Uno de los temas que más dolores de cabeza causó a los automovilistas el año pasado fue el alto precio de los combustibles. Sin embargo, esto no impidió que aumentara el volumen de consumo de la bencina y el diésel, lo que fue en directo beneficio del fisco, gracias al impuesto específico a los combustibles.
De hecho, los ingresos del Estado por este tributo superaron el año pasado los US.540 millones, vale decir, 10,7% más que lo recaudado en 2004.
Este impuesto ha estado bajo «fuego cruzado» por parte de varios sectores. Y estas críticas recrudecen cuando los valores internacionales de los combustibles repercuten en el mercado local y disparan los precios.
Originalmente, el impuesto específico a los combustibles se creó para financiar obras viales o temas de contaminación, pero actualmente representa más del 7,7% del total de los dineros que el fisco recauda por impuestos.
Michelle Labbé, economista de Econsult, explica que hasta el año pasado se aplicaban sobre los combustibles impuestos por arancel, IVA, el específico y el del fondo de estabilización. En el caso del arancel, si el combustible proviene de Estados Unidos, llega a cero este año. En cualquier caso, el 40% del precio final corresponden a tributos que cobra el fisco.
El impuesto específico es un monto fijo por metro cúbico de bencina vendido. Equivale a 6 UTM (88.478) por metro cúbico en la gasolina y 1,5 UTM (7.119) en el caso del diésel.
Esto significa que por cada litro, el tributo es de casi 88 para la bencina y 7 para el diésel.
«La única manera de que haya aumentado la recaudación es que hubo un mayor consumo. La bencina es fundamentalmente determinada por los autos pero, en el caso del diésel, hay muchas empresas que utilizan este combustible», dijo Labbé.
En septiembre del año pasado, el Gobierno -considerando que a nivel mundial el precio del petróleo crudo atravesaba una escalada alcista- resolvió establecer una política de estabilización del precio de los combustibles. Para ello se creó un fondo de estabilización, utilizando el producto de la rentabilidad financiera acumulada en el Fondo del Cobre.
El objetivo era evitar que las bencinas, el diésel y la parafina continúen su escalada, al menos hasta junio de este año.
Pero las arcas fiscales no sólo se beneficiaron con el mayor uso de combustibles, sino también con el consumo de tabacos y cigarrillos.
De hecho, el Estado recibió casi US80 millones durante el año pasado por este tributo específico, lo que equivale a un incremento de 5% respecto de 2004. Este impuesto representa el 3,4% del total de la recaudación tributaria.
Bencinas El tributo específico es un monto fijo por metro cúbico de combustible vendido. Esto significa que por cada litro, el impuesto llega a casi 88 para la bencina y 7 para el diésel.
Fuente: El Mercurio.