(La Tercera) En la última Cena Anual de la Energía, realizada en junio pasado, la Presidenta Michelle Bachelet sorprendió al anunciar su decisión de adelantar para el primer semestre de 2017 la puesta en marcha de una serie de líneas de transmisión troncal que buscan robustecer el sistema eléctrico del país.
Frente a más de 700 invitados, entre autoridades, parlamentarios, ejecutivos y expertos del sector, la Mandataria mencionó la medida como parte de los esfuerzos que hará el gobierno para mejorar el actual escenario energético.
El anuncio fue recogido de inmediato por una de las empresas a cargo de la construcción de tres de las ocho líneas de transmisión que están en el plan: la colombiana ISA, que a través de su filial InterChile se adjudicó el proyecto en octubre de 2012.
ISA es la operadora de transmisión eléctrica de mayor presencia en América Latina, con más de 40.000 kilómetros de líneas. Con sus proyectos en Chile busca convertirse en la segunda mayor empresa del sector, después de Transelec, que controla el fondo canadiense Brookfield y que es la principal transmisora eléctrica entre los sistemas interconectados del Norte Grande (Sing) y de la zona centro-sur (SIC).
Hoy, ISA está construyendo las tres líneas de transmisión, que equivalen a 753 kilómetros de tendido eléctrico entre Cardones, en la III Región, y Polpaico, en la V Región, con una inversión del orden de US$ 1.000 millones.
“Nuestro ánimo es de optimismo y cooperación, pero claramente, el desarrollo de la tramitación ambiental y otras consideraciones que se requieren para la puesta en marcha del proyecto no dependen sólo de nosotros”, afirma el gerente general de InterChile, Jorge Rodríguez, frente a la interrogante de si la compañía podrá o no cumplir con la meta de Bachelet.
El anuncio de la Mandataria es un gran desafío, agrega. “No escatimaremos esfuerzos para lograrlo, sin dejar de cumplir todas las exigencias legales, ambientales, sociales, prediales y de permisos”, dice el ejecutivo.
Estudio “robusto”
Rodríguez precisa que el plan de construcción de las tres líneas fue diseñado para concretarse durante los próximos cinco años, por lo que adelantarse a 2017 no es tarea fácil. Tienen que diseñar, construir, operar y mantener las líneas de 500 KV en doble circuito para evitar posibles black outs y, además, construir sus correspondientes subestaciones eléctricas.
El proyecto ingresó al Sistema de Evaluación Ambiental (SEA) a principios de este año y la empresa “está haciendo todos los esfuerzos”, según Rodríguez, para responder las consultas de los servicios y de la ciudadanía en el plazo fijado hasta el 13 de octubre próximo.
El ejecutivo añade que, en paralelo, están trabajando en la obtención de servidumbres, tramitación de concesiones y en el desarrollo de los aspectos técnicos de la iniciativa, con el fin de “iniciar su construcción apenas obtengamos todos los permisos y autorizaciones requeridos”.
¿Pero por qué la demora en iniciar la tramitación ambiental? Rodríguez explica que la firma se tomó el tiempo necesario para realizar un estudio ambiental “robusto y lo más sólido posible”.
Para conseguir los plazos que pidió la Presidenta, señala que “haremos el máximo esfuerzo por responder a las exigencias para la puesta en marcha de nuestro proyecto en el menor tiempo posible y de la mejor manera posible. Ese es nuestro compromiso”.
Problemas con locatarios
El adelantamiento de las obras es un tema que inquieta en la industria energética, aún marcada por la mala experiencia que tuvo Transelec durante la construcción del trazado Nogales-Polpaico, debido a problemas con un grupo de ocho locatarios que se consideraron afectados por la obra: en vez de terminar en dos años tardaron cuatro.
Rodríguez es claro: el proyecto Cardones-Polpaico ha tenido los problemas que podría enfrentar cualquier proyecto de transmisión como, por ejemplo, el ajuste de expectativas con los locatarios. Para enfrentar el tema, la compañía desarrolla una estrategia de acercamiento progresivo con los propietarios, con el fin de negociar el monto de indemnización por concepto de servidumbre. El objetivo, agrega, es contar con el mayor número posible de servidumbres voluntarias.
El gerente general de InterChile aclara que están realizando estudios para identificar los predios intervenidos, sus dueños y valor comercial de las propiedades. “Hemos iniciado el acercamiento con los propietarios que han manifestado su intención de llegar a acuerdo y también estamos trabajando en los instrumentos que la ley establece para los casos en que no resulte posible”, precisa el ejecutivo.
Plantea que en otros países en los que también participan, los problemas son similares. “Cómo se enfrentan y cómo se solucionan, es donde se encuentran las mayores diferencias”, sostiene.
Cambios en la normativa
Para ISA, Chile es relevante en su cartera de proyectos. Tardaron una década en llegar y en 2010 lo lograron mediante obras concesionadas viales, a través de su filial Intervial Chile, y también en transporte de telecomunicaciones. “Es un país pujante, con una economía fuerte y con reglas de inversión estables, lo que se conjuga con el anhelo que tiene ISA de integrar el mercado eléctrico de Latinoamérica”, comenta Rodríguez.
La compañía mira con buenos ojos la agenda energética del gobierno y está expectante respecto de eventuales cambios en materia de transmisión, lo que debería ocurrir en 2015. “Existen distintos aspectos relacionados con el desarrollo y ejecución de los proyectos de transmisión que necesita el país que pudiesen ser revisados para una mejor implementación y concreción”, agrega.
En opinión de la empresa colombiana, lo “importante y rescatable de este punto” es que los cambios serán consensuados con todos los actores involucrados. Por eso, señala que estos cambios en materia eléctrica no causan incertidumbre al momento de invertir. “Chile es un país sólido y confiable para invertir”, asegura el ejecutivo.
