La empresa brasileña Petrobras dispuso la suspensión de sus nuevas inversiones en Bolivia, preocupada por el plan de nacionalización de los hidrocarburos del presidente Evo Morales y por la idea de establecer otros precios para el gas de exportación.
“Estamos preocupados porque existe un conjunto de inversiones que necesitan ser hechas y cuyo proceso de decisiones depende de lo que suceda en Bolivia”, dijo ayer el presidente de Petrobras, José Sergio Gabrielli, según una información difundida por EFE desde Río de Janeiro.
“Si nosotros no tenemos un proceso de negociación en curso, claramente en curso, tendremos que retrasar nuestras decisiones”, agregó.
El ejecutivo de Petrobras aclaró que esa empresa está preocupada por las declaraciones del ministro de Hidrocarburos boliviano, Andrés Soliz, quien manifestó que el precio del gas podría ser fijado a través de parámetros internacionales.
“Ése es un error conceptual. El mercado del gas es regional, depende de la infraestructura existente para transportar el gas. No hay mercado internacional del gas (…) es un mercado inflexible, o se dispone de un gasoducto o no hay gas”, replicó Gabrielli.
“Comenzamos a estar preocupados con las declaraciones de las autoridades de Bolivia responsables del área de hidrocarburos”, dijo tajantemente el presidente de Petrobras, una de las principales inversoras en hidrocarburos dentro de Bolivia que, además, tenía planeado invertir en proyectos de industrialización para el gas.
También expresó su rechazo a la nacionalización del gas anunciada por el presidente Morales. “Nosotros somos una empresa productora de petróleo, no queremos ser una prestadora de servicios”, dijo en referencia al plan del Gobierno boliviano, que contempla que toda la producción de hidrocarburos pase a manos del Estado.
Y, al respecto, puntualizó que “en la medida en que no tengamos condiciones de administrar nuestras reservas, nos volveríamos una prestadora de servicios”.
Según Gabrielli, desde comienzos de febrero las conversaciones con las autoridades bolivianas están suspendidas y no tienen un interlocutor claro.
“Bolivia necesita de Brasil y Brasil necesita de Bolivia”, recalcó e insistió en que el proceso puede solucionarse “si los canales de diálogo estuvieran abiertos”.
“En caso contrario, si las decisiones fueran unilaterales, se tornarían también radicalizadas unilateralmente”, advirtió. Gabrielli no quiso responder cuando se le consultó si el nuevo escenario podría determinar la salida de Petrobras de Bolivia.
Fuente: La Razón.