Hoy contamos con un escenario muy positivo para avanzar hacia la transición energética. La pandemia ha impulsado como nunca las oportunidades para alcanzar los principales objetivos de sustentabilidad. En ese contexto, hay tres temas principales que marcarán a la industria de energía este 2022. El primero es la descarbonización de todo. Debemos descarbonizar más rápido y de forma más creativa.
Hacer realidad la descarbonización requiere múltiples enfoques, pero una palanca clave será difuminar las líneas entre las industrias, asociarse de nuevas maneras e incluso cambiar el funcionamiento de estos sectores por completo. Un ejemplo: BMW, en Europa, no sólo se está dedicando a la movilidad electrónica, sino que también está estudiando más ampliamente la energía. Y en Europa, en particular, seguimos viendo cómo las grandes petroleras invierten más en infraestructura eléctrica, optimización de baterías y energía eólica marina.
El segundo gran tema es la cadena de suministro. Para alcanzar el objetivo de cero emisiones la transparencia de las operaciones es fundamental. Y eso significa establecer objetivos intermedios claros en el camino hacia el cero neto; dar visualización a todos los stakeholders de la hoja de ruta para lograrlo; medir y gestionar las emisiones de GEI con datos y procesos sólidos. Se trata de avanzar hacia la cadena de suministro conectada.
La pandemia ha generado también un renovado impulso a las cadenas de suministro locales y más independientes (en lugar de la visión globalizada). Por ejemplo, los gobiernos quieren construir baterías (y sus materiales) y paneles solares a nivel nacional, para reducir el riesgo de la cadena de suministro desde el punto de vista de la resiliencia.
El tercer gran tema es la innovación. Los planes estratégicos, coordinados e innovadores serán clave en torno a las energías renovables. Y el hidrógeno cumplirá un rol clave. La industria deberá responder preguntas como: ¿el almacenamiento de baterías desempeñará un papel importante? ¿o el almacenamiento de energía a escala? ¿cómo utilizamos los satélites, los drones y las cámaras fijas? ¿Y cómo predice y mitiga la tecnología el clima extremo y sus efectos?
Luego de abordar esos tres temas, la industria de energía podrá impulsar sus objetivos de emisiones cero a escala. El momento de avanzar es ahora.