La producción de crudo ha mejorado en algo más de 15 puntos porcentuales y la de gas en casi 9 puntos, después de haber mostrado escasos progresos en semanas anteriores.
El avance representa un incremento de 235.226 barriles de crudo respecto al pasado lunes, y un alza de 858 millones de pies cúbicos en la producción gasística.
No obstante, la producción petrolera en esa región es todavía un 52% inferior a la habitual y la de gas natural se halla disminuida en un 45,7%, según el último informe del Servicio de Gestión de Minerales (MMS), la agencia federal que supervisa las actividades de la industria en aguas de EE.UU.
Los operadores neoyorquinos siguen con gran atención los progresos diarios que logran las compañías que operan en la región, una zona que es vital para el abastecimiento del mercado estadounidense y para las importaciones de crudo y combustibles.
En aguas del golfo se consigue en torno al 29% de la producción nacional de petróleo y alrededor del 23% de la de gas, según el Departamento de Energía de EE.UU.
Alrededor de 4.000 plataformas marinas de producción están diseminadas entre Texas y Florida, y 152 compañías realizan actividades en ese área.
Además, en las costas del golfo de México se concentra el 47% de la capacidad total de refinado de que dispone Estados Unidos y por los puertos sureños entra al país el 60,4% de las importaciones de petróleo.
Con ese panorama, no es extraño que el más leve riesgo que se cierna sobre la región influya de inmediato en un incremento de los precios del crudo y de los combustibles, tanto en los mercados mayorista como minorista.
«Si (el huracán) «Katrina» no hubiera ocurrido, probablemente estaría negociándose el barril de crudo unos ocho o diez dólares por debajo», comentó el jueves Bruno Stanziate, analista de Societe General, durante una intervención en el canal financiero CNBC.
La actividad petrolera en el golfo quedó reducida en un 95% con la llegada del ese ciclón, el 29 de agosto, y se paralizó en su totalidad el 28 de septiembre, con la llegada de «Rita» a la misma zona.
Ambos fenómenos han sido responsables de la destrucción de 113 plataformas marinas de producción y de causar graves daños en otras 52, así como a casi un centenar de conducciones submarinas.
Los poderosos ciclones interrumpieron además la actividad de una veintena de refinerías en Texas, Mississipi, Luisiana y Alabama, bloquearon las importaciones de crudo y combustibles durante días, y alteraron el abastecimiento desde el sur a otras regiones de EE.UU.
Como consecuencia, el precio del barril de petróleo de Texas estuvo cerca de alcanzar los US1 el 30 de agosto y cerró ese día con un máximo histórico de US9,81.
La fuerte tendencia alcista se contagió de inmediato a los valores de la gasolina, el gasóleo de calefacción y el gas natural, entre otros combustibles, que igualmente alcanzaron en septiembre o principios de octubre precios nunca vistos hasta entonces en la Bolsa Mercantil de Nueva York (NYMEX).
La entrada en la temporada invernal estadounidense con unas temperaturas más benignas de lo habitual, ha contribuido de momento a calmar algo los nervios de los operadores, y el precio del crudo cerró incluso en tres ocasiones esta semana por debajo de US0 el barril (159 litros).
No obstante, previsiones meteorológicas aún no del todo precisas apuntan a que los meses de invierno pueden ser más fríos que los de 2004.
Lo que ya todos, analistas y consumidores, dan por seguro es que las facturas que pagarán los estadounidense este año por calentar sus hogares serán muy superiores a las de 2004.
Fuente: EFE.