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Estudio de Wärtsilä analiza desafíos y soluciones para la transición energética de Chile

Ene 24, 2025

El documento plantea que la inversión en capacidad de balanceo firme y flexible es el camino más rentable para descarbonizar el sistema eléctrico para la década de 2040.

La empresa tecnológica Wärtsilä Energy publicó el estudio “Navegando la transición energética en Chile: Un enfoque en la confiabilidad para la transición energética”. Este trabajo, elaborado en conjunto con la consultora Inodú, analiza los desafíos y oportunidades de la transición hacia la energía limpia en nuestro país.

Según el documento, Chile, líder mundial en energías renovables con un 20% de su electricidad proveniente de la energía solar y un 13% de la eólica, enfrenta un aumento en la limitación del uso de la energía solar en su sistema eléctrico debido a la inflexibilidad y el exceso de oferta de renovables durante el día.

El reporte muestra cómo los próximos retos serán los problemas de confiabilidad causados por limitaciones estructurales en la red eléctrica, particularmente por la noche cuando la disponibilidad de generación renovable puede ser limitada.

En ese sentido, resalta las grandes cantidades de energía eólica y solar que deberían ser instaladas en varias zonas del territorio nacional. También, define diferentes escenarios y la cantidad de almacenamiento de energía necesaria para que el sistema funcione de manera eficiente.

Adicionalmente, expone que Chile podría enfrentar un déficit de capacidad firme superior a 1.000 MW para 2032 debido al retiro de las plantas a carbón, la falta de capacidad firme y la inflexibilidad en la generación térmica para gestionar las rápidas variaciones de la generación eólica. Al respecto, las proyecciones indican que, sin inversiones en nueva capacidad flexible, podrían producirse brechas de hasta 1.788 MW en una sola hora durante la noche, lo que obligaría a depender de plantas diésel, costosas y con emisiones elevadas.

El documento asimismo destaca la necesidad de mantener al menos 5 GW de capacidad de generación a gas hasta 2032 para garantizar la confiabilidad del sistema.

Ahorro en costos de generación

Por otro lado, el estudio revela que el reemplazo de las centrales eléctricas inflexibles y envejecidas por plantas modernas y flexibles de balanceo, capaces de operar con combustibles sostenibles, podría reducir los costos totales de generación de electricidad en un 5%, lo que equivale a un ahorro de $3,7 billones entre 2024 y 2045.

Según Wärtsilä Energy, esta opción además evitaría $17 billones en costos de generación para 2045, que sería necesario invertir en sobre-construcción de capacidad renovable y de almacenamiento de energía a fin de proporcionar seguridad de suministro en cualquier condición climática.

Otro de los hallazgos clave es el papel crítico que tiene la flexibilidad durante los períodos de baja generación renovable, proporcionando capacidad firme y confiable. Para 2045, las plantas que entregan este atributo representarían solo el 9% de la capacidad instalada y el 4% de la generación, pero serían cruciales para la seguridad del suministro, especialmente bajo condiciones climáticas adversas.

“Chile es un líder mundial en la integración de tecnologías de generación solar y eólica. Para asegurar el éxito continuo, la confiabilidad debe considerarse la máxima prioridad a medida que se retira la capacidad firme heredada. Nuestro estudio muestra que la inversión en capacidad de balanceo firme y flexible es el camino más rentable para descarbonizar el sistema eléctrico, mientras se mantiene suficiente capacidad para navegar un clima cambiante», mencionó Álex Espejo, gerente de Desarrollo de Mercado para Wärtsilä en las Américas y uno de los autores del estudio.

Para acceder al estudio completo, hacer clic en el siguiente link.

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