«No hay ninguna discusión ni plan para bajar la carga tributaria de los combustibles».
Así de tajante fue el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, a la hora de descartar que el gobierno esté pensando en bajar el impuesto específico que afecta a las gasolinas.
Este tributo es un importante impuesto recaudador para el fisco, y se suma al impuesto específico que grava al diésel. En efecto, sólo el año pasado la recaudación fiscal por ambos tributos superó los US$ 1.500 millones, cifra más de 10% superior a lo recaudado en 2004.
Para el senador (PS) Carlos Ominami, «lo más razonable» sería introducir algún tipo de flexibilidad en el impuesto de modo que cuando los precios suban excesivamente, el impuesto se contenga.
Y frente a las asimetrías que hoy existen entre el impuesto específico a la bencina y el del diésel -el primero equivale a 6 UTM (88.478) por metro cúbico y el segundo a 1,5 UTM (7.120) -, el senador Ominami comentó a Valor Futuro que «no es razonable que sea más bajo un impuesto que a la vez tiene externalidades negativas que son mayores por la vía de la contaminación».
Fuente: Emol.
Foto: Gentileza Codelco.