MIGA (Instituto Milenio en Amoniaco Verde Como Vector Energético) es el nombre que tendrá la primera iniciativa en Latinoamérica que estudiará las posibilidades de producir amoníaco, de manera sostenible y a partir de energías renovables, para ser utilizado como vector energético.
“En simple, un vector energético tiene el potencial de almacenar energía, ser trasladado a cualquier lugar del mundo, y al descomponerlo liberar esa energía”, explica Mauricio Isaacs, director de MIGA. “El amoníaco tiene esta capacidad, altamente requerida en la economía mundial, y hoy Chile tiene la oportunidad de incorporar esta innovación en su intención de entrar al negocio del hidrógeno verde”, agrega el investigador.
MIGA iniciará oficialmente sus actividades a fines de mayo, en un contexto donde la carrera por el H2V se ha tomado la agenda local, a partir del anuncio del gobierno de la reactivación de la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde presentada en 2020 por la administración anterior.
“Hay consenso de que Chile tiene una gran oportunidad en la producción de hidrógeno verde, porque el país tiene condiciones óptimas para las energías renovables, lo que permitiría producirlo a costos y precios muy competitivos. Pero la conversación no ha considerado la pregunta de cómo lo trasladas al momento de exportarlo. Actualmente, no hay tecnología económicamente viable para transportar el hidrógeno verde para distancias largas. Ahí entra el amoníaco como solución”, señaló Pamela Delgado, directora ejecutiva de MIGA.
La experta agregó que “aquí tenemos una oportunidad extraordinaria para que el país entre en esta industria con un valor agregado para el negocio: resolver, con I+D creado en Chile, el aspecto del transporte de la energía. En ese sentido, cualquier plan nacional que busque impulsar el desarrollo de una industria debiera considerar que este deje un legado de ciencia y capital humano para potenciar la economía local”.
Con el inicio del trabajo de MIGA, Chile será el primer país de la región en avanzar en el estudio de esta innovación, financiado por la Iniciativa Científica Milenio e integrado por investigadores de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Universidad de Santiago de Chile, Universidad Austral y Universidad de Talca. “La colaboración con la red internacional de centros de estudios que están en este camino es otro diferenciador importante”, precisó Delgado.
Adicionalmente, la iniciativa científico académica espera que los logros de su trabajo incidan directamente en descarbonizar la economía nacional, además de impulsar la minería verde y agricultura sostenible, todos ellos declarados como objetivos prioritarios por el Estado de Chile.
MIGA además es parte de una alianza entre el Centro de Energía UC, el Centro de Investigación en Nanotecnología y Materiales Avanzados (CIEN-UC) y la incorporación de diversas instituciones nacionales e internacionales.