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(Chile) Guacolda defiende uso de centrales a carbón

Abr 17, 2006

* La compañía está analizando la opción de extenderse a otras zonas del país.

Después de 10 años, la semana pasada las autoridades ambientales dieron su aprobación a un nuevo proyecto de generación eléctrica en base a carbón: la central Guacolda III.

Y según Eléctrica Guacolda -propiedad en un 50% de AES Gener, 25% de Copec y 25% del Grupo Von Appen- el carbón regresó para quedarse.

Para el gerente general de la compañía, Sergio del Campo, la aprobación «es señal de que si se cumplen las normas, se puede hacer una central de este tipo».

La empresa prevé que, de aceptarse las nuevas exigencias hechas por la Corema, la construcción de la central -que generará 200 MW con una inversión por US50 millones- comenzaría a mediados de este año, con el fin de que entre en operaciones a mitad de 2009.

Y frente a la posibilidad de aportar nuevas unidades a Guacolda, del Campo asegura que «no nos detenemos acá» y que la compañía prevé la opción de estudiar la incursión con nuevas centrales a carbón en otras zonas del país, aparte de la III y IV Región donde ya opera.

Es que para Del Campo, las unidades de carbón son la única vía segura que tiene Chile para abastecerse en el Sistema Interconectado Central (SIC) al menos por los próximos 8 a 10 años, ya que se trata de una energía que tiene suministro y generación a firme, y que no tiene los riesgos del gas argentino ni de la generación hidroeléctrica.

«El carbón aporta al país algo que la hidroelectricidad y el gas no aportan, es una energía segura. Aporta a diversificar la matriz y entregarle verdadera independencia», dice el ejecutivo.

A esto se suma el hecho de que la generación hidroeléctrica que se ve en el sur para abastecer el SIC estará disponible el 2015, y que hoy el precio del GNL es casi tres veces mayor al del carbón.

En este sentido, Del Campo indica que a la hora de ver los precios que se deberán pagar por la energía habrá que tener en cuenta el hecho de que la inversión en una nueva central a carbón es aproximadamente tres veces mayor de lo que cuesta una de ciclo combinado.

El ejecutivo apunta a que este fue uno de los factores que explica el que no se hayan construido nuevas centrales carboníferas en los últimos 10 años, ya que el precio al que llegaba el gas argentino era más competitivo.

Pero ese escenario hoy se acabó. «El precio tiene que ser suficiente para sostener esta mayor inversión y también responder al costo de los combustibles, los precios de los carbones y los fletes marítimos», dice del Campo.
Fuente: Emol.

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