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Ampliar el uso de energías renovables es de suma importancia para detener la crisis climática, pero no puede ser a costa de los derechos humanos

Jul 26, 2021

“Ampliar el uso de energías renovables es de suma importancia para detener la crisis climática, pero no puede ser a costa de los derechos humanos.” Esa fue la declaración de Anna Cavazzini, miembro del parlamento europeo, a inicios del 2021. Sus declaraciones surgen luego de una serie de reportes independientes, entre ellos el de Horizon […]

“Ampliar el uso de energías renovables es de suma importancia para detener la crisis climática, pero no puede ser a costa de los derechos humanos.” Esa fue la declaración de Anna Cavazzini, miembro del parlamento europeo, a inicios del 2021. Sus declaraciones surgen luego de una serie de reportes independientes, entre ellos el de Horizon Advisory, que apuntan a la existencia de trabajo forzado y campos de re-educación en la región de Xinjiang en China contra las minorías étnicas Uigur.

Los reportes señalan que China ha construido campos de re-educación a los cuales han movilizado miles de miembros de la minoría étnica Uigur (mayormente musulmana) con el objetivo de erradicar sus creencias religiosas, su cultura y adoctrinarlos con el Comunismo. Estas mismas personas son luego obligadas a trabajar para empresas productoras de silicio policristalino de la industria solar, para la industria de alimentos y textiles. Los uigures que han pasado por los campamentos describen condiciones duras, que incluyen agresiones físicas y sexuales.

Es en esta misma región de Xinjiang donde se produce el 50% del silicio policristalino utilizado por todos los paneles monocristalino y policristalino producidos a nivel mundial. Es decir, es altamente probable que gran parte de los paneles solares que están siendo comercializados a nivel global tengan algún grado de mano de obra forzada proveniente de Xinjiang. De hecho, en Europa hay sospechas de que cada panel instalado tenga algún grado de trabajo forzado. Así lo declaró Jenny Chase, Head of Solar Analysis de BloombergNEF, en un reciente análisis sobre el tema “Casi todos los paneles son en base a silicio – 95% del mercado europeo –, por lo tanto, es probable que tengan algo de silicio proveniente de Xinjiang”.

Ante este escenario, y con abundante evidencia, varios países (incluidos EEUU, Canadá y Holanda) han acusado públicamente a China de genocidio contra las minorías étnicas uigures, y a la fecha, algunos han impuestos sanciones a empresas chinas vinculadas de manera directa e indirecta con el uso de mano de obra forzada. Por ejemplo, Estados Unidos ha prohibido la importación de productos provenientes de Xinjiang, y de igual forma, en el parlamento europeo se discute un instrumento para hacer lo mismo.

China ha negado todas las acusaciones, pero no ha permitido auditorías externas a las fábricas ubicadas en Xinjiang. En paralelo, las empresas fabricantes de paneles están auditando sus cadenas de suministro de principio a fin y han firmado compromisos de evitar productos provenientes de Xinjiang.

¿Cómo nos afecta a nosotros? Chile se destaca a nivel internacional por records en los precios de la energía solar fotovoltaica y por su rápido crecimiento renovable, y al igual que Europa, tiene un mercado dominado por paneles en base a silicio. Por lo tanto, de la misma forma que el resto de los países, Chile ha estado y sigue estando expuesto a la adquisición de paneles solares con algún grado de mano de obra forzada proveniente de Xinjiang.

La pregunta para la casa es: sí Europa considera que el 95% de los paneles instalados podrían tener algún grado de mano de obra forzada, ¿cuánto es ese número para Chile? ¿Cuántos de esos contratos con precios de energía records están siendo abastecidos o serán abastecidos con paneles chinos baratos que tienen algún grado de mano de obra forzada? Y más importante aún ¿qué haremos al respecto?

Tal como dijo Anna Cavazzini, para combatir el cambio climático es muy importante acelerar el uso de energías renovables, pero esto no puede ser a cualquier costo y mucho menos el de violar derechos humanos.

Gabriel Ortiz, Asset manager de First Solar

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