(El Mercurio) Un proyecto con alto impacto social. Ese era el desafío que tenía el chileno Christian Henríquez como proyecto final para graduarse de la Singularity University, la entidad que busca resolver “los grandes desafíos de la humanidad” y que se ubica en las instalaciones de la NASA en Silicon Valley.
La tarea no se avizoraba sencilla y en compañía de dos socios —el argentino Leonardo Valente y el mexicano Javier Rincón— comenzó a buscar una idea. En eso estaban cuando se dieron cuenta de que la tenían más cerca de lo que creían. “Cuando llegamos a Silicon Valley arrendamos un auto y nos llamó la atención que acá estaba muy fuerte el tema de los autos híbridos, entonces empezamos a hacer una investigación y tratamos de experimentar en cómo transformar un auto normal en uno híbrido y así dimos con la idea”, recuerda Henríquez.
El equipo fundó así Exponential Motor Company, la empresa a través de la que desarrollaron el primer prototipo y que consiguió más de US$ 9 mil de financiamiento a través de la plataforma de crowdfunding Indiegogo. La primera prueba del proyecto fue la semana pasada y, según cuenta Henríquez desde EE.UU., resultó todo un éxito: en tres días, un equipo de tres personas logró convertir un auto a gasolina —un Hyundai Accent— en un automóvil híbrido al estilo del famoso Prius de Toyota. “Es tecnología que nosotros desarrollamos y que cuenta con inteligencia artificial. El impacto fue bien fuerte, porque demostramos que cualquier persona puede convertir un auto a gasolina en uno híbrido”, explica el emprendedor.
¿Cómo funciona?
Si bien los detalles técnicos del mecanismo todavía se mantienen en reserva por los procesos de patentes, Henríquez cuenta que, entre otras cosas, lo que hicieron fue instalar dos motores eléctricos en las ruedas traseras del auto. De esta manera funciona con un porcentaje de energía proveniente de la gasolina y otro de la electricidad. “Este auto tiene una autonomía eléctrica igual a la de un híbrido de fábrica, pero es mucho más barato”, asegura el chileno.
El precio es una de las claves de este sistema y el proyecto de comercialización considera poner a la venta un kit de US$ 1.500 con el que se podrá realizar la conversión. Una vez realizado el procedimiento, el auto será capaz de ahorrar más de 30% de combustible en el ciclo urbano y reducir en 35% o más las emisiones de CO2. A eso se suman otras características, como tracción en las cuatro ruedas, control crucero y tablero de comando para smartphones.
La tecnología está pensada para ser instalada en cualquier auto y, según sus creadores, no significa una disminución en el desempeño normal del vehículo.
Plan de negocios
Actualmente los emprendedores están ultimando los detalles para la comercialización del producto. Esperan culminar la validación de la tecnología pronto para después, en un plazo de seis meses, comenzar con el proceso producción.
Según cuenta Christian Henríquez, están pensando que su kit se enfoque en dos grandes segmentos. Por un lado, en las empresas de mantenimiento y servicio técnico de autos, y por otra parte en las cadenas de retail como alternativa para que sean los propios conductores quienes adquieran el producto.
Así también, Henríquez explica que se han propuesto concentrarse, en primera instancia, en América Latina porque creen que es un mercado con potencial. “Queremos enfocarnos en la región porque ya existe una cultura bastante desarrollada de cambiar el auto a gas, algo que se da mucho en los taxis para ahorrar en combustible. Y lo que nosotros estamos haciendo es un producto que también permitirá ahorrar ese combustible”, dice Christian Henríquez.