La venta de la empresa transmisora de electricidad, Transelec, hoy controlada por la canadiense Hydro Québec, está despertando el interés de varios inversionistas locales y extranjeros.
Uno de ellos es el banco de inversión Celfin Capital, que desde hace un tiempo está llamando a un grupo de inversionistas para formar un consorcio para participar en la venta de Transelec, proceso que lidera el banco de inversiones UBS.
En este grupo hay todo tipo de inversionistas, desde institucionales hasta privados, que estén dispuestos a hacer órdenes máximas por US0 millones. La idea sería configurar el consorcio en los meses de verano y así presentar la oferta en los plazos establecidos en el proceso.
Asimismo, Celfin se encuentra buscando un socio operador que ingrese al consorcio y que sea el encargado de administrar la empresa. De hecho, ha establecido conversaciones con algunos operadores que han manifestado su interés en Transelec, tales como la brasileña Alusa, la colombiana ISA y con otros que operan en Latinoamérica pero cuyos orígenes son americanos y europeos.
También estaría en un proceso similar a Celfin, LarrainVial. Sin embargo, en esta última negaron que estén preparando algún fondo para competir por Transelec. “No lo hemos descartado, pero no estamos activamente en nada” afirmó una fuente de la corredora.
Venta
La empresa canadiense reveló en octubre pasado su interés por incorporar nuevos socios a Transelec, o en su defecto, vender parte de su participación, que a la fecha alcanza al 89% de la compañía. Las razones tras esta decisión, son el interés de Hydro Québec por “capitalizar” su filial chilena, especialmente en momentos en que las operaciones marchan bien.
Hydro Québec tomó el control de Transelec en 2000, fecha en que adquirió a Endesa sus activos de transmisión en US.076 millones.
Pero al poco andar, lo que se veía como un promisorio negocio comenzó a entregar síntomas de desgaste. El pago de peajes por parte de las generadoras que utilizan las líneas de transmisión se hizo cada vez más difícil de exigir, paralizando las inversiones en transmisión. Esta situación mejoró con la aprobación de la Ley Corta II, que reguló el pago de peajes de las eléctricas y aseguró una rentabilidad de 10% por sobre las inversiones en nuevas líneas eléctricas. Estos cambios permitieron que la transmisión volviera a ser un negocio estable.
El atractivo que ven los inversionistas locales en Transelec son sus activos, que rentan un 10%, lo cual lo convierte en un negocio no despreciable. A esto se suman las posibilidades en el futuro de hacer nuevas inversiones como la línea de transmisión para las centrales que Endesa planea levantar en Aysén. En el caso que el estudio de prefactibilidad que está hoy desarrollando Endesa arroje buenas perspectivas, Transelec podría contar con un contrato cercano a los US.500 millones, dado que tiene con la firma hispana un preacuerdo para estudiar la factibilidad técnica y financiera de esta línea.
Fuente: El Diario.