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Flexibilidad del sistema eléctrico para generación distribuida

Ago 8, 2016

La flexibilidad debería concretizarse no solo en el autodespacho sino también en otras expresiones, todas las que coincidentemente son parte de mecanismos de redes inteligentes.

Tanto el legislador como la administración del Estado han detectado que la generación distribuida (GD) corresponde a un fenómeno creciente y que llegó para quedarse. En general, estos fenómenos atractivos económicamente y de ejecución relativamente rápida conllevan la aparición de especuladores.

Por lo anterior, los esfuerzos regulatorios se han enfocado, no sin imperfecciones, en establecer y luego mejorar un procedimiento expedito y transparente de conexión de los PMGD (concretamente los Pequeños y Medianos Generadores Distribuidos) a las redes de distribución.

Con el procedimiento de conexión establecido, son varios los PMGD actualmente en operación, y otros tantos próximos a conectarse en Chile, que han enfrentado dificultades particularmente en relación al alcance del autodespacho. Esta esencial característica de los PMGD se ha visto, en muchos casos, limitada por imposiciones de las empresas de distribución a las cuales estos se conectan. En efecto, ya sea a través de protocolos internos de seguridad, controles de protecciones u otros similares, los PMGD han visto reducida su capacidad real de autodespacho.

Todas estas restricciones son salvables con un mayor grado de coordinación y/o flexibilidad, máxime, cuando el autodespacho es clave en el éxito de un PMGD, permitiéndole, entre otras acciones, discriminar cuándo inyectar energía, ya que su operación no está sujeta al resultado de la optimización de la operación del sistema.
La normativa eléctrica en Chile, en general, ha operado reactivamente, y esta es una buena oportunidad para empezar a Regular expresamente una mayor flexibilidad para la operación de los PMGD, ya que esta se vislumbra como los inicios de las redes inteligentes.

Concretamente, un esquema de autodespacho que permita inyectar a la red de distribución o directamente a un consumidor en los momentos que mejor estime un PMGD, incluso conmutando sus inyecciones de uno a otro de los referidos puntos durante el día, es un esquema que hoy puede verse limitado sin mayor fundamento técnico o jurídico por parte de las distribuidoras. Lo que debería existir sin mayores restricciones, salvo resguardar la calidad y seguridad, es que puedan flexibilizarse los padrones de generación, inyección y consumo como consecuencia de señales externas, como pueden ser las variabilidades horarias de los costos marginales.

La flexibilidad debería concretizarse no solo en el autodespacho sino también en otras expresiones, todas las que coincidentemente son parte de mecanismos de redes inteligentes, tales como la eficiencia energética, el almacenamiento de energía y especialmente los métodos de gestión activa de la demanda.
Una mayor flexibilidad del sistema eléctrico traería como beneficios diferir o evitar refuerzos de las redes, reducir capacidad de generación ineficiente y cumplimiento de metas de energía renovable y emisiones.

 

Nicolás Atkinson, socio Aninat Schwencke & Cía.

Nicolás Atkinson, socio Aninat Schwencke & Cía.

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