El replanteamiento tecnológico de la iluminación pública
Las instalaciones LED son las más adecuadas para enfrentar la contaminación lumínica en tres regiones del país y así evitar que afecten a la observación astronómica, según indican a ELECTRICIDAD los especialistas.


La luminaria LED de tipo PC Ámbar es una de las tecnologías más idóneas frente a las exigencias de la Norma de Emisión para la Regulación de la Contaminación Lumínica, que se aplica a las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo, cuyo objetivo es evitar la emisión de luz hacia el cielo y promover la utilización de tecnologías que no emitan en el espectro que obstaculiza la observación astronómica.
Según los especialistas consultados por ELECTRICIDAD este tipo de iluminación para espacios abiertos es el más indicado, debido a las características técnicas que posee, por lo que coinciden en que son las municipalidades de estas regiones las que tienen el mayor desafío para incorporar esta tecnología.
LED Ámbar
David Palma, docente del Área Electricidad y Electrónica de la sede Los Ángeles de Inacap, señala que la principal ventaja de la tecnología LED es que permite manipular “de forma sencilla sus índices de reproducción cromática y adaptarse a diversos equipos de difusión para así cumplir con la curva de distribución luminosa solicitada, para cumplir con las nuevas exigencias y restricciones implementadas por la nueva ley de contaminación luminosa”.
Esto es compartido por Vicente Armstrong, gerente de Gestión de la consultora lumínica Cielos Oscuros, quien aclara que la normativa no establece ciertas preferencias tecnológicas, pero que a partir de lo que establece, “se deben preferir luminarias que reúnan buenas características cromáticas, que no emitan en la zona azul del espectro luminoso que es la que contamina las observaciones astronómicas”.
“En este sentido un buen ejemplo es el nuevo tipo de luz LED que se llama PC Ámbar, que consiste en un revestimiento que cubre el LED y hace que tenga un color poco contaminante, parecido a las de sodio de baja presión pero contando con las ventajas del LED, bajo consumo y la capacidad de controlar su intensidad”, precisa el especialista.
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Este tipo de iluminación también es destacada por Pedro Sanhueza, director de la Oficina de Protección de la Calidad del Cielo del Norte de Chile (OPCC): “En este momento se está en el proceso de revisión de la norma lumínica actual y, dado el escenario de deterioro del cielo nocturno que se registra en el norte durante la última década, la iluminación LED de tipo PC ámbar es la más idónea porque tiene muy bajo contenido de azul”.
“La tecnología LED de tipo ámbar se parece bastante al sodio de alta presión, pero con la ventaja de que se pueden conseguir mejores uniformidades si es que se requiere, además de que tiene un rendimiento de color que duplica al del sodio de alta presión”, sostiene.
Sanhueza destaca que este tipo de luminaria LED se ha instalado en el observatorio de La Campana en La Serena, “la que fue realizada con PC ámbar y con ámbar con filtro, mientras que la Municipalidad de Vicuña instalará luminarias ámbar con filtro y tenemos un acuerdo con el Ministerio de Obras Públicas para el reemplazo de 4.500 luminarias de la Ruta del Algarrobo, de ámbar con filtro”.
Impactos
De acuerdo con David Palma “más que una adaptación tecnológica, lo que hay que hacer es replantear los proyectos de iluminación en zonas exteriores, ya que desde el punto de vista tecnológico el mercado ya entrega diferentes opciones, pero no se están empleando de forma correcta”.
A su juicio, el principal desafío en este replanteamiento lo tienen los municipios pertenecientes a las regiones del norte del país, “los cuales deberán gestionar proyectos para el recambio de equipos y así adaptarse a las nuevas exigencias, por lo que se deberán generar incentivos para que hagan esto en el menor tiempo posible. También las municipalidades deberán buscar nuevas formas de iluminar y decorar espacios públicos tales como plazas y monumentos”.
Para Vicente Armstrong, el alumbrado público “es el que más aporta a la contaminación lumínica y al que, finalmente, más caro le saldría no contar con los equipos correctos y la correcta instalación”.
La minería también se vería afectada, explican los especialistas. Armstrong señala que “faenas mineras grandes pueden emitir enormes cantidades de contaminación, y es peor si se encuentran cerca de los observatorios”.
Por tal motivo David Palma indica en este sector “se deberán cambiar los tipos de iluminación que usan normalmente en sus trabajos, sobre todo en los tipos de proyectores que normalmente están acostumbrados a usar y la posición casi vertical de estos”.
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