Las centrales que usan gas natural están aportando sólo el 20% del suministro eléctrico producto de las serias restricciones que vienen desde Argentina. La semana pasada los envíos hacia Chile cayeron drásticamente, porque Argentina tuvo problemas con el abastecimiento interno.
La rotura de un gasoducto y de un oleoducto en Bolivia mermó las exportaciones de gas a hacia ese país, a lo que se sumó un alza en la demanda y la entrada en mantención de algunos productores argentinos de la Cuenca de Neuquén.
Producto de estos factores están llegando al norte de Chile sólo dos millones de metros cúbicos, nivel que es 60% más bajo que los cinco millones de metros cúbicos que estaban ingresando en marzo a través de los gasoductos Norandino y Atacama.
Como resultado de esta emergencia el Sistema Inter-conectado del Norte Grande (Sing), que opera en la I y II Región, tuvo que cubrir la falta de producción de las centrales que usan gas natural con generadoras que utilizan carbón. Este insumo -que es más caro- está cubriendo el 80% de la demanda eléctrica del Sing, lo que equivale a unos 1.300 MW, según informaron ejecutivos del sector. Antes de la crisis, el suministro en el norte era aportado en un 60% por el hidrocarburo.
Las mineras -que son los principales clientes del Sing- están preocupadas de que las restricciones de gas natural deriven en problemas con el suministro eléctrico.
Esta posibilidad es descartada por la Comisión Nacional de Energía (CNE), organismo que en los últimos días se ha coordinado con el sector privado.
Al ser consultada por un eventual riesgo de racionamiento eléctrico en el Sing, la entidad indicó que «el sistema eléctrico del norte está funcionando normalmente con carbón y gas natural y bajo las condiciones actuales debería continuar el suministro eléctrico normal».
Las restricciones de gas se podrían solucionar en la medida en que Bolivia repare las instalaciones que fueron dañadas. Ayer la agencia Reuters informó que Petrobras espera dejar operativo el gasoducto dañado en los próximos cinco a siete días.
No obstante, en el mediano plazo el suministro dependerá de la demanda y oferta interna de Argentina. Según el diario La Nación de Buenos Aires, el escenario es complicado, porque la tasa de producción será menor a la demanda del mercado.
Producto de esta situación las reservas de gas natural de Argentina podrían bajar de 9,3 años a 5,2 años en 2008.
Fuente: La Tercera.