Contrariamente a la creencia popular, el principal usuario de agua en México no es el sector agrícola ni son los servicios de agua potable sino las plantas generadoras de electricidad, explicaron expertos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
La cantidad de agua que cada año requieren las plantas hidroeléctricas, termoeléctricas, geotermoeléctricas y nucleoeléctricas para mover sus turbinas y conducir sus procesos de enfriamiento es tres veces superior a todo lo que se ocupa en los cultivos agrícolas y 14 veces más grande que el consumo urbano, detalló José Hernández de la Torre, asesor de la Coordinación de Generación Hidroeléctrica de la CFE.
El experto mexicano dijo que en los últimos 15 años la CFE ha impulsado un proceso de transformación tecnológica para reducir, a una tercera parte, la cantidad de agua que se requiere en los procesos para generar cada MW de electricidad.
Mientras en 1991 se requerían 1,05 litros de agua por MW, en 2005 se usaron 0,3 litros por MW.
“El agua es un insumo básico para la generación de electricidad en México, pero ante su poca disponibilidad hemos tenido que emigrar a tecnologías que nos permitan aprovechar fuentes de agua que no son de uso corriente. Desde hace 15 años hemos multiplicado el uso de agua de mar en el proceso de enfriamiento en centrales de sitios costeros; así como el reuso de aguas negras y aguas tratadas en las torres de enfriamiento en centrales cercanas a grandes urbes”, sostuvo Hernández de la Torre.
De toda la electricidad que se consume en México, casi la mitad, 48,55%, proviene de las 28 plantas termoeléctricas, en las cuales se usan millones de metros cúbicos de agua para sus sistemas de enfriamiento, lo que ayuda a condensar vapor y mover turbinas generadoras de energía.
La segunda fuente de generación de electricidad son las 77 plantas hidroeléctricas que aprovechan las caídas de ríos para mover sus turbinas y generan 22,53% de la electricidad del país.
“Hay que subrayar que en el caso de las hidroeléctricas el agua no sufre ninguna transformación, pero no está exenta de los problemas que su escasez genera a la agricultura y a las urbes, porque hay una relación directa entre menores lluvias, caudales más reducidos y menor generación de electricidad”, añadió el especialista.
Entre las alternativas expuestas para que los sistemas de generación de electricidad no sean tan vulnerables a la escasez de agua, Richard Taylor, representante de la organización International Hydropower Association, auspiciada por la Unesco desde 1995, dijo que por sus características geográficas México podría convertirse en un modelo híbrido de generación de energía donde se combinaran las tecnologías hídrica y eólica.
“En la zona del sureste, principalmente en Chiapas y Oaxaca, tienen un sistema que podrían aprovechar con los generadores hídricos que ya tienen y la construcción de otros eólicos, pues en la época en que no llueve y los caudales de los ríos son bajos, hay mucho viento. Podrían usar uno y otro recurso natural de manera alternada a lo largo del año”, dijo Taylor después de presentar sistemas similares instalados en Canadá y Japón.
A su vez, Eduardo Rincón Mejía, de la International Solar Energy Society, dijo que México puede reducir el nivel de consumo de agua para generación de electricidad si se impulsa el uso de las tecnologías de generación de electricidad por medio de energía solar. En este contexto celebró que en México se hayan incrementado en los últimos diez años los pozos agrícolas que, en zonas aisladas, extraen agua del subsuelo con bombas activadas con energía solar.
Fuente: Milenio.