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(Chile) Los riesgos de 2006 en el terreno petrolero

Feb 21, 2006

* Según la opinión de los especialistas y de los países productores, por el momento hay suficientes reservas de crudo para satisfacer la demanda. Sin embargo, una serie de hechos alrededor del globo impiden que se extraiga lo suficiente.

El 2006 se inició con dos crisis en el sector de la energía: la “guerra” Moscú-Kiev sobre el precio del gas que Rusia suministra a Ucrania, en los primeros días de enero, seguido poco después de una confrontación entre Irán y Occidente sobre el programa nuclear de Teherán, que llevó a la República islámica a amenazar con represalias petroleras.

Si a ello se suma el ataque por parte de los “movimientos de liberación” a instalaciones de Shell en Nigeria y la nacionalización en curso en el sector gasífero de Bolivia, todo parece reunido para que el 2006 sea un período de fuertes tensiones en el plano de la energía, sobre todo en lo que se refiere a los precios.

En ese contexto se reunieron los ministros de Energía de la OPEP el pasado 31 de enero en Viena. ¿El sediento mundo corre el riesgo de carecer de oro negro? Según la opinión de los especialistas y de los países productores, por el momento hay suficientes provisiones. Arabia Saudita, el más importante del cartel petrolero, asegura que mantendrá su producción e incluso podría subirla de 9,5 a 11 millones de barriles diarios en caso de urgencia. Pero esas promesas no logran ocultar las dificultades de Ryad para seguir como el productor punta de antaño.

Entre las inquietudes inmediatas, los mercados especulan sobre una posible ruptura de las fuentes de aprovisionamiento, sobre todo las de Nigeria. Los repetidos ataques contra las instalaciones en el delta del Níger por parte de grupos armados -que exigen que los ingresos petroleros beneficien a la población y no sólo sean destinados al poder central- ocasionaron una reducción de un 10% de la producción. Además, las instalaciones terrestres no están a salvo aún de una huelga emplazada por los sindicatos que exigen mayores medidas de seguridad.

El caso iraní no tendrá repercusiones en el aprovisionamiento petrolero salvo que las Naciones Unidas sancionen al país árabe. Teherán exporta diariamente 2,7 millones de barriles. Una interrupción de sus exportaciones crearía entonces una situación de penuria. “Se alcanzaría un precio de hasta US0 en barril en 2006 si la situación en Irán se vuelve más tensa”, estimó David Butter, economista jefe de la Unidad de Inteligencia Económica, durante una reunión en Dubai.

La estabilidad del sector gasífero aún no está garantizada. En espera de que se conozcan las modalidades de la “nacionalización de los hidrocarburos” anunciada por el Presidente de Bolivia, Evo Morales, las grandes compañías han decidido diferir sus inversiones.

Además, el conflicto sobre los precios y los aprovisionamientos entre Rusia y los ex satélites de la Unión Soviética aún no está del todo solucionado. Moscú acusa regularmente a Kiev de desviar el hidrocarburo con destino a Europa. Y Georgia vio la intromisión de los rusos en los atentados que dañaron el ducto que lleva el combustible de su ex “gran hermano”.

La dependencia de los países de la Unión Europea hacia el gas ruso va a acentuarse en los próximos años. “El problema no es el suministro ruso, sino Gazprom”, subrayó Claude Mandil, director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía (AIE). A su juicio, “los consumidores occidentales sólo pueden adquirir el gas a través de una sociedad monopólica dirigida por el Kremlin”. El Gobierno de Vladimir Putin, en efecto, tomó las riendas de ese conglomerado para hacerse del mando de su política energética.

Riesgos económicos

El segundo factor de riesgo tiene raíces económicas: una insuficiencia de inversiones de exploración y producción. Esta situación deja a las naciones consumidoras sin cinco millones de barriles diarios que permitirían compensar una eventual ruptura de las fuentes de Irán, Nigeria o Venezuela, los tres países de mayor riesgo. A pesar del crecimiento sostenido de las inversiones en el sector parapetrolero (buques para el traslado del crudo), detonando con ellos la explotación de nuevos yacimientos, las capacidades de producción y de refinación no logran responder a la demanda de bruto, que aumentará 2,2% este año, según las estimaciones de la AIE. Estados Unidos seguirá como el mayor consumidor -con una cuarta parte de la producción mundial- y China será el que tenga mayor crecimiento en la demanda, con un estimado de 6%.

El reciente viaje a Pekín de Abdalá -el primero de un monarca saudita a este país- concluyó con un protocolo de acuerdo que prevé una cooperación masiva en los sectores petrolero, gasífero y minero.

Este acuerdo entre el primer productor de oro negro y el segundo consumidor reforzará a Washington en su política de diversificación de las fuentes de suministro que aplica desde hace varios años, creando un mercado petrolero en Asia Central y en África Oriental.

También existen preguntas respecto a lo que pasará en Oriente Medio, dado que concentra cerca de dos terceras partes de las reservas mundiales, evaluadas en 1.278 billones de barriles por Oil and Gas Journal.

Además, el abastecimiento de Occidente dependerá cada día más de un puñado de países (Arabia Saudita, Irán, Kuwait) será aún mayor, previene la AIE.
El horizonte también se ha obscurecido por las interrogantes en torno a la cifra real de las reservas en el Golfo Pérsico. ¿Son tan importantes como aseguran los productores de la región?. Luego de las dudas sobre las reservas sauditas expresadas por Matthew Simmons, un banquero texano especialista en petróleo, las reservas de Kuwait son ahora, según el semanario Petroleum Intelligence Weekly, dos veces inferiores a las cifras oficiales.
Fuente: La Nación.

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