Y se plantea: «Para encaminarse hacia una flota global neta cero para 2050, los vehículos de cero emisiones deben representar el 61 % de las ventas globales de vehículos de pasajeros nuevos para 2030, el 93 % para 2035, y el último vehículo ICE de cualquier segmento debe venderse antes de 2038. El informe también encontró que la tecnología del vehículo a la red (V2G) puede desempeñar un papel en la reducción de las emisiones del sector eléctrico y la generación de valor para los consumidores.»
Colin McKerracher, jefe del equipo de transporte avanzado de BNEF y autor principal del informe, dijo que «hay señales muy positivas de que el mercado se está moviendo en la dirección correcta, pero se necesita más acción, especialmente cuando se trata de camiones pesados. La acción también debe centrarse en los mercados emergentes, que necesitan apoyo financiero para ayudar a habilitar y acelerar la transición a la movilidad eléctrica de todo tipo”.
Según BNEF, los países desarrollados y las instituciones multilaterales deberían incluir inversiones en vehículos eléctricos, incentivos y despliegues de infraestructura de carga en sus planes internacionales de financiamiento climático, poniendo capital a disposición de las economías emergentes que tienen planes creíbles para desarrollar este sector.
Se espera que la flota de vehículos eléctricos de pasajeros alcance los 469 millones en 2035 en el Escenario de Transición Económica, pero debe aumentar a 612 millones para la misma fecha en el Escenario Net Zero. Gran parte de la brecha deberá cubrirse en las economías emergentes, mientras que los países ricos deberían buscar formas de apoyar la transición en esos mercados y evitar una desaceleración global de la adopción.
El informe también explora si las baterías o las celdas de combustible son la solución más probable para el transporte pesado de larga distancia. Para fines de la década de 2020, las estaciones de carga a escala de megavatios, así como la aparición de baterías de mayor densidad de energía, darán como resultado que los camiones eléctricos a batería se conviertan en una opción viable para operaciones de larga distancia de servicio pesado, especialmente para uso con volumen limitado. casos.
«La electrificación directa a través de baterías parece ser el enfoque económicamente más atractivo y eficiente para descarbonizar el transporte por carretera, incluido el transporte por carretera, y debe buscarse siempre que sea posible. Los vehículos con celdas de combustible de hidrógeno pueden ayudar a llenar los pequeños vacíos que deja la electrificación en algunos vehículos pesados, en regiones o ciclos de trabajo donde las baterías tienen problemas», señala el documento.
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