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(Bolivia) Chile podría ser un gran cliente para la electricidad boliviana

Nov 7, 2005

Si no fuera por el centenario problema, irresuelto, del enclaustramiento marítimo boliviano, Chile podría ser, por derivación natural, un gran cliente para la energía eléctrica boliviana. El alto precio del diesel, la proyección de mayor escasez de gas natural argentino y la falta de nuevas centrales eléctricas ya elevaron –en ese país– en un 30 […]

Si no fuera por el centenario problema, irresuelto, del enclaustramiento marítimo boliviano, Chile podría ser, por derivación natural, un gran cliente para la energía eléctrica boliviana. El alto precio del diesel, la proyección de mayor escasez de gas natural argentino y la falta de nuevas centrales eléctricas ya elevaron –en ese país– en un 30 por ciento el costo de la energía en los últimos seis meses.

En el próximo año sólo ingresarán al Sistema Interconectado Central chileno (SIC) 75 megawatts (MW), pese a que cada año se necesitan unos 400 MW para cubrir los requerimientos. Además de la escasez de la oferta de energía, otro factor que presiona al alza de las tarifas es el mayor costo de los insumos para producir energía, según ha opinado últimamente en los medios chilenos María Isabel González, ex secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Energía. El SIC provee más del 90 por ciento de la electricidad que se consume en Chile.

A esto hay que agregarle que en los últimos seis meses el diesel ha subido 21,23 por ciento. También el carbón se ha encarecido. Ambas materias primas hoy tienen una mayor relevancia en los cálculos de la electricidad en el vecino país, ya que desde marzo del año pasado se usan para sustituir el gas natural de Argentina, para generar electricidad, desde donde viene el 100 por ciento de las importaciones de ese hidrocarburo.

La importación de gas natural desde Bolivia o de electricidad es lo más racional para la economía chilena, sin embargo, hasta ahora ha sido imposible lograr consensos en Bolivia o Chile para hacer negocios energéticos.

Según economistas bolivianos, como Rafael Peñaranda, debido a su crecimiento ese país tiene una demanda de energía del diez por ciento adicional por año, que significa que cada año debe incrementar su capacidad de generación en 600 megavatios. Por lo tanto, al cabo de diez años necesitará tener una capacidad de generación adicional de
por lo menos 6.000 megavatios. Para satisfacer una buena parte de esa demanda, Bolivia podría ser un proveedor de por lo menos 60 millones de metros cúbicos de gas al año, durante 30 años, dice.

En contraste, Bolivia cuenta con una capacidad de generación eléctrica de 1.371 MW anuales (millones de watts), mientras que el consumo tope nacional no supera los 750 MW, según cifras de la Superintendencia de Hidrocarburos, quien aseguró recientemente que la demanda se incrementó en seis por ciento el 2004. Y además se tiene un potencial hidroeléctrico prácticamente inexplorado. Ya en 1991 el Plan Nacional de Energía establecía que el potencial teórico hidroeléctrico del país es de 190 mil MW de potencia instalada, en tanto que el potencial hidroenergético es de, técnicamente, 57.000 MW.

Fuente: La Epoca.

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