A las 8:30 de la mañana de ayer llegaron hasta la oficina de la Presidenta Michelle Bachelet en La Moneda la ministra de Minería y Energía, Karen Poniachik; el gerente general de Enap, Enrique Dávila; el secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía (CNE), Pablo Serra, y el jefe del área eléctrica de este organismo, Claudio Espinoza.
¿La razón? Presentarle a la Mandataria el informe sobre los distintos escenarios que se prevén para el suministro energético del país en el mediano plazo.
La CNE trabajó en este documento desde hace un mes, y fue la misma Presidenta la que anunció su existencia a fines de marzo pasado.
Si bien tanto Poniachik como Serra desistieron comentar este hecho, parte del análisis de este informe ya había sido revelado a algunos parlamentarios en la reciente visita de la ministra a la comisión de Minería y Energía del Senado.
En efecto, el informe entregado a Bachelet prevé dos ajustados escenarios para el suministro energético en el período más complejo al que deberá hacer frente el actual Gobierno: los años 2008 y 2009.
El primero de ellos es calificado como el más «optimista» y toma como supuestos que los recortes de gas natural desde Argentina se mantengan en un nivel similar al actual -y que, por lo tanto, se pueda abastecer con cierta normalidad a las industrias y a las centrales de ciclo combinado-, que la planta regasificadora de Gas Natural Licuado (GNL) se adelante a 2008, y que el nivel de lluvias se mantenga en niveles normales para garantizar la generación hidroeléctrica.
Sin embargo, el segundo escenario es más complejo y podría generar serios problemas. En él se ponen como supuestos que los cortes de gas argentino lleguen al 100%, que la puesta en marcha de la planta de GNL se retrase un año y que llueva poco.
Con este escenario -que especialistas consideran poco probable- se estima que habrá al menos cuatro meses muy estrechos durante 2008, con un riesgo de falla del sistema cercano al 8%.
Así, el hecho de que en los últimos meses se haya disparado un «boom» de nuevos proyectos eléctricos es visto con confianza por el Gobierno; sin embargo, el problema está en que ninguno de éstos comenzará a operar antes de 2009-2010, lo que pone en aprietos al sistema en los próximos años.
Para el diputado UDI Marcelo Forni, el diagnóstico de la CNE muestra que «evidentemente tenemos un problema de suministro de energía para industriales, que mañana si se dan ciertas variables también podrían afectar al suministro residencial en 2008-2009, ver qué se puede hacer».
¿Qué hacer? Las alternativas no son muchas y la gran apuesta que se plantea en el informe es jugársela por instalar turbinas de emergencia en algunas centrales, las que sólo tardan seis meses en ponerse en operación.
Esta alternativa genera mayores costos para las generadoras, pero es vista con buenos ojos por las compañías, aunque tienen un único «pero»: la demora en su aprobación ambiental.
Otro elemento está cifrado en el plan de ahorro energético que lanzará el Gobierno en las próximas semanas y que busca crear mayor conciencia sobre el ahorro y disminuir así el crecimiento de la demanda eléctrica que este año llegaría al 7%.
Mientras, para el largo plazo se tienen esperanzas puestas en el proyecto gasífero de Lago Mercedes que lidera Enap, y sobre el cual hoy Dávila y Poniachik darán noticias a la Presidenta Bachelet.
Fuente: Emol.