunirse con el director de la empresa estatal de Irán, Rokneddin Javadi, supuestamente diciéndole que Total reanudaría las operaciones de petróleo y gas en Irán apenas las sanciones fueran levantadas.

Otros también han hablado de las perspectivas a largo plazo de Irán. Peter Voser, presidente ejecutivo saliente de Shell, dijo en una conferencia de la industria el mes pasado que Irán tenía «enormes recursos» de petróleo y gas, y que «a largo plazo, [sus] hidrocarburos tendrán que ser desarrollados para cumplir con [el alza mundial] de la demanda».

Pero está claro que Irán está abajo en la mayoría de las listas de prioridades de las empresas petroleras. «Con la revolución del shale, hay muchas más oportunidades para nosotros», dijo un alto ejecutivo de una importante petrolera europea. «Irán tendrá que competir por la inversión con muchos otros lugares que ofrecen condiciones más atractivas», agregó.

El gobierno iraní está revisando los términos de los contratos petroleros y tiene la intención de sustituir los acuerdos impopulares conocidos como recompras con una forma de contrato de servicio. Irán planea ofrecer mejores condiciones que sus vecinos.

Zanganeh dejó claro que ningún acuerdo de energía podría ser firmado antes que se acordara una solución global para el programa nuclear, lo que llevaría a un levantamiento de las sanciones.

Brasil vende derechos para desarrollar gigantesco yacimiento de petróleo mar adentro de Libra

(La Tercera) Brasil vendió el lunes los derechos para desarrollar el gigantesco yacimiento mar adentro de Libra a un consorcio liderado por la petrolera estatal Petrobras, en una subasta con una sola oferta.

Petrobras tendrá un 40%, un 10% más del mínimo legal. La francesa Total SA y la anglo-holandesa Royal Dutch Shell PLC tendrán cada una un 20% y las chinas China National Petroleum Corp y CNOOC un 10% cada una.

Las compañías entregarán al gobierno brasileño un 41,65% de su petróleo de ganancia, o el petróleo producido después del pago de los costos de la inversión inicial, según un nuevo acuerdo de producción compartida.

Fuente / La Tercera